2020 fue el año en que el Doom City Fest tuvo su primera edición y la cual dejó un buen sabor de boca entre aquellos que gustan de los sonidos orientados al doom, stoner, sludge etc.
Desde entonces no se volvió a saber nada del festival y una vez que se anunció su regreso en este 2024, por supuesto que levantó una gran expectativa y más por su cartel que ofrecía algunos actos envidiables como Weedeater, Eyehategod, Belzebong, entre otros.
Doom City Fest, un festival que va tomando fuerza
Debo confesar que este fue mi primer Doom City Fest y también mi primera vez en el Sangriento.
Llamó mi atención que en este festival el público si llegó desde temprano, si bien el evento no empezó tan temprano, por ahí de las cuatro de la tarde para ser más exactos, sabemos que el público mexicano no se caracteriza por llegar temprano a los conciertos y festivales, y muchas veces las primeras bandas son un poco castigadas con una respuesta baja, pero acá desde que subimos al escenario LSDR, vimos que Desollado ya tenía a un buen número de personas esperando verlos.
Sin duda, el Desollado fue un buen primer trago para un evento que todavía tenía bastantes emociones por delante.
En procesión bajamos al escenario Sangriento y en este lugar ya había también bastantes personas esperando el inicio de Reverence to Paroxysm. Ver al legendario Antimo Buonanno en un escenario siempre es señal de garantía y esta banda la que también se formó con miembros de Hacavitz no rompió la regla.
Ellos nos regalaron varias rolas de su death con atmósfera bien obscura y pesada que les conocimos en su disco Lux Morte de 2023.
Aprovechando el viaje de estar en la parte baja del Sangriento, le dimos un buen repaso a la merch, la cual se agradece que se mantenga en precios bajos en un promedio de $250 a $400. A todas las bandas se les dio un amplio espacio para poner todo lo que llevaban y también nos gustó mucho esa parte de que a todos se les indicó que colocaran una lista de precios, así el público ya iba calculándole cuanto podría ir gastando.
Desafortunadamente para un servidor son tiempos de vacas flacas y me quedé con ganas de armarme la playera oficial del festival y por ahí también algunas cosas del Weedsnake, que han sido de una de las bandas culpables de irme metiendo poco a poco a esto del stoner y el sludge. Pero esperamos que aquellos que también anduvieron por allá si se hayan armado bastantes cosas.
Regresando con la música, la siguiente dosis nos esperaba en la parte alta con Age of the Wolf, un grupo de Costa Rica, que para un servidor fue una de las primeras sorpresas del día, no los conocía, pero su propuesta me atrapó desde su primera rola y no pude despegarme de la primera fila.
Es un grupo que se ve muy bien coordinado y además de que se les notaba muy a gusto con el recibimiento que les dimos quienes nos aventuramos a subir a este escenario, que al ser cerrado, por supuesto que ya nos dejaba los primeros estragos de sudor del evento.
Hay que decir que mucha gente no hizo esos cambios de estar subiendo y bajando entre ambos escenarios, y se entiende, ya que muchos se quedaban a chelear abajo al encontrarse con varios amigos, incluso yo por ahí saludé gente que hace varios años que no veía. Creo que uno de los puntos que influyó a que la gente no quisiera subir al segundo escenario fue ya que no está diseñado como tal para el flujo de gente que representa el Doom City Fest, ya que a veces quienes están comprando en la barra estorban el paso para quienes quieren subir o bajar o viceversa, entonces esto se vuelve un poco molesto.
Pero bueno, retomando a lo que fuimos ya era hora de ver a Liam Neighbors con su proyecto Mizmor. Acá nos dimos cuenta que la cantidad de gente ya había aumentado y que muchos no quisieron subir al LSDR para apartar un buen lugar en el escenario principal.
Mizmor es de esos actos que debes ver en directo, la dualidad con la que la música de Neighbors te lleva de un lado a otro es algo que vale mucho la pena, y es que en un abrir y cerrar de ojos pasamos de tener una explosión de gritos de black metal a una guitarra totalmente tranquila y relajada, así como ocurrió cuando llegó “Desert of Absurdity”.
Curiosamente en la recta final de este acto comenzó a llover, pero sin duda las grandes lonas que atravesaban el Sangriento cumplieron muy bien con su función.
Acá agradezco al Doom City Fest por ese acomodo tan atinado de bandas y es que de un viaje auditivo que no nos soltó en ningún momento, pasamos a otro viaje que nos llevaría a una atmósfera más densa. Ya llevaba bastante tiempo queriendo ver a Abyssal y finalmente se me cumplió y créanme que la espera valió totalmente la pena.
Si ya los has escuchado sabes que el funeral doom que manejan está al nivel de actos internacionales como Bell Witch o Ahab, y en directo no quedan a deber para nada, quienes entramos en esa tarde lluviosa al cuarto del LDSR fue una experiencia de esas en donde la música te dice te voy a llevar a otro lugar.
Después de ese trance vino un golpe directo con el stoner combinado con doom de Belzebong. Este grupo tiene una energía tremenda en el escenario y ves a los músicos moviéndose de un lado a otro y levantando sus instrumentos que en la parte trasera se dejaba leer el Bong, Fire y Death y es inevitable no contagiarte, ya que se ve que ellos disfrutan y se la pasan muy bien arriba del escenario, por lo que tú como público no debes fallar.
Acá me di un tiempo para formarme en la larga fila para pedir algo de comer, lo bello del Sangriento es que te venden las hamburguesas de casa, las clásicas Mataleón y papas, algo leve y barato (en comparación a otros conciertos) que te ayuda a no morir a medio festival.
Tristemente si hay algo que criticar de este evento es esa parte de la comida, sé que por momentos se vieron rebasados y ya para cierta hora lo que cocinaban salía al chingadazo, y lo digo porque como fan de esas hamburguesas lo que me dieron ese día sabía a todo menos a una Mataleón, además de que me tocaron las papas a la francesa más saladas de toda mi vida.
Pero bueno, ese momento amargo rápidamente se fue al olvido gracias a Weedsnake. A ellos los conocí en 2019 gracias a su Cannabinoide y como lo mencioné más arriba, ellos fueron los responsables de meterme a la música en la que está enfocada el Doom City Fest.
Si con Belzebong ya habíamos tenido esa inyección de energía para seguir adelante, pues Weedsnake se encargó de mantener el nivel, por lo que el escenario LSDR vio su primer slam del día. Sin duda, Weedsnake fue una gran elección para dar el cierre a este escenario alterno.
Tocaba otra vez ir hacia abajo para ver a uno de los actos más esperados y queridos, Eyehategod. Desde acá para un servidor se volvió algo complicado llegar hasta la parte de adelante para sacar las fotos debido a que ahora si esa explanada del Sangriento estaba a tope.
Debo reconocer que cuando era más joven intenté meterme de lleno con Eyehategod y pues el resultado no fue bueno, igual era un chamaco inmaduro que no estaba familiarizado con los sonidos de este grupo, pero con el paso de los años me da por ponerlos al estar trabajando en la oficina y la historia ahora ya es muy diferente.
Y qué decir, verlos en directo fue una chulada, Sangriento fue una verdadera locura desde que Eyehategod arrancó su set, por ahí volaron varios vasos con líquido de dudosa procedencia, el slam y los empujones naturales no se hicieron esperar, sin duda, fue uno de esos sets donde uno tiene que sacar el estrés acumulado de la semana.
Después de este gran acto ya solo nos queda ver el cierre con Weedeater, curiosamente mucha gente se replegó para atrás ya fuera para ir al baño o comprar más cerveza y merch, lo que nos dio un respiro para aquellos que estábamos hasta adelante.
El cambio fue un poco tardado y la impaciencia de ver en acción al acto final alargó más la espera. Pero hasta eso Dave “Dixie” Collins comenzó a bromear con el público desde antes del inicio de su set.
Distorsionado y crudo fue el sonido que comenzó a salir de las grandes bocinas en el Sangriento una vez que Weedeater comenzó a hacer lo propio.
Canciones como “Hammerhandle”, “God Luck and Good Speed”, “Wizard Fight” y “Monkey Junction” fueron solo algunas de las piezas que nos metieron en este trance final, que como es costumbre estuvo acompañado de muchas dosis de dedos medios por parte de Dixie hacia el público.
Al final, Weedeater terminó su set alrededor de las 23:00 hrs., pero notamos que la gente aún tenía ganas de escuchar más canciones y aunque así lo hicieron saber, llegó el inminente final del Doom City Fest y ahora tocaba partir de regreso a casa.
Sin duda, Doom City Fest regresó fuerte, demostrando que son una propuesta bastante seria en la que los fans del doom, sludge y stoner pueden confiar.
En términos generales podría decirse que todo estuvo casi impecable, salvo por el tema de la comida que comentamos, así como las largas filas en comida/bebidas y baños, además del sobrecupo que hizo que desplazarse dentro del lugar se volviera un tanto complicado en ciertos momentos, así que para futuras ediciones no estaría mal contemplar una sede más espaciosa porque también el público fiel de este evento se ve que irá creciendo año con año.