En los tiempos que corren es más importante que nunca disponer de un empleo, siempre que sea posible, y mantenerlo si estamos a gusto. Pero desafortunadamente esto no siempre es así, o sencillamente tenemos diversas ofertas entre las que elegir gracias a nuestra preparación y conocimientos.
La mayoría de los ciudadanos, y no solo hablamos de nuestro país, buscan el trabajo de sus sueños a lo largo de casi toda su vida. No siempre es fácil encontrarlo, por lo que en muchas ocasiones se tienen que conformar con lo que surja. Pero seguro que a más de uno nos ha sucedido que, una vez habéis encontrado un trabajo que satisface vuestras necesidades, pasado un tiempo os surgen otros más interesantes en base a vuestra preparación.
O por qué no decirlo, sencillamente se puede dar la circunstancia de que aparecen nuevos puestos de trabajo con unas condiciones económicas más atractivas. En ese instante nos podemos plantear una duda ante la que seguro os habéis encontrado algunos. Nos referimos a mantener el puesto actual aunque no nos termine de convencer, o arriesgarnos, dejarlo todo, y decantarnos por el nuevo empleo a ver si nos va bien.
Es una decisión muy importante que puede marcar nuestro futuro a medio y largo plazo. Llegados a este punto debemos tener presente que tenemos un punto intermedio ante esta elección. En realidad nos referimos a una alternativa a la que tenéis derecho antes de dimitir en vuestro trabajo de manera definitiva y perder toda la antigüedad acumulada.
Pedir una excedencia, un derecho que muchos no conocen
En concreto, nos referimos a que en lugar de presentar la dimisión en nuestro puesto de trabajo actual, algo nada recomendable si llevamos muchos años en la empresa, podemos echar mano de esta otra posibilidad. Lo referimos a la alternativa de solicitar una excedencia, ya que la empresa debe proporcionarla durante un periodo máximo de 3 años.
Por ejemplo, esto se puede convertir en una excelente solución si el nuevo puesto de trabajo al que nos vamos a cambiar no nos termina de convencer. Se puede dar la circunstancia de que no nos guste, no cubra nuestras expectativas o sencillamente no cumplamos con lo exigido por la nueva compañía. Esto significa que tendremos a la posibilidad de volver a la antigua, algo mucho menos probable si en su momento presentamos la dimisión.
De hecho, es importante saber que la antigua empresa tiene la obligación de, por ley, ofrecernos la primera vacante que aparezca en un puesto similar al que teníamos anteriormente. En el caso de que nos denieguen esa posibilidad, si en su momento presentamos la excedencia, tendremos derecho a paro y a la correspondiente indemnización que no tendrán que pagar. Básicamente, esto quiere decir que antes de presentar nuestra dimisión definitiva en el actual puesto de trabajo, deberíamos plantearnos esta posibilidad.
Al pedir una excedencia, aunque sea para acceder a un nuevo puesto de otra empresa, siempre tendremos la posibilidad de volver al anterior con los beneficios que esto nos reporta. De este modo los riesgos que corremos al cambiar de puesto y empresa se minimizan.