«Difícilmente se podrán permitir un revés económico o tener mala salud». Jubilarse antes de los 65 es un drama para muchos americanos

Muchos norteamericanos se jubilan antes de lo que les gustaría. Son datos del Centro Transamericano para Estudios de Jubilación compartidos con CBS News, donde se afirma que seis de cada diez dejan de trabajar antes de lo que tenía planeado y por circunstancias ajenas a su control.

Un problema que choca, de frente, con las dificultades para cubrir un seguro médico y contar con una buena pensión de jubilación, así como hacer frente a las limitaciones físicas o las enfermedades propias de la tercera edad.

Jubilación forzosa

La edad promedio de jubilación en EE. UU. está en los 62 años. Una tendencia sorprendente, teniendo en cuenta que sus ciudadanos cada vez trabajan hasta más mayores, si pueden; también las mujeres, que están retrasando más y más la edad de jubilación.

Sin embargo, el estudio vincula esta jubilación temprana con los problemas de salud, que obligan a retirarse del mercado laboral alrededor de los 60 años, debido a limitaciones físicas, enfermedad e incluso discapacidades surgidas o agravadas.

En menor medida, se encuentran los despidos y la restructuración de las plantillas norteamericanas, que han tenido un impacto importante, y, sobre todo, la posibilidad de cobrar el seguro social cuanto antes. Una opción que, para la mayoría, resulta casi obligatoria, pese a perder un 30 % los pagos mensuales que recibirán hasta sus últimos días.

Cobrar desde ya, pero menos

Los analistas y expertos en finanzas consideran que, hoy día, el norteamericano medio debería esperar hasta los 66 o 67 años para jubilarse (igual que aquí, depende un poco de los años cotizados), y ya no es extraño encontrar especialistas que aconsejen retrasarla hasta los 67-70 años (lo que aumentaría los beneficios un 30 % extra).

No obstante, el principal problema detrás de esta tendencia es la incapacidad para seguir trabajando. La edad promedio en la que se empieza a reclamar el seguro son los 63, casi inmediatamente tras el retiro, y se juntan varios puntos clave. Por un lado, la idea de que quizá uno no viva suficiente y el miedo a perder ese dinero; por otro lado, el estado de salud físico y, en tercer lugar, la falta de liquidez para hacer frente a los gastos.

Sin Medicare, hasta los 65

Todo ello, se suma a la difícil atención sanitaria para los norteamericanos, que pueden encontrarse en «tierra de nadie», y quedar durante alguna etapa previa a la jubilación sin cobertura con ningún plan de salud. En el caso de Medicare A (seguro hospitalario) o Medicare B (seguro médico), se necesitan 24 meses de cobertura con el seguro social para poder empezar a recibir los beneficios.

Por esta razón, jubilarse antes de tiempo, puede suponer la pérdida de otras coberturas vinculadas al puesto de trabajo, así como caer en una situación en la cual  la única opción sea recurrir al seguro social, ya que la persona no puede trabajar, no tiene ahorros y el tiempo de espera para aprovechar otras coberturas todavía no se ha cumplido.

El seguro social, además, puede pedirlo una gama enorme de ciudadanos, aunque no hayan contribuido de forma directa en el sistema, como a las personas con discapacidad, supervivientes de un accidente, cónyuges, así como varía notablemente en lo que se refiere a cantidad en función de la edad, vínculo y situación de la persona beneficiaria.

Coge el dinero y corre

Todo ello, se resume en un «coge el dinero hoy, mañana puede ser tarde.» Sin embargo, con una esperanza de vida entorno a los 79 años, muchos nortamericanos no están preparados para afrontar un shock financiero grave, según Catherine Collinson, CEO del Centro Transamericano.

Además, si bien hay un porcentaje elevado de jubilados que tienen un plan de ahorro (un 40 %), la mayoría depende solo del seguro social como fuente de ingresos, siendo los más vulnerables ante gastos imprevistos.

Por último, aunque hay un alto porcentaje que afirma ser feliz jubilado (y haber tenido que adaptar sus gastos, también), hay un enorme agujero de incertidumbre económica que no siempre se puede cubrir con más trabajo, previsión o planificación. En cualquier caso, estos son los grandes desafíos del trabajador que busca un retiro tranquilo en el país de la libertad. Como en la mayoría de democracias liberales de Occidente, no hay una solución rápida, ni fácil.


La noticia

«Difícilmente se podrán permitir un revés económico o tener mala salud». Jubilarse antes de los 65 es un drama para muchos americanos

fue publicada originalmente en

El Blog Salmón

por
Javier Ruiz

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