Depeche Mode: 35 años de ‘Violator’, un disco de white urban blues

depeche-mode-violator-35-aniversario-album

El séptimo álbum de los de Basildon no sólo demostró el estado de gracia que la banda vivía después del gran éxito de Music for the masses (1987). Nada más difícil que volver a comenzar desde la cima, cuando lo más común es el descenso. Cuando empezamos a tocar “Behind the wheel” en Pasadena, volteé a ver a Dave, los dos sonreímos de manera nerviosa, de alguna forma sabíamos que después de esto no habría nada más grande, comentó Martin Gore después del mítico concierto 101.

Más tarde, la banda lanzó aquel disco con la rosa en la portada y el fondo negro. Violator (1990), ese disco de white urban blues (como lo definió John Foxx) que se retroalimenta de la cultura acid house que a su vez sus mismos autores habían influenciado (Carl Craig, pionero del house siempre incluía “I just can’t get enough” en sus sets como DJ). El mismo Dave Gahan declaró que su caso era único, ya que muy pocas veces la música blanca había influenciado a la música negra. La herencia afroamericana de Martin Gore (su padre fue un soldado afroamericano estacionado en Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial) se había permeado en su música. 

depeche mode violator 35 aniversario album 1

Estructuralmente, Violator se trata de nueve baladas atmosféricas, como en algún momento Martin Gore declaró, que a su vez pasaron por el tratamiento técnico de Mark Ellis, mejor conocido como Flood, una especie de científico loco del estudio de grabación que pasó días enteros buscando las texturas adecuadas para darle forma a ese tótem del synthpop. Líricamente Martin Gore afila y perfecciona sus dos temas recurrentes; el deseo y la religión. El placer y el pecado está en “Halo” (though we may deserve it, it will be worth it) y qué decir de la icónica “Personal Jesus(lift up the receiver, I’ll make you a believer).

Precisamente fue la canción del Jesús personal la que funcionó como primer sencillo del álbum, mismo que establecía la esencia del cuarteto (un grupo electrónico que usa guitarras y no un grupo de rock que usa sintetizadores). Lanzado simplemente como adelanto del nuevo álbum, “Personal Jesus” se convirtió en pieza icónica en el cancionero de Depeche Mode. Ellos mismos se sorprendieron del recibimiento masivo de este nuevo hit. Sobre todo en Estados Unidos, donde temían cierta censura por el título abiertamente religioso y por el video explícito de la mano de su director y fotógrafo de cabecera, Anton Corbijn. Sin embargo, sería “Enjoy the silence” el track que llevaría a Violator a alturas insospechadas, al grado que le otorgó credibilidad en su país de origen, el cual se había negado a ceder ante la explosión que habían generado en la Unión Americana. 

The world violation tour de 1990 llegaría a México con playback en un concierto para la  televisión. Lo más cerca en ese momento de vivir la experiencia real. El mundo se había pintado de negro y lo dark se volvió cool con las canciones del Violator como música de fondo. Gahan, Gore, Fletcher y Wilder ya no volverían a surcar esas alturas creativas, a pesar de despedirse como cuarteto con el potente Songs of faith and devotion (1993). La obra cumbre de Depeche Mode sería el triunfo de la música electrónica, aquel white urban blues en clave synthpop. 

*También te puede interesar: Depeche Mode en México: Una fe intocable

The post Depeche Mode: 35 años de ‘Violator’, un disco de white urban blues appeared first on Revista Marvin.