El fútbol americano y el heavy metal comparten una energía que va más allá del espectáculo. En ambos casos, la intensidad es una parte fundamental: ya sea en un estadio con miles de aficionados o en un escenario con las guitarras resonando a todo volumen. No es extraño, entonces, que algunos jugadores de la NFL no solo sean fanáticos del metal, sino que hayan llevado su pasión un paso más allá y formado sus propias bandas. Desde linieros que transformaron su agresividad en riffs hasta tackles ofensivos que cambiaron el emparrillado por la batería, estos exjugadores han encontrado en la música un nuevo espacio para descargar su energía.
Free Reign: una banda con tres exjugadores de la NFL
Si la potencia física tuviera una traducción directa en música, Free Reign sería el resultado. La banda surgió dentro del vestidor de los Dallas Cowboys, cuando tres de sus jugadores comenzaron a tocar juntos en su tiempo libre. La alineación cuenta con Marc Colombo en guitarra y voz, Leonard Davis en el bajo y Cory Procter en la batería, mientras que el único integrante ajeno a la NFL es el guitarrista Justin Chapman.
Colombo, quien jugó como tackle ofensivo para los Cowboys, Chicago Bears y Miami Dolphins, asumió el rol de líder en la banda. Su compañero en la línea ofensiva, Leonard Davis, convirtió su fortaleza en un sonido denso al bajo, tras una carrera que lo llevó por los Cardinals, Cowboys, 49ers y Lions. Por su parte, Cory Procter, quien también pasó por Lions, Dolphins y Cowboys, encontró en la batería una forma distinta de canalizar su disciplina.
El grupo lanzó su álbum debut Free Reign bajo el sello DC Rightside Music y alcanzó notoriedad con su sencillo Tragedy. Aunque su actividad se ha reducido desde que los tres jugadores se retiraron del fútbol profesional, el proyecto sigue en pie, demostrando que el metal no era solo una distracción de la temporada, sino una verdadera extensión de su identidad.
Kyle Turley: del campo de juego al doom metal
Si hay un exjugador de la NFL que entiende el significado de la palabra agresividad, ese es Kyle Turley. Su nombre quedó grabado en la memoria de los aficionados por una de las escenas más polémicas de la liga: en 2001, como tackle ofensivo de los New Orleans Saints, arrancó el casco de un rival y lo lanzó al campo en medio de una pelea. Más allá de la controversia, Turley tenía otro lugar donde canalizar su intensidad: la música.
Aunque su carrera musical tomó forma tras su retiro de la NFL, su relación con el metal viene de mucho antes. Desde sus años universitarios y durante las temporadas bajas, Turley tocó en varias bandas de heavy metal. Al dejar el fútbol, decidió enfocarse completamente en la música, combinando su gusto por el country y el metal en un estilo híbrido que llamó power country. Su primer disco, Anger Management, salió en 2010 y le abrió las puertas para seguir explorando su faceta artística.
Además de su carrera solista con la Kyle Turley Band, el exjugador formó Delta Doom, un dúo de doom metal junto al bajista Rob Ogles. Sin embargo, su enfoque en los últimos años ha estado en la industria del cannabis, lo que ha dejado en pausa su actividad musical. A pesar de ello, su incursión en el metal sigue siendo una de las más auténticas dentro del mundo del fútbol americano.
Entre la NFL y el metal
Para estos jugadores, el heavy metal no fue solo una banda sonora en el vestidor, sino una forma de expresión que llevaron más allá del campo. En una liga donde la brutalidad y la intensidad son necesarias, no es raro que algunos de sus protagonistas encuentren en la música un escape con la misma energía. Ya sea en el estudio de grabación o en un festival de metal, estos exjugadores demostraron que el espíritu del fútbol americano y el metal no están tan lejos como parece.
