¿Cómo recordaremos a Ozzy Osbourne? Un homenaje de claroscuros a Black Sabbath

Por Sergio Rey

Recientemente se anunció un concierto destinado a rendir homenaje en vida al legado musical y cultural de Black Sabbath, una de las bandas pioneras en la historia del rock y creadora de géneros como el Doom metal.

Aunque el cartel del evento aclara que será una única función y contará con una destacada cantidad de músicos invitados, como Metallica, Slayer, Anthrax y Ghost —quienes incluso anunciarán a su nuevo cantante durante el evento—, la noticia llega acompañada de una recepción agridulce.

Esto se debe, en gran parte, al estado de salud del cantante, quien posiblemente sea el ícono cultural más reconocido de la agrupación. Recientemente se reveló que Ozzy Osbourne está permanentemente postrado en una silla de ruedas, ya que el Parkinson y otras enfermedades le impiden caminar y moverse con libertad. Aunque muchos fanáticos de Black Sabbath y de la música en general reaccionaron con sorpresa y emoción ante el anuncio de su último concierto, la situación amerita un análisis más crítico respecto a lo que implica un homenaje y las serias implicaciones que podría tener para el legado musical de la banda.

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La pregunta sobre cuándo retirarse de la vida pública suele ser difícil de responder para celebridades, músicos, actores e íconos culturales, pues los reflectores y los escenarios, además de ser su trabajo, representan su mayor pasión. Muchos artistas que han enfrentado situaciones de salud complicadas piden que su presencia en el escenario se alargue el mayor tiempo posible.

¿Cuándo es bueno retirarse del rocanrol?

Esta situación no es nueva en el mundo del rock. Por ejemplo, recientemente se difundió un metraje sobre el estado de salud del destacado genio musical Charly García, quien, a pesar de ser considerablemente más joven que sus compañeros de escena, se muestra irreconocible, postrado en una silla de ruedas. Esta situación causa tristeza y dolor entre sus seguidores, quienes se entristecen cada vez que aparece una nueva foto del músico.

En México, también tuvimos una situación similar que expuso las carencias morales de la prensa al cubrir lo que constituye una pérdida sensible dentro de una familia. El caso de Silvia Pinal será recordado por la manera compulsiva, negligente y carente de ética con que se gestionó la cobertura mediática y las decisiones que tomó la familia sobre el estado de salud de la actriz.

La prensa del espectáculo recibió la mayoría de las críticas, pero las decisiones de la familia Pinal también son cuestionables. Durante años, el estado de salud de Silvia Pinal fue considerado irreversible, y, aunque la exitosa actriz ya no podía caminar, seguía participando en obras de teatro. En varias ocasiones se desmayó por deshidratación durante conferencias de prensa y actuaciones en vivo. A pesar de ser una mujer de más de 90 años, seguir trabajando siempre fue justificado por su familia como el deseo personal de la actriz. De acuerdo con el testimonio de sus hijas, la musa de Luis Buñuel no quería retirarse, pues el trabajo era su pasión, y como ella misma describía su vida, era lo único que le quedaba.

Es imposible no comparar estas dos situaciones con lo que sucede actualmente con Ozzy Osbourne y la próxima reunión de Black Sabbath. Si bien es casi seguro que el cantante interpretará una o dos canciones, el resto del show estará a cargo de las bandas de alto calibre que participarán en el homenaje, veremos a un Osbourne postrado en una silla de ruedas, con dificultades para demostrar la energía que lo caracterizó en los escenarios. Esto será una vista llena de contrastes para quienes estamos relacionados con la historia y el legado de la banda insignia del heavy metal británico.

¿Cómo recordaremos a Black Sabbath?

Muchos argumentos pueden hacerse al analizar las decisiones de la familia Osbourne. Seguramente, el principal argumento será que Ozzy deseaba compartir el escenario con sus compañeros una última vez, mereciendo un homenaje y reconocimiento en vida por su destacada trayectoria musical y cultural. Sin embargo, también es importante señalar que la pasión por los escenarios y la autocrítica no son incompatibles. Un ejemplo claro de esto lo representa Lemmy Kilmister, el reconocido líder y bajista de Motörhead, quien vivió una situación similar durante los últimos momentos de su carrera. En su última presentación en vivo, a mitad de una canción, detuvo el show debido a sus dolencias y enfermedades. Con una voz entrecortada y lágrimas, se disculpó ante el público por no poder seguir ofreciendo lo que merecían, y acto seguido abandonó el escenario, desapareció de la vida pública hasta el momento en que el cáncer terminó con su vida.

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Existen miles de ejemplos que demuestran el momento exacto en el que debe concluir una carrera, y de igual manera, han ocurrido cientos de decisiones cuestionables respecto al estado de salud de leyendas musicales. Sin embargo, al final, la decisión suele ser enteramente personal. Si bien no pongo en duda la pasión y el cariño que Ozzy Osbourne siente por sus fanáticos, el próximo concierto de Black Sabbath marcará el fin de una era y será recordado, para bien o para mal, dentro de un género musical que, poco a poco, se queda sin leyendas y estandartes.

Como fanáticos, solo nos queda esperar que el legado de Black Sabbath sea homenajeado como se merece, y, de manera personal, nos tocará elegir cómo recordaremos a Osbourne cuando ya no esté entre nosotros.

No obstante, el propio príncipe de las tinieblas ya ha expresado su opinión sobre toda esta situación, esto por medio de una canción que curiosamente interpreta en colaboración con Lemmy: “La gente me dice que es malo para mi salud. Pero echarme atrás no es para mí (…) Sintiéndome bien en el ruido y la luz Y eso es lo que mantiene viva mi llama”

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