Hay veces que los sueños se hacen realidad. Basta preguntarle a Penta, ese joven de Ecatepec de Morelos que pasó de ser cargador y vendedor de fruta en la Central de Abastos a ser uno de los gladiadores más queridos y talentosos de su generación que llegó por la puerta grande a la WWE este lunes en RAW para marcar una nueva era en su historia.
De las promos al esperado debut
Desde finales del año pasado, el destino de Penta daba mucho de qué hablar. Como agente libre, el panorama lucía abierto para regresar a la que alguna vez fue su casa, la AAA, promoción donde incluso llegó a aparecer en el Gimnasio Juan de la Barrera de la CDMX. Sin embargo, era bien sabido que la gran meta del gladiador mexiquense siempre fue conquistar al universo de la WWE al lado de su hermano, Rey Fénix.
Pero fue en diciembre donde cada semana en RAW comenzaron a aparecer extrañas señales que indicaban la llegada de alguien a la alineación del show. Desde un extraño cero con una línea en medio y el fondo rojo, hasta un aparente rostro con una sonrisa sin mencionar algún otro detalle. Todo parecía indicar que las suposiciones y rumores eran ciertos. Después de lucir en Lucha Underground de la mano de su maestro, el Vampiro, y de su gran momento en la compañía rival, AEW, el Cero Miedo llegaría listo para el debut histórico en Netflix.
Sin embargo, cambios en la programación del debut causaron un ligero retraso, provocando que el esperado inicio del gladiador mexicano pasara de ser un regalo de Día de Reyes a una carta de presentación memorable en San José, California, al más puro estilo de la lucha libre mexicana en donde la afición se volcó para recibirlo como la figura establecida que es en el pancracio.
Cero Miedo: Chad Gable vs Penta, una presentación de ensueño
Fue así que, después de que la WWE durante el día lanzara el anuncio de la venta de mercancía del popular luchador en su sitio y con el factor del gladiador sorpresa que enfrentaría al “maestro” Chad Gable esta noche, la llegada del Cero Miedo era inminente, convirtiéndose en el gran evento de RAW. Y así, entre la oscuridad del recinto, el fuego se encendería para la primera pelea de la noche mientras el grito de guerra del mexicano se escuchaba fuerte en su entrada.
Todo se acomodo de gran forma. La técnica de Chad Gable se acopló en una batalla a ras de lona que recordaba esos momentos épicos de los inicios de Penta en su país natal cuando los coros de Pentagón Jr., su nombre original de aquel entonces, resonaban ya sea que fuera rudo o técnico. Con su vestimenta usual en blanco y negro, su máscara llamativa y esa sonrisa de calavera maquillada en el rostro, el mexiquense se puso al tú por tú con el ex campeón olímpico.
La lucha en el ring aumentaba en su ritmo y Penta no cedía terreno ante Gable, enfrentándose a llaves y contrallaves y uno que otro vuelo que causaba emoción en la audiencia. Los gritos de “you suck” hacían enojar al rudo mientras el Cero Miedo aguantaba los castigos, ganándose el respeto de todos los presentes que solamente les quedaba el cántico de “this is awesome” ante el espectáculo presentado por los dos.
Fue ahí que, ante un descuido de su rival, el mexicano nos regaló dos postales clásicas para aquellos que lo seguimos desde hace tiempo. Primero, castigando a Chad Gable con la movida rompe brazos, que lo hizo uno de los mas peligrosos en la promoción de Lucha Underground y que en WWE fue bautizada como “El Sacrificio“, haciendo alusión a lo que significaba en su momento el movimiento, coronándolo todo después con la Penta Pile Driver, logrando la primera victoria en su carrera como estrella en la marca roja.
Con el brazo en alto y la locura en San José, California, que dejaba sentir el apoyo latino a su luchador, Penta prometió que esto era apenas el comienzo de una nueva era para él, mostrando que aun tiene que trabajar un poco en su inglés, pero demostrando que su grito de guerra estará vigente por mucho tiempo. Así, ante su familia y la emoción de la gente que lo recibió como la figura que es mientras celebraba con su familia en el ring side y el CERO MIEDO se hacía sentir en toda la arena como una carta de presentación y una promesa de que los sueños se pueden cumplir.
