BNY Mellon desafía las regulaciones, allanando el camino para una adopción institucional más amplia.
En un golpe certero al statu quo regulatorio, el gigante financiero BNY Mellon ha logrado una victoria épica que podría cambiar el curso del juego para las criptomonedas en Estados Unidos. La Comisión de Valores y Bolsa (SEC), en un giro inesperado, ha eximido a BNY Mellon de cumplir con la controvertida norma SAB 121, que había sido un verdadero dolor de cabeza para las empresas que querían ofrecer servicios de custodia de criptomonedas.
Para entender la magnitud de este logro, debemos recordar que SAB 121 era vista como una camisa de fuerza para las empresas que querían operar en el mundo de las criptomonedas. Bueno, eso es lo que muchos decían. Esta norma, impuesta por la SEC, exigía que las empresas incluyeran las criptomonedas de sus clientes como pasivos en sus balances, lo que generaba una serie de problemas contables y regulatorios. En pocas palabras, SAB 121 era una barrera muy alta para la adopción institucional de las criptomonedas.
Claro, aquí hay dos lados. Los defensores de la SAB 121 argumentan que esta normativa era clave para la protección del inversor, ya que incrementa la transparencia al requerir que los activos cripto custodiados sean reportados como pasivos. Esto permite una evaluación más precisa de la salud financiera de las empresas y los riesgos de invertir en criptomonedas.