Twitter no está en su mejor momento. No lo estaba hace dos años, cuando Elon Musk compraba la red social, y no lo está ahora, dos años después, cuando ya ha hecho y deshecho lo que ha querido. La compra no tenía mucho sentido más allá de un antojo, y menos cuando las alternativas, como Bluesky o Mastodon, empezaban pisando fuerte. Pero esta semana todas las piezas del puzzle han encajado. Y ya sabemos por qué Musk quiso comprar la red social.
Si nos remontamos unos años atrás, cuando Trump era el presidente de los Estados Unidos, este polémico personaje fue censurado y bloqueado de la red social. Readmitirlo y desbloquearlo fue una de las primeras órdenes de Elon Musk cuando tomó el poder dentro de la red social. Pero la cosa no ha quedado ahí. Y es que, después de 4 años con Biden al poder, y un asalto al Capitolio, Trump vuelve a ser presidente de los Estados Unidos. Y ha entrado en la Casa Blanca con un nuevo hombre como mano derecha: Elon Musk.
Musk ahora tiene su propio ministerio, el de Eficiencia Gubernamental de EEUU (DOGE), un departamento cuyo objetivo es, principalmente, analizar y recortar todos aquellos gastos superfluos para poder salvar a Estados Unidos de la quiebra.
¿Qué papel juega Twitter en esto?
Twitter (mejor dicho, X), es una empresa de Elon Musk, donde este polémico personaje tiene el control absoluto sobre lo que se hace o no se hace. Con la llegada de Musk al gobierno, muchos piensan que Twitter se va a convertir en una especia de panfleto publicitario de Elon Musk y el partido republicano de Estados Unidos. O que va a filtrar información personal de todos los usuarios para que Trump pueda tener identificados y controlados a todos los usuarios que no piensen como él. Aunque la realidad es que Musk solo quiere X para hacer dinero, como cualquier empresa.
Lejos de la realidad, Elon Musk ha dejado claro que su red social va a seguir siendo como hasta ahora. Su entrada en la política no va a cambiar nada dentro de la red social a nivel de los usuarios, igual que tampoco va a cambiar nada en Tesla ni en Starlink. ¿Que habrá favores? Está claro, como cualquier gobierno con las empresas afines o de amigos. Pero para los usuarios no debería cambiar nada.
Sin embargo, todos aquellos que opinan que como Trump no piensa como ellos es el enemigo, y que como Elon Musk está con él es igual de malo, han tomado la decisión de abandonar esta red social. Por ello, en los últimos días estamos viendo un éxodo masivo a Bluesky, una de las principales alternativas a X, más libre y privada, fiel a lo que era Twitter en sus inicios.
Una vez en esta nueva red social, tan solo debemos crear nuestra cuenta, buscar a la gente, y seguir usándola como usamos ahora mismo X. Sin embargo, ¿realmente es algo viable?
¿Es Bluesky una alternativa, o un antojo?
El cambio de X a Bluesky es, como hace un par de años, fue el cambio a Mastodon: una rabieta de niño. El pensamiento de los usuarios que están haciendo el cambio no es más que un «como no me gusta Trump, y Elon Musk ahora está en su gobierno, me voy a otra red social». Eso sí, todos ellos dejan su cuenta de Twitter abierta por si acabo quieren volver en el futuro. Y volverán.
Bluesky, igual que Mastodon, tienen conceptos de red social muy buenos. Pero no son alternativas viables hoy en día. Ni lo van a ser en un futuro corto. En una red social, el objetivo es seguir a la gente que nos interesa. Y si esta gente no está en Bluesky, no sirve de nada.
Aunque Bluesky, Mastodon, e incluso Threads, tienen millones de usuarios, Twitter (X) sigue siendo el rey. Y, por mucho que abramos cuentas en otras redes sociales, seguiremos usando X, porque es ahí donde está el mayor número de usuarios. Y la única forma de que los usuarios realmente migraran a otras plataformas es que no queda otra opción, por ejemplo, porque cerrara. Algo que, os adelantamos, no va a pasar a corto ni medio plazo. Y menos ahora que Musk forma parte del gobierno de Trump.