Nos lanzamos al Béisbol Rocks para ver a doña blanca ser acompañada por música, lucha libre y unos sabrosos taquitos de cochinita. ¡Una salvajada de batazo!
El fin de semana se llevó a cabo la tercera edición del Béisbol Rocks en la CDMX y vaya que hay cosas para contar, no solo con respecto al diamante donde estuvieron tus artistas favoritos pichando, cachando y soltando el brazo con tremendos macanazos a la de 108 costuras, pues se presentaron varias bandas que pusieron a bailar al público, aunque algunas sufrieron por la logística que ya les platicaremos. ¡Vamos pa’llá!
La música: el gran hit en el Béisbol Rocks
Ambos días del evento, las bandas nos dieron su mejor repertorio y gratas sorpresas para quienes no topaban a algunas como Sangre María, Xtrafalaria, MC Arthurs, War-H o Rey Kalavera. Los géneros eran variados pero la base la misma, el rock que conectó con la gente presente en el Fray Nano.
Lo único malo es que quitando a Sangre María, las demás agrupaciones mencionadas tocaron durante los encuentros de baseball, es decir, cada cambio de entrada (de la 1 a la 2 y así sucesivamente) era cuando podían tocar sus temas, así que a veces podías escucharlos tras 15 minutos y otras esperar hasta media hora entre canción. Eso sin contar que tenían poca gente, pues algunos preferían escuchar desde las gradas que caminar hasta el escenario, que no estaba lejos pero, a la mayoría les dio flojera dejar su lugar frente al home.
Quienes tuvieron su tiempo en solitario, sin partido que les estuviera cortando la dinámica y energía, fueron Skandalosos, Velázquez, Out of Control Army y los Rebel Cats. A ellos Les tocó subir a escena el segundo día y vaya que fueron un hitazo entre los aficionados del toletazo, como una familia ataviada en sus camisolas de Los Diablos Rojos del México que aplaudieron todo el tiempo a Velázquez, que por cierto, ganó varios nuevos adeptos como la hija de dicho grupo familiar.
Skandalosos y Out of control Army pusieron la dosis de ska, dejando ver a varios de sus fans con banderas alusivas al género y obviamente, sacando los mejores pasos para dejar en claro que “no es una etapa, mamá, el ska es mi vida”. Por cierto, la Out of Control se chutó junto a Mayumi Toyoda el tema “Quizás, Quizás, Quizás”, un completa chulada que te estás perdiendo si no la has escuchado.
Para finalizar todas las acciones del Béisbol Rocks, los encargados fueron los Rebel Cats, quienes desde un inicio dejaron en claro que iban armar tremendo fiestón de rock y horrorbilly. Eso sí, con un retraso de casi una hora porque la final se alargó (por puro reclamo entre equipos) y luego sufrieron un poco con el micro de Vince, pero todo quedó correcto para que “Gato Rebelde” sonará en el escenario. Obviamente se hicieron acompañar por Dr. Shenka para el rolón.
La neta poco importó que fuera un domingo a las 11 de la noche, el público se quedó hasta el final y pudieron disfrutar de otra colaboración de la banda, ahora con Zemmoa que interpretó “No Hagas Caso a tus Papás”. Los Rebel se echaron temazos como “La Novia de Frankenstein”, “Hombre Lobo Adolescente” y “Shooby Doo Wop”. La commedia è finita.
El CMLL se robó las bases en el Béisbol Rocks
Una de las atracciones que presentó el Béisbol Rocks era la lucha libre, la cual fue de las actividades que más gente reunieron en ambos días, ya fuera para cotorrear con luchadores como Angelito o Diamond, apoyar a los rudos como Soberano Jr. o Amapola y claro, mentarle la madre al referee, qué en esta ocasión fue el Güero. Hay que decirlo, el público se la pasó bien Agustín Lara viendo las llaves, contrallaves, vuelos y costalazos, además que pudieron tomarse fotos con los luchadores al finalizar los encuentros.
Angelito y Kaligua vencieron a la dupla conformada por Mercurio y Full Metal. En esta lucha la muchedumbre se metió sabroso con los rudos, especialmente Mercurio que se llevó la rechifla a cada rato. Full Metal interactuó bastante con el público, hasta le “robo” la gorra a un niño para pasar desapercibido ante sus rivales.
Diamond y Leono le ganaron a Disturbio y Sangre Imperial ante el asombro del respetable, que en esta ocasión quería ver ganar a los rudos. Una lástima que no fuera así, aunque las féminas fueron las ganonas apreciando el cuerpo y “nalguitas de Playboy” de Diamond. Pervertidotas.
Hera y Olimpia con esos brazotes que aguantan hasta el frío, vencieron a Metálica y Amapola. Lucha femenil que fue bien recibida por los presentes, apoyando cada movimiento y gritando improperios al referee para respetar a las luchadoras, lo más que se pudiera.
La última lucha fue Atlantis y Star Jr. contra Euforia y Soberano Jr. Los técnicos se alzaron con la victoria luego de recibir un golpe en la zona blanda. “Batazos” de foul que desfavorecieron a los rudos a pesar que eran apoyados en su mayoría, especialmente al llamado lujo de la lucha libre, que levantó miradas de amor entre las mujeres del público.
Pelotero a la bola, el béisbol como mero pretexto
En las cosas del rey de los deportes, los ganadores de la tercera edición del Béisbol Rocks en la CDMX fueron Los Amplifiers, quienes hasta la séptima y última entrada pudieron concretar la victoria ante Los Oscilators.
Apenas 2 carreras a uno en duelo de pitcheo y de reclamos, porque a cada rato paraban el juego para ver qué si un bateador se adelantó a su turno, que si los umpires no marcaban bien el strike o veían out cuando era safe. Un despapye completo que la mera verdad, conforme avanzaba el juego, fue perdiendo público en gradas, y los que se quedaron, echaron guerra de porras al mero estilo de la Guerra Civil entre los Diablos y el equipo que nació campeón, los Tigres de Quintana Roo.
El tercer lugar fue para Los Reverbs, de la mano de la primera base de Los Delays, Tammy (Abominablez), quién lastimosamente cometió una pifia enorme que se convirtió en dos carreras y aunque su equipo logró empatar el marcador, al final no fue suficiente.
Sin temor a equivocarnos, los juegos estuvieron entretenidos aunque la grada es la que puso el ambiente, porque ambos días hubo porra proveniente del equipo de la capital mexicana que siempre alentó, no importaba a quien, ellos se divirtieron mientras se echaban sus taquitos de cochinita pibil, infaltables en los duelos de béisbol en la CDMX desde los tiempos del Parque del Seguro Social.