Bahidorá 2025: aguas cristalinas que ahí viene el techno

De pequeño cuando ayudaba a mi tía-abuela a atender la papelería de mi mamá, escuchábamos por la radio el programa “Sonoreando” en la estación XEB-AM mejor conocida como “La B Grande De México”; ahí se reunía un vasto repertorio con lo mejor de los géneros afroantillanos que lograron movimientos culturales de importancia: rumba, son montuno, guaracha, cha-cha-chá, cumbia, bolero, guapachá y salsa romántica.

Al escuchar la música que salía de las bocinas mi tía viajaba en el tiempo a sus épocas doradas de fiesta y gozo, para contarme cómo eran esos bailongos a cargo de las Sonoras: Santanera, Matancera, Dinamita y Maracaibo en las míticas pistas de baile como la del Salón México o el Salón Los Ángeles. Con la multi-diversidad de géneros que actualmente presenta Bahidorá en su alineación, no sería ya nada extraño encontrarnos alguna de estas agrupaciones desatando la danza al sol en Las Estacas.

Quizá en un futuro no muy lejano cuando tenga hijos o sobrinos, será mi turno de contarles sobre mis mejores eras dentro de las pistas de baile; les tendré que hablar sin duda sobre la “B” grande de Bahidorá, que acá la fiesta ya no se hacía bajo el techo de salones elegantes, sino a la luz de la luna en medio de la naturaleza donde el humo del tabaco cambió por la fumarada de cannabis y que los artistas que pudimos ver llegaron desde tierras muy lejanas para compartirnos mensajes de resistencia, fraternidad, misticismo, vitalidad y esperanza. 

Acampando con glamour en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Acampando con glamour en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Sacando el “outdoors” que llevamos dentro

Si se quiere vivir la experiencia Bahidora como se debe no hay de otra: se tiene que acampar. Ya sea camping vip o incluso glamping (acampar con glamour), hay que salir por un par de días del concepto tradicional de habitación con cama regular para que la experiencia surta efecto. El campamento entonces se volverá el templo del descanso para poder aguantar los tres días de fiesta mezclados con una carga considerable de actividad física. 

Así como se baila, se camina; el territorio de Las Estacas es bastante amplio por lo que escenarios, albercas, puntos de comida, zonas de campamento y demás actividades recreativas están distribuidas a lo largo y ancho del lugar. El atractivo principal del festival además de la música es el manantial que habita en él; conocido también bajo el nombre de “Río Yautepec” y famoso por su borbollón de 12 metros de ancho, donde nace un manantial de aguas cristalinas que fluyen a una velocidad de más de 7 mil litros por segundo.

Durante la Revolución Mexicana este río abastecía los cuarteles del General Emiliano Zapata en el estado de Morelos; hoy en día a los únicos soldados que se bañan en este caudal son los que están dispuestos a soportar tres días y tres noches de fiesta mientras refrescan sus cuerpos en aguas con temperaturas promedio a los 23ºC, ideal para la recuperación corporal post bailoteo. Los tiempos cambian, los ríos cambian, las personas cambian y la música cambia por eso dicen por ahí que nadie se baña en el mismo río de Bahidorá dos veces. 

Río Yautepec en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Río Yautepec en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Bahidorá de viernes 

Nos tocó montar nuestras tiendas en el “Camp Sabik”, quizá el campamento más retirado de toda la zona de acción pero que visto desde el mapa del festival estábamos justo por detrás del escenario “El Cubo”, donde a altas horas de la madrugada se invocaría a los dioses del techno. El sonido del escenario a la distancia se escuchaba tan claro que automáticamente despertaba las ganas de ir de fiesta, los bajos graves sonaban como campana de iglesia cuando anuncia que llegó la hora de ir a misa.

El camino lleno de naturaleza del “Camp Sabik” a los escenarios  brindaba una sensación de bienestar combinada con misticismo pues los andadores tierrosos, los puentes colgantes y la flora-fauna del lugar ayudan a olvidar por momentos la vibra citadina de la mayoría de los asistentes.

Ca7triel y Paco Amoroso en Bahidorá 2025 / Foto: Alejandro Piña
Ca7triel y Paco Amoroso en Bahidorá 2025 / Foto: Alejandro Piña

Aunque normalmente el B-Viernes en Bahidorá es el warm-up de lo que será el fin de semana, para esta edición la primera noche se esperaba que incluso fuera la mejor del festival y no era para menos pues juventud y experiencia se combinaron entre el trap latino experimental y el techno. En un primer plano en el escenario “La Estación” tuvimos a CA7RIEL & Paco Amoroso, desde que hicieron su concierto formato Tiny Desk en octubre del año pasado este par de argentinos no han dejado de volverse virales, pero que aun así poco se sabe de ellos; se conocen desde la infancia, fueron juntos a la escuela y de ahí surgió esa amistad hasta nuestros días, también dicen que están enamorados. 

Las letras han sido el éxito de sus canciones, expresan sus sentimientos de manera honesta por lo que han podido conectar principalmente con la “Gen-Z”, pero también un poco más allá al fusionar otros géneros como la música electrónica, el funk y el jazz. A media hora de empezar su show el jardín ya estaba lleno por lo que cuando salieron al escenario la unión de música y luces transformaron al público en un auténtico carnaval. CA7RIEL & Paco Amoroso no fallaron al tocar éxitos como “Dumbai”, “El Único” y “La Que Puede, Puede”. 

Jeff Mills en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Jeff Mills en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Fue necesario un descanso después de tanto brincoteo, hacer base en la tienda de campaña para recobrar energías; los graves bajos de fondo nos arrullaron hasta el punto de una siesta que ayudó para poder madrugar y ver en vivo a la leyenda del techno Jeff Mills. A principios de los ochenta se ganó el apodo “The Wizard” (El Mago) por su virtuosismo para mezclar y tocar; en 1989 creó el colectivo Underground Resistance conocido a nivel mundial por su política anti-mainstream y estética futurista. 

Mills, originario de Detroit, fue el encargado de cerrar el primer día del festival en el escenario “El Cubo”, a los 61 años sigue demostrando que mientras más veterano sea el dj mejor se pone la fiesta. De las dos a las cuatro de la mañana no deleitó con un sonido impecable, techno avanzado con el sello de la casa de la ciudad motora sonidos ácidos y futuristas; las dos horas que duró el set se quedaron algo cortas para un viejo lobo que no se cansó de improvisar sobre su set y al que no le faltaron las campanas más famosas del techno cuando su multi reconocido éxito “The Bells” retumbó en el paraíso natural de Las Estacas. 

Jeff Mills en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Jeff Mills en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Jeff también se sirvió de remixes de canciones de los ochenta como una excelente versión technosa de “Sweet Dreams” de Eurythmics y de un himno de la música house como lo es el tema “Promised Land” de Joe Smooth; para los que entendimos el mensaje de porque Jeff Mills sonó esa canción en Bahidorá 2025, tendremos uno de los recuerdos más lindos del año. 

A continuación un poema de Joe Smooth: 

“Hermanos, Hermanas

Un día seremos libres

De Peleas, violencia

Gente llorando en las calles

Cuando los ángeles de arriba

ciagan y extiendan sus alas como palomas

Mientras caminamos de la mano 

Hermanas, hermanos llegaremos a la Tierra Prometida”

Promised Land, 1987

Sabadance en Bahidorá

Aunque después de Jeff Mills pudimos volver a dormir unas cuantas horas, el calor mañanero de Las Estacas sirve como despertador volviendo el interior de las tiendas de camapaña un horno. Para sacudir la modorra y el bochorno la mejor receta es un chapuzón en el río donde cientos de fiesteros ya también se estaban automedicando con el agua dulce y cristalina. 

Almuerzo frente al río y descanso en el “Asoleadero” donde la música en vivo comienza desde las 11 de la mañana, aquí se juntan los bañistas para bailar al sol, nadar y descansar echados en el pasto. Todavía faltan bastantes horas para que sucedan los actos más importantes del día, por lo que es un momento ideal para seguir explorando el mundo festivalero en el que se convierten Las Estacas cuando llegan las fechas de Bahidorá.

Nos dimos la vuelta por “La ‘Madriguera” y “Sonorama” escenarios restantes que ya estaban activos para la tarde del sábado. Disfrutamos de la tecnología VR (realidad virtual) con una experiencia simulada en la que podías subir hasta el cielo encima de Las Estacas y ver todo el territorio como si tus ojos fueran la cámara de un dron volando en las alturas. 

Sonorama en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Sonorama en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

También visitamos la carpa de “Checa Tu Sustancia”, el servicio integral de análisis y consejería sobre sustancias psicoactivas que se ofreció en Bahidorá. El Instituto Ría por segundo año consecutivo lleva este programa de salud comunitaria donde la visión no es promover el uso de sustancias sino reconocer su existencia dentro de fiestas y festivales para ofrecerle al usuario información sobre control y prevención de riesgos, perspectivas de derechos humanos con enfoque en el libre desarrollo de la personalidad y conocimiento legal como por ejemplo lo que permite actualmente la Ley General de Salud.

En palabras de Zara Snapp, directora de la organización “es un sueño hecho realidad que el programa siga por un segundo año y que se nos esté dando más apertura tanto en festivales grandes como en fiestas de colectivos más pequeños”.

Checa Tu Sustancia en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Checa Tu Sustancia en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Previo al atardecer nos movimos a la carpa “Paradisio” para echar baile al ritmo de Loris, la dj y productora originaria del noroeste del país puso la vibra correcta con un sonido que está fuertemente influenciado por su identidad latina-arabe. Caminamos de nuevo hacia el escenario “La Estación”, en espera del siguiente acto nos acercamos a la Combi modificada como food-truck de los helados Roxy y derretimos en nuestras bocas una refrescante nieve de maracuyá. Continuamos con el siguiente acto ahora con la Reyna Tropical, una mezcla de folclor latino, dance underground hispano, afrobeats y activismo queer.

Reyna Tropical en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Reyna Tropical en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Nos movimos de vuelta a la tarima del “Sonorama” donde empezaba lo bueno de la noche, llegaba el turno de escuchar un poco de reggae-jazz con el quinteto londinense Ezra Collective. El logo del León Conquistador, símbolo del movimiento rastafari, observaba al público desde el fondo del escenario; la imagen también representa la lucha y fuerza contra la opresión y la injusticia sobre los pueblos afro.

La poderosa combinación del sax, trompeta, bajo, batería y teclados del colectivo londinense no sólo crearon un ambientazo musical entre el público sino que también conectaron de manera más profunda con la gente dejando un mensaje de comunidad y esperanza ante las complicaciones de los tiempos actuales donde ni las derechas ni la izquierdas están logrando un mundo mejor. 

Ezra Collective en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Ezra Collective en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Agua, baile, sol, brincos, reggae y cantos fueron nuevamente la combinación para el cansancio; sin embargo la parte de irse a dormir a la tienda de campaña en pleno festival para despertar en la madrugada y salir a bailar techno hasta que no se pueda más, recomiendo no saltársela. Y lo recomiendo porque no en todos los festivales se pueden vivir este tipo de experiencias, al menos no en México; es por eso que Bahidorá se ha posicionado como uno de los mejores festivales-experiencia en el país. 

Nuevamente despertamos con fiesta a la vista, tocaba la misa de 4 a 6…pero de la madrugada; no podía ser en otro horario, el segundo día del festival se extinguía cual llamás del reloj de las 12 casas de Los Caballeros del Zodiaco. No era opción bajo ningún motivo perdernos la clausura del día dos pues desde Rusia con amor llegaron dos horas de techno poderoso a cargo de Nina Kraviz para darle fin a dos de tres rounds del festival. 

La melena rosa de Nina apenas y se alcanzaba a ver entre tanto humo en el escenario. También por momentos usaba una gorra que le cubría la mitad del rostro, agregándole más misticismo a su set como si una auténtica espía rusa hubiera saltado desde un avión para llegar directo a pulir las tornamesas. A pesar de estar llegando casi al pico máximo del festival y del cansancio, la comunidad fiestera no dejó de zapatear en las dos horas que duró el set de techno ruso. La ovación final a Nina vino cuando cerró la fiesta con su remix techno-pop de la canción “Bailando” de Paradisio; si el techno nunca muere, los clásicos menos. 

Nina Kraviz en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña
Nina Kraviz en Bahidorá / Foto: Alejandro Piña

Domingo de resurrección         

Fue tan rápido casi como un parpadeo, cuando de pronto ya estábamos levantando la tienda de campaña. Bahidorá llegó y se fue, desde el primer chapuzón hasta la última nota de Nina Kraviz todo en carrousel de imágenes sin parar. 

Después de secarnos las últimas gotas de agua dulce nos quedaba el 10% de pila para el tercer día del festival, suficiente para poder echarnos un rapidín de fiesta. Antes de dejar el paraíso morelense un giro inesperado, del techno a la cumbia pues la diversidad de Bahidorá nos trajo a los reyes de la cumbia andina en México. 

Los Askis Internacional en Bahidorá 2025 en Las Estacas / Foto: Alejandro Piña
Los Askis Internacional en Bahidorá 2025 en Las Estacas / Foto: Alejandro Piña

Los Askis abrieron el escenario “La Estación” con un clima espectacular, un sol que enrojecía los cuerpos que bailaban al ritmo de la flauta andina como si se tratara de un ritual prehispánico. Salieron a escena con sus típicos chandales y junto a un grupo de danzantes, todos combinados con diseños, colores y penachos que combinan la cultura mexicana y la cultura andina. La gente no paró de bailar con éxitos como “Amor Regresa” y “Vienes y te vas”. 

Una ultimísima parada antes de subir al camión de regreso a casa, volvemos a la carpa “Paradisio” para los últimos pasos de baile. El ecuatoriano Nicolá Cruz nos deleitó con un set de ambient, acid house y un poco de trance lo justo para terminar con la aventura en el paraíso. Acamapar, nadar, danzar, dormir, despertar y bailar hasta el amanecer es una experiencia que sólo se puede vivir en Bahidorá. 

Nos leemos en la siguiente fiesta.

Nicolá Cruz en Bahidorá 2025 en Las Estacas / Foto: Alejandro Piña
Nicolá Cruz en Bahidorá 2025 en Las Estacas / Foto: Alejandro Piña

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