Según los investigadores de Netscout, los ataques distribuidos de denegación de servicio son «más potentes que nunca», puesto que la IA ayuda a automatizar tareas y a eludir los sistemas CAPTCHA.
Los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) están superando a muchas amenazas cibernéticas tradicionales y ya no son solo una herramienta, sino un “arma geopolítica dominante”, según la firma de seguridad de redes Netscout.
La actividad global de DDoS aumentó un 12,7% en la segunda mitad de 2024 en comparación con la primera mitad, totalizando casi 9 millones de ataques, según la firma.
Un ataque DDoS es un intento malicioso de interrumpir el tráfico web normal de un servidor, servicio o red objetivo al abrumar el objetivo o su infraestructura circundante con una avalancha de tráfico de internet.