Apple se defiende de Donald Trump: esta es la estrategia con la que evitarán que los aranceles disparen el precio del iPhone

iPhone en una Apple Store

Apple se enfrenta a uno de sus mayores retos económicos en años: el nuevo plan de aranceles anunciado por la administración Trump amenaza con encarecer drásticamente sus productos en Estados Unidos. Con tarifas que alcanzan hasta un 54% para productos fabricados en China y más del 40% en países clave como India o Vietnam, el impacto sobre una empresa cuya cadena de suministro depende casi al completo de la producción internacional puede ser devastador. La reacción de los mercados no se hizo esperar: las acciones de Apple cayeron casi un 10% tras conocerse la noticia.

Sin embargo, lejos de quedarse de brazos cruzados, Apple ya estaría ejecutando un plan para suavizar el golpe.

Según el periodista Mark Gurman, la compañía de Cupertino contempla varias medidas para evitar que los consumidores noten de forma inmediata el incremento de costes. Y lo cierto es que, al menos a corto plazo, podría salirle bien.

Qué hará Apple en Estados Unidos

Una de las estrategias que la compañía de Tim Cook ha llevado a cabo ha sido la recoleta masiva de productos. Apple ha estado importando grandes cantidades de unidades antes de la entrada en vigor de los aranceles, prevista para el miércoles 9 de abril. De este modo, todos los dispositivos que ya se encuentran en suelo estadounidense quedan exentos de las nuevas tarifas. Esto permitiría a la compañía mantener los precios actuales, al menos hasta el lanzamiento de la próxima generación de iPhone, previsto para septiembre. El problema es evidente: una vez agotado ese inventario, la subida de precios se haría real y sería notable.

Otro movimiento que seguiría Apple sería el de presionar a sus proveedores y fabricantes para abaratar los costes de producción. Apple cuenta con un margen de beneficio medio del 45%, lo que le da cierto margen de maniobra para absorber parte del impacto sin necesidad de trasladarlo al consumidor final. No obstante, también se contempla una subida de precios escalonada, ajustada y temporal mientras la compañía evalúa el alcance real de los aranceles y negocia posibles excepciones.

iPhone 16e

¿Costará más el iPhone?

Lo más llamativo es que, pese a las presiones del gobierno estadounidense, Apple no contempla llevar de nuevo su producción a Estados Unidos. La cadena de suministro seguirá siendo internacional, con un movimiento claro hacia países como India o Vietnam, que ya están en conversaciones con Washington para alcanzar acuerdos comerciales que les permitan evitar o relajar los aranceles. China, en cambio, no parece estar negociando, lo que obligará a Apple a reducir su dependencia del gigante asiático si quiere mantener la competitividad de sus precios.

Es probable que Tim Cook intente una vez más obtener una exención directa, como ya hiciera durante el primer mandato de Trump. Apple, al igual que muchas otras tecnológicas, ha sido una de las voces más influyentes a la hora de hacer presión en Washington cuando se trata de proteger sus intereses económicos. Y aunque la compañía no teme subir precios si es necesario, todo apunta a que hará lo imposible por evitarlo a corto plazo.

Tim Cook y Donald Trump

Este escenario plantea una situación incómoda: mantener precios atractivos a costa de sus márgenes de beneficio o arriesgarse a perder ventas si los iPhone y otros productos se encarecen demasiado. Lo que está claro es que Apple no improvisa. Lleva meses preparándose para esta crisis comercial, y aunque el golpe es fuerte, no pillará a la empresa desprevenida. El iPhone puede que no se encarezca de inmediato, pero si nada cambia, el coste real de estos aranceles acabará llegando al bolsillo del consumidor. Solo queda por ver cuándo.

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