Cuando compramos un paquete en Amazon, o en cualquier otra tienda online, esperamos que nos lo entreguen a la puerta de nuestra casa. Sin embargo, muchas veces, los repartidores no están por la labor, y buscan siempre la forma de marcar el paquete como «entregado» para poder seguir con el siguiente, aunque no estemos en casa. Y esto, a la larga, acaba teniendo problemas.
Los paquetes de las cosas que compramos por Internet deben ser entregados en nuestro domicilio. Da igual que sea un paquete de Amazon, como uno que nos viene a través de Correos, SEUR, o cualquier otra mensajería. Estos paquetes no se pueden entregar a vecinos, ni mucho menos dejarlos a la puerta de casa, en una zona común en la que cualquiera pueda llevarse el paquete. Ni siquiera aunque el repartidor nos llame por teléfono, y le demos instrucciones para dejarlo en algún sitio, o entregárselo a algún vecino, deberían hacerlo.
Sin embargo, lo hacen mucho más a menudo de lo que deberían. Y, tarde o temprano, ocurre lo inevitable.
Así abandonó un repartidor de Amazon mi paquete
Después de hacer un pedido a Amazon, como otros tantos, al día siguiente vino el repartidor a entregarlo. Sin embargo, en el momento de la entrega no había nadie en casa. Normalmente, cuando eso ocurre, el repartidor suele llamar por teléfono para preguntar si puede dejarlo en algún otro sitio, o para concretar una nueva hora de entrega. Pero esta vez ha sido diferente.
De repente, encontré en el móvil un correo electrónico en el que se indicaba que mi paquete había sido entregado. Fue extraño, puesto que no había nadie en casa, y el repartidor no había llamado por teléfono. La sorpresa fue que, al abrir el correo, pude ver cómo se había dejado el paquete en una zona común del edificio. Concretamente en una caja donde están las llaves del agua, caja a la que cualquiera tiene acceso.
Como era de esperar, y al ser una zona bastante transitada, cuando volvimos a casa, el paquete ya no estaba donde el repartidor, supuestamente, lo había dejado. Y ahí empezaron los problemas.
Así reclamé y recuperé el dinero
Nada más llegar a casa, lo primero que hice fue contactar con Amazon para exponerles el problema. Utilicé la opción de llamada para que, cuanto antes, me llamaran al móvil sin tener que esperar y poder hablar directamente sin usar un chat. Y la verdad es que en menos de un minuto ya estaba hablando con un comercial.
Les expuse el problema, les dije qué había pasado, y les aporté las pruebas (principalmente, el mensaje y la foto del repartidor) de que lo habían dejado en un sitio público, sin permiso, y sin haber llamado por teléfono antes de entregarlo. Y desde Amazon me dijeron que abrían un expediente, que iban a investigar, y que llamara de nuevo pasadas 48 horas para poder encontrar una solución.
Pasadas las 48 horas, finalmente volví a llamar, y me dijeron que, efectivamente, tenía razón, que el repartidor obró mal, y que, por lo tanto, tenía dos opciones: o bien me volvían a enviar el pedido (aunque había falta de stock en uno de los productos), o me devolvían el dinero para comprar de nuevo algo similar. Obviamente, elegí la segunda, y en cuestión de minutos ya habían realizado el ingreso, el cual apareció en el banco 24 horas después.
