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Comienzan a llegar las primeras trabas legales dentro del boom de DeepSeek. La IA china ha generado ciertas inquietudes sobre posibles filtraciones de datos y serios riesgos de ciberespionaje. Si esto se llega a materializar en los juzgados de cualquier país, podría ser un enorme varapalo para el chatbot del país de Xi Jinping.
El pionero en poner barreras legales ha sido Australia. El país oceánico ha impuesto ciertas restricciones a diversas tecnologías chinas en los últimos tiempos, y esta vez le ha tocado a la reina del trending topic. El principal motivo de ello es la falta de transparencia por parte del chatbot asiático a la hora de mostrar su transparencia sobre el manejo de los datos.
Por qué Australia ha bloqueado DeepSeek
El gobierno australiano ha decidido prohibir DeepSeek en todo tipo de dispositivo cuya labor esté relacionada con la actividad gubernamental. El riesgo en cuanto al tratamiento de datos ha llevado a su ejecutivo a considerar DeepSeek como un riesgo inasumible para la seguridad de su infraestructura informática. La IA forma parte, y ahora más que nunca, del epicentro de transformación digital a nivel mundial, por eso, la empresa china ha tratado de calmar los ánimos. DeepSeek ha asegurado que «cumple con los estándares de seguridad», pero aun así, los diferentes expertos han determinado que los riesgos son reales y probables.
Australia no es el primer país en tomar medidas contra productos tecnológicos chinos. Durante la última década, el entorno occidental ha saboteado el desarrollo del gigante asiático en diversos campos. Y todos ellos se relacionan con el potencial para acceder a datos de carácter sensible. Un ejemplo de ello puede ser la prohibición de TikTok en dispositivos gubernamentales de Europa o EE.UU. Igualmente, Huawei vio desarticulado su sistema operativo al tener prohibido el uso de Android en sus dispositivos móviles.
Esta decisión por parte de Canberra forma parte de este patrón creciente de desconfianza. La IA demuestra ser una herramienta indispensable a día de hoy en ciertos campos, pero parece que esas mismas capacidades para analizar inmensas cantidades de datos también pueden ser su caballo de Troya en las distintas instituciones mundiales.
Países que podrían seguir el ejemplo de Australia
Esta prohibición no ha pasado inadvertidamente por el entorno digital del globo. Y tal vez esto suponga que los más reticentes a usar esta tecnología den el paso definitivo hacia su prohibición. Los principales países anglosajones del mundo, Reino Unido, Canadá y EE.UU. ya están considerando seguir los pasos de su aliado en el pacífico. No sería la primera vez que lo hacen con tecnologías made in China, tal y como hemos comentado con anterioridad.
Y hablando de nuestro entorno, en la Unión Europea, el debate sobre la regulación de la inteligencia artificial se encuentra más candente que nunca. Esto supone un enfoque hacia ciertas restricciones en el futuro.
Para la industria de la IA, todo esto plantea dudas sobre el futuro de sus productos tecnológicos. Esta situación podría desembocar en la búsqueda de modelos de inteligencia artificial a nivel nacional para no depender de la tecnología de otros países.