Ale Acosta: una erupción de electrónica y tradición desde la isla de Lanzarote

Lanzarote es una de las islas Canarias frente a la costa de África Occidental en el Atlántico; es conocida por su geografía volcánica y una aparente lejanía; es por ello que escritores como el francés Michel Houellebecq y el catalán Enrique Vila-Matas han contado sus viajes por aquella ínsula… ahora toca el turno de que Ale Acosta convierta sus recuerdos en canciones, dado que allí mismo nació.

Conocido por ser la mitad de Fuel Fandango, aquí ha dejado de lado al flamenco para hurgar en la cultura popular canaria y hasta en su acento al pronunciar a través de 8 canciones que son conducidas por una electrónica a altas revoluciones por minuto, algo que queda claro desde el arranque con ¿A dónde vas niño?, cuyas secuencias y programaciones suenan espléndidas.

El porvenir es un álbum que posee un concepto que lo cohesiona todo y en el que las voces invitadas permiten ampliar el registro sonoro y la evocación nostálgica; Ale Acosta encontró la manera de dosificar ecos de música latina y caribeña con la presencia de Depedro en “Famara” y Juancho Marqués en una “Al límite”, que posee una elegancia total con remembranza a Thievery Corporation y P18, pero mediante una voz masculina.

Luego sorprende con “El Cerro y el Mar”, en compañía de Çantamarta, que se abre a los rapeos, al latín house y hasta un toque de R&B, para soltar unas barras que tocan cuestiones socio-políticas al tiempo que pueden mencionar al propio Kendrick Lamar.

Pero es en el tema titular donde Ale Acosta se vuelca en la parte memoriosa, pues refiere a La sociedad del porvenir, una especie de salón de baile y centro cultural que concentraba la movida en Lanzarote; un sitio donde se conocieron sus padres y en el que escuchó por vez primera “The Wall” de Pink Floyd. La narración de una mujer entrada en años se convierte en el hilo conductor del tema y el proyecto entero.

Luego pasamos a la tan simbólica “Ceniza”, con la voz invitada de Valeria Castro, una excelente motivo para abordar a esa materia volcánica tan representativa para los canarios y en la que, una vez más, la tradición folk se funda con una electrónica llena de intensidad y emotividad, una combinación que nos remite hasta Moderat.

El porvenir es una obra repleta de instantáneas suspendidas en el tiempo que hablan de la vida en Lanzarote y a la vez es un manual acerca de la versatilidad que caracteriza a la electrónica contemporánea. Ale Acosta nos hace sentir en un sitio donde eclosionan el pasado y la modernidad… disfrutamos de instalarnos en una isla que es un paraíso digital.

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