Adiós al Mixup de la Zona Rosa

El sábado 15 de febrero fue la última vez que el legendario Mixup de la calle de Génova en la Zona Rosa abrió sus puertas al público, no solo por que era uno de los más grandes de la cadena sino porque antes de la apertura de plaza Loreto (hoy también cerrado), fue sede de diversos momentos en la historia de la música en nuestro país.

Abrió sus puertas por primera vez en 1990, como un pequeño local que apenas ocupaba lo que hoy era el lobby, con una reducida pero bien surtida sección en desnivel que no tardaría en ampliarse -al igual que la de publicaciones periódicas- en plena apertura comercial por la entrada en vigor del TLCAN. Desde el principio supo aprovechar la coyuntura no solo para posicionarse entre el gusto de los melómanos, sino también para desplazar y finalmente aniquilar a sus ya debilitados competidores como las desaparecidas “Hot Disco” y “Sonido Zorba”, que durante los 80 fueran las monarcas indiscutibles del material importado.

Lee más: Del vinilo y otros cuentos: La dictadura del formato o las trampas de la industria

El 15 de febrero se cerró uno de los lugares obligados para los melómanos, el Mixup de Zona Rosa / Foto: Rogelio Muñoz

Al “Mix de la zonaja” como coloquialmente se referían muchos de sus asiduos visitantes, acudía todo tipo de fauna urbana, desde rockeros y góticos hasta Godínez de las oficinas vecinas, sin que eso afectara la calidad de su catálogo. Poco a poco la creciente demanda y su peculiar característica de tener material escaso o difícil de conseguir lo volvieron un referente obligado para los amantes del formato físico.  Además de ser pionera en traer a México las cajas recopilatorias de grupos icono del rock como Pink Floyd, Beatles o los Rolling Stones por mencionar algunos, se especializaba en distribuir los codiciados y hasta entonces poco conocidos “Sencillos”, famosos por sus lados b.   

A pesar de que le tocó la masificación del cd, nunca abandonó el acetato, supo usar la apertura comercial para incrementar sus ventas de manera exponencial, incluso pudo sortear con éxito las devaluaciones del peso sin reducir significativamente sus volúmenes de venta, eso le permitió ampliar su oferta y extenderla a otros géneros como el jazz y la música clásica  o pop en español además de explorar los videos: primero en VHS, después en DVD y finalmente en Blu-ray, ofreciendo un nutrido catálogo ya fuera una cinta de culto o un concierto.

Ya como parte de Ticketmaster también se volvió taquilla, más tarde sede de legendarias firmas de autógrafos y presentaciones de discos, que quedarán registrados en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de estar ahí. Pxndx, Café Tacvba, Belanova, Paty Cantú, Enrique Bunbury, María José y Ha-Ash, entre otros fueron parte de la historia de la tienda. También fue espacio de reunión para fans de Lacrimosa, Apocalyptica, Rammstein, Tokio Hotel, Lila Downs y Yuridia.

Los estantes ya vacíos antes del definitivo adiós de otra sucursal de Mixup / Foto: Rogelio Muñoz

El Mixup Zona Rosa no era solo una tienda de discos, era un referente cultural que servía de punto de encuentro para melómanos de todas las edades y presupuestos. En sus pasillos y anaqueles, era posible encontrar desde los últimos lanzamientos hasta los clásicos más buscados, pero lo verdaderamente especial era vivir la experiencia de buscar y encontrar ese disco, CD o casete especial que faltaba en tu colección en ese ritual único de la melomanía que se ha perdido con la dictadura del streaming y el internet.

Cierra sus puertas de manera definitiva, una calurosa tarde de febrero, sin filas, sin aglomeraciones, ni firma de autógrafos y sin ningún grupo o cantante, ni siquiera unos mariachis amenizan el último día de venta al público. Apenas una modesta bocina que propaga discreta algunos de los temas que alguna vez fueran buscados en sus estantes hoy vacíos y sin vida, desde Depeche Mode hasta Nirvana se escuchan como ecos lejanos de una época que -como decía el Replicant en Blade Runner- se perderá como lágrimas en la lluvia.   

Con su cierre ser termina un capítulo en la historia de la música en México, donde esta sucursal fue un testigo privilegiado de los cambios en la industria musical, desde la época dorada de los formatos físicos digitales hasta la transición hacia el streaming. Dejando una huella indeleble en la memoria de quienes alguna vez tuvimos la oportunidad de caminar por sus pasillos para encontrar esa joya perdida que nos permitía completar nuestra colección, gracias totales.