5 bandas pioneras del black metal español que son gloriosas

Cuando el black metal irrumpió en el mundo desde los fiordos noruegos a principios de los noventa, su eco resonó más allá de Escandinavia, llegando a rincones inesperados. En España, un país más asociado al flamenco o al rock urbano en el imaginario colectivo, una generación de músicos decidió tomar las riendas de este sonido gélido y transformarlo con su propia visión. No fue un camino sencillo: la escena local carecía de la infraestructura de los países nórdicos, y el acceso a grabaciones o equipos era limitado. Sin embargo, entre cintas intercambiadas y ensayos en garajes, emergieron propuestas que lograron forjar un espacio propio en un género que parecía reservado para otros latitudes.

El black metal español de los noventa no buscaba imitar servilmente a sus predecesores, sino que se nutrió del contexto cultural y las inquietudes de una juventud que exploraba lo oscuro desde una perspectiva única. Bandas como Primigenium o Lucifuego, por ejemplo, surgieron en un Madrid que aún digería los ecos de la Movida, mientras que Numen reflejaba las raíces vascas en sus composiciones. Este artículo se sumerge en cinco de esas agrupaciones que, desde los albores del género en España, sentaron las bases para lo que vendría después. La selección no responde a caprichos, sino a su papel fundacional, su constancia y la manera en que abrieron brecha en un terreno poco explorado.

1. Primigenium

Madrid vio nacer a Primigenium en 1992, justo cuando el black metal empezaba a definirse como algo más que un rumor lejano. Fundada por Smaug, la banda optó por un enfoque crudo, con guitarras que rasgaban como alambre de espino y una atmósfera que evocaba lo sobrenatural sin caer en excesos teatrales. Su disco Intolerance (2002) llegó tras años de maduración en la sombra, pero ya en sus primeras demos se percibía una voluntad de construir algo propio. Primigenium destacó por su longevidad y por ser un faro para otros proyectos en una ciudad donde el género apenas despuntaba.

2. Lucifuego

También en 1992, Lucifuego tomó forma en la capital española, con un nombre que ya anunciaba su intención de jugar con fuego y simbolismo. Su sonido se alineó con la segunda ola noruega, pero lo hicieron sin perder de vista su entorno: letras que destilaban una mezcla de nihilismo y misticismo local. Han mantenido una presencia discreta pero constante, grabando material que circula entre los iniciados del underground. Su relevancia radica en esa persistencia y en cómo demostraron que el black metal podía echar raíces en España sin depender de modas pasajeras.

3. Numen

Desde el País Vasco, Numen apareció en 1997 con una propuesta que iba más allá de lo estrictamente musical. Incorporaron elementos de la mitología y el folklore vasco, tejiendo historias que resonaban con la tierra que los vio crecer. Su debut, Basoaren Semeak (2001), no solo consolidó su lugar en la escena, sino que mostró cómo el black metal podía dialogar con identidades regionales. Elegirlos es reconocer que su trabajo amplió los límites del género, llevándolo a un terreno donde la tradición y la furia convivían.

4. Ouija

En Lleida, Ouija irrumpió en 1995 con un black metal que miraba directamente a los clásicos noruegos, pero con un giro personal. Su disco Riding the Bones (1997) captura esa energía de una banda que, sin grandes recursos, lograba transmitir desolación y rabia en igual medida. Aunque se disolvieron en 2014, su legado sigue siendo un punto de partida para entender cómo el género se asentó en España. Su inclusión aquí responde a esa capacidad de ser un reflejo fiel de los primeros pasos del black metal nacional.

5. Empty

Zaragoza dio vida a Empty en 1995, una banda que decidió explorar los bordes del black metal, rozando el doom y lo depresivo. Su álbum The Last Breath of My Mortal Despair (2010) llegó tras años de evolución, pero desde sus inicios dejaron claro que no se conformaban con repetir fórmulas. Empty representa esa faceta experimental que enriqueció la escena española, mostrando que el black metal podía ser un lienzo para emociones más complejas. Su lugar en esta lista se justifica por esa búsqueda constante que los mantuvo relevantes.

Estas cinco bandas no solo fueron testigos del nacimiento del black metal en España, sino que lo moldearon con sus manos. Elegirlas implica mirar atrás y reconocer el esfuerzo de quienes, sin reflectores ni grandes presupuestos, construyeron un cimiento sólido. Primigenium y Lucifuego aportaron la chispa inicial; Numen, Ouija y Empty, cada una a su modo, demostraron que el género podía adaptarse y crecer en un contexto distinto. Juntas, forman un capítulo esencial de una historia que sigue escribiéndose.