Si hace un par de semanas nos hacíamos eco de las nuevas condiciones de uso de Firefox, un cambio inédito en sus más de dos décadas de historia, la cosa no acabó ahí. Ni mucho menos. Los días siguientes explotó el asunto y Mozilla se vio obligada a matizar, sin llegar a convencer, no digamos ya a contentar a nadie. ¿En qué ha quedado todo? Vamos a verlo.
En resumen, Mozilla no solo impuso por primera vez en la historia de Firefox la aceptación de unas condiciones de uso, de obligado cumplimiento para poder usar el navegador con todas las de la ley -y nunca mejor dicho. El texto previo, el disponible públicamente hasta el momento, fue actualizado, eliminando la promesa explícita de «no vender jamás» los datos personales de sus usuarios.
Por supuesto, este cambio provocó un revuelo inmediato entre la comunidad y Mozilla, consciente del lío, salió rápidamente al paso pidiendo a los usuarios que «no entren en pánico». Según explicaron en un comunicado, eliminar la promesa explícita no significa que planeen vender datos personales. Pero entonces ¿por qué borrarla? Lo justificaron con que la redacción previa «generaba confusión» y que su intención era «mejorar la transparencia».
Esa «mejora de la transparencia» se refiere, principalmente, al término sell, vender en inglés, ya que dependiendo la legislación -de estados parte de Estados Unidos, pero también en otros territorios- puede significar una cosa u otra. En todo caso, Mozilla intenta darle vueltas algo tan sencillo de exponer como es el hecho de que se arrogan el derecho a poder utilizar los datos del usuario, con límites, para… no está claro el qué.
Sobra añadir que el amago de aclaración de Mozilla no ayudó, sino todo lo contrario. En Ars Technica, por ejemplo, detallaron con precisión cómo el texto borrado afirmaba tajantemente que Mozilla «nunca vendería» tus datos personales, mientras que el nuevo, mucho más ambiguo, solo menciona que Mozilla actúa «para proteger tu privacidad», sin descartar explícitamente la venta de datos. Pero entonces… ¿Sigue siendo de fiar Firefox?
Lo cierto es que el impacto real de este cambio todavía no está claro. Mozilla sostiene que no hay intención de cambiar su política en relación a la privacidad, pero eliminar un compromiso tan importante en términos de percepción pública tiene consecuencias, especialmente cuando hablamos de Firefox, un navegador cuyo valor diferencial frente a la competencia siempre ha sido -o eso han pretendido en Mozilla, porque hace mucho tiempo que muchos no le compramos este relato- el respeto por el usuario, no solo a nivel de privacidad.
Me gustaría destacar a este respecto el artículo publicado por Steven Vaughan-Nichols en ZDNet y -no solo, pero también- su lapidario titular: El Firefox que amaba ya no existe. Un artículo en el que se dan pistas de por dónde podrían ir las intenciones de Mozilla a propósito de este cambio (¿entrenar inteligencias artificiales, por ejemplo?) y se recomiendan tomar medidas adicionales para garantizar la privacidad dentro del propio navegador, pues la situación parece indicar que, de ahora en adelante, confiar en Firefox requerirá una dosis extra de atención.
En cierto modo, toda esta historia me recuerda a cuando Google eliminó el Don’t be evil de su , con la salvedad de que cuando lo hizo el gigante de Internet ya no engañaba a nadie. Mozilla, por el contrario, parece que sigue convenciendo a muchos usuarios no solo por la calidad de Firefox, que la tiene, sino por una superioridad moral que, en mi opinión, nunca ha tenido.
La premisa es sencilla: ¿por que un navegador que dice anteponer la privacidad del usuario, pone por defecto a Google como buscador? ¿Porque más del 80% de los ingresos de la compañía provienen de su acuerdo con Google? ¿Pero entonces priorizamos los ingresos y la viabilidad, o los principios? Nadie niega que incluso para el proyecto de software libre más humilde, el dinero es imprescindible, no digamos ya para un desarrollo como Firefox, pero…
¿Es lícito que un proyecto como Mozilla, que se vende a sí mismo como una organización sin ánimo de lucro en favor de la justicia social, la libertad y demás, despida a cientos de trabajadores –aquí un ejemplo y no es el único- mientras pierde cuota de mercado a lo bestia, al tiempo que bate récord de ingresos -curiosa contradicción-, pero remunere a sus directivos con millones de dólares? La CEO de Mozilla, Mitchell Baker, pasó de cobrar 2,4 millones de dólares en 2018 a casi 7 millones en 2022. Porque sí.
No me entiendas mal, ferviente usuario de Firefox: yo no tengo nada en contra de que alguien gane mucho dinero. Lo que no quiero es que me vendan la moto. Y esa moto se llama Mozilla Foundation, cuando el autentico motor del proyecto, el económico, está en Mozilla Corporation. Hay compañías de código abierto haciendo un dineral y pagando sueldos de escándalo, pero no van de oenegés por la vida.
¿Es hora de quitar a Firefox de las principales distribuciones Linux, como pide Bryan Lunduke? No lo tengo claro. ¿La alternativa sería, como claman muchos usuarios despechados estos días, Librewolf y similares? No me voy a meter ahí. Al fin y al cabo, no uso Firefox, entre otras cosas, por cuestión de principios. Es decir, por la misma razón por la que muchos usuarios eligen Firefox. Y me parece bien.
Lo que no termino de poder responder, ni siquiera para mí mismo, es si Firefox sigue siendo de fiar. Por un lado, difícilmente podría Mozilla superar los límites de Chrome u Opera. Por el otro…
La entrada ¿Sigue siendo de fiar Firefox? ¿Y Mozilla? es original de MuyLinux