Los primeros discos de metal grabados en España

A finales de los años setenta, la música en España experimentaba un proceso de transformación. El rock progresivo y la música experimental convivían con sonidos heredados del franquismo, mientras un nuevo panorama musical comenzaba a tomar forma. La llegada de influencias británicas y estadounidenses trajo consigo una inclinación hacia el hard rock y, eventualmente, el heavy metal. Aunque los primeros pasos del género en el país fueron dispersos, algunas bandas lograron materializar sus propuestas en disco, marcando el inicio de un camino que con el tiempo se consolidaría en una escena más definida.

Los primeros álbumes de metal grabados en España no surgieron en un contexto de industria consolidada. No existían sellos especializados ni una infraestructura que respaldara a las bandas emergentes. Sin embargo, los músicos comenzaron a producir discos que, aunque en su momento pudieron haber tenido una recepción limitada, con el paso de los años adquirieron relevancia histórica. Estos registros iniciales, más que simples lanzamientos, fueron intentos por adaptar un sonido aún ajeno al público español, sentando las bases para un desarrollo posterior.

Zarpa – Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1978)

Uno de los primeros intentos por plasmar en vinilo un sonido cercano al heavy metal en España provino de Zarpa, banda originaria de Valencia. En 1978 lanzaron Los cuatro jinetes del Apocalipsis, un álbum que, aunque hoy es reivindicado como pionero, en su momento tuvo poca difusión. El disco mostraba influencias de bandas como Deep Purple y Black Sabbath, con estructuras más pesadas y una intención claramente orientada hacia lo que posteriormente sería el heavy metal español. A pesar de su impacto discreto en su época, su existencia demuestra que ya había músicos en España interesados en explorar terrenos más duros dentro del rock.

Barón Rojo – Larga vida al Rock and Roll (1981)

La llegada de los años ochenta trajo consigo una mayor definición del sonido heavy metal en España. Barón Rojo, formado por exintegrantes de Coz, lanzó en 1981 Larga vida al Rock and Roll, un disco que marcó un punto de inflexión en la escena. A diferencia de intentos previos, este álbum tuvo un impacto inmediato, impulsado por una mayor promoción y una base de seguidores que comenzaba a consolidarse. Canciones como «Con botas sucias» y «Barón Rojo» no solo establecieron un estándar para el género, sino que posicionaron a la banda como una de las principales exponentes del heavy metal en el país.

Obús – Prepárate (1981)

Ese mismo año, otra banda emergía con un enfoque más directo y crudo. Obús lanzó Prepárate, un álbum que se convirtió en un referente del metal español. Su sonido más agresivo y su puesta en escena ayudaron a consolidar un movimiento que hasta entonces no contaba con una identidad clara. A diferencia de otros lanzamientos, este disco recibió una respuesta favorable desde su estreno, con presentaciones en directo que confirmaron que el público español estaba preparado para un sonido más contundente.

Fuck Off – Another Sacrifice (1988)

A medida que la década avanzaba, los subgéneros del metal comenzaron a diversificarse. El thrash metal, que ya había tenido un desarrollo considerable en otros países, llegó a España con la banda Fuck Off y su álbum Another Sacrifice en 1988. Este disco representa el primer esfuerzo registrado dentro del thrash nacional, con influencias de la escena estadounidense y un sonido más acelerado y técnico. Su aparición marcó un punto de ruptura con el heavy metal tradicional, dando paso a una nueva generación de bandas con un enfoque más extremo.

Necrophiliac – Chaopula – Citadel of Mirrors (1991)

El metal extremo tuvo una llegada más tardía a España, pero cuando finalmente se materializó en un álbum de larga duración, lo hizo a través de Necrophiliac y su Chaopula – Citadel of Mirrors en 1991. Este disco es considerado el primer LP de death metal del país, con una producción independiente y una propuesta que se alineaba con el movimiento underground internacional. A pesar de la ausencia de una escena consolidada en ese momento, el álbum sentó un precedente para el desarrollo del metal extremo en España en los años siguientes.

Conclusión

Los primeros discos de metal en España no surgieron de una industria preparada para recibirlos, sino de la iniciativa de músicos que, en distintos momentos y bajo diversas circunstancias, decidieron plasmar su visión del género en un país donde aún no había un público masivo para ello. Desde los primeros intentos de Zarpa hasta la consolidación del thrash y el death metal con Fuck Off y Necrophiliac, estos álbumes representan los primeros pasos de una escena que, con el tiempo, evolucionaría hasta convertirse en una de las más activas de Europa.