Desde su fundación en 1775, Nacional Monte de Piedad ha sido testigo de incontables historias de vida, solidaridad y transformación. Para conmemorar sus 250 años, la institución ha convertido su historia en Arte, reuniendo a trece artistas que reinterpretan el pasado con una mirada contemporánea. A través de murales, instalaciones y esculturas, estas piezas exploran el valor más allá de lo material, convirtiendo el acto de empeñar en un símbolo de resistencia, comunidad y creatividad. Te contamos quiénes son, y cómo pusieron su trabajo a disposición del tiempo y la interpretación.

1. Arnaldo Coen
Mutua presencia de tiempos eternos
Arnaldo Coen es uno de los artistas más importantes de la escena contemporánea mexicana, conocido por su capacidad para fusionar abstracción y figuración con una carga emocional y conceptual profunda. Su obra se ha posicionado como una conquista de la libertad artística, capaz de comunicar un universo espiritual a través de la materia. Además, ha sido parte de la formación de generaciones de artistas y un referente de la Generación de la Ruptura.
El mural Mutua presencia de tiempos eternos se adentra en un terreno histórico y simbólico, usando formas geométricas y perspectivas abstractas para reflejar el pasado y el presente de Nacional Monte de Piedad. La obra busca capturar la transformación constante del tiempo, con formas que emergen y desaparecen, aludiendo tanto a la solidez del lugar como a su continuo trabajo de ayuda social. Coen utiliza la abstracción para crear un caleidoscopio visual que conecta las distintas épocas y culturas que han marcado la historia del Palacio de Axayácatl, sede de la institución desde su fundación en 1775. El mural es una celebración de las historias de todos los que han pasado por este lugar, de los objetos que han dado esperanza y de la voluntad de cambiar el futuro.

2. Tania Candiani
Prosperidad y abundancia
Tania Candiani, es una artista mexicana que explora lenguajes visuales, sonoros y simbólicos centrándose en el sonido como herramienta transformadora de percepciones. Su trabajo abarca temas como las políticas feministas y la conexión de saberes ancestrales con tecnologías modernas. Ha representado a México en la Bienal de Venecia y forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Prosperidad y abundancia traduce la frase en tubos de acero suspendidos, creando una vibración sonora que transforma el espacio. La pieza conecta con tradiciones culturales, simbolizando bienestar y abundancia, mientras resuena con la misión solidaria del Nacional Monte de Piedad. La obra convierte el pasillo en un lugar de introspección, activando el entorno y reforzando su mensaje de apoyo colectivo.

3. Erick Tzucumo
Mexicanos ayudando a mexicanos
Erick Tzucumo, pintor autodidacta de Chiapas, México, se inspira en su ciudad natal y en la figura de su abuela curandera. Su estilo fusiona la materialidad de los murales prehistóricos con colores vibrantes y temas de la naturaleza y astrología, creando obras surrealistas con un enfoque en el curanderismo. Ha expuesto en México y en galerías internacionales, destacándose rápidamente.
En el mural Mexicanos ayudando a mexicanos, Tzucumo crea un homenaje visual a la solidaridad, entrelazando figuras humanas que transitan del pasado al presente, simbolizadas por maíz y raíces. La obra refleja la unión y reciprocidad a través de los personajes de un hombre y una mujer, con símbolos de alimentación, salud, y educación. El mural invita a reflexionar sobre el legado de Nacional Monte de Piedad y su compromiso con el bienestar colectivo.

4. Éramos Tantos
Órganos vitales
Éramos Tantos es un taller innovador de gráfica y audiovisual fundado en 1995 en la Ciudad de México por los hermanos Manuel y Christian Cañibe. Se especializan en la creación de cajas de arte, fusionando narrativas editoriales y museográficas. Con proyectos para empresas como Netflix, IMCINE y MTV Latinoamérica, su trabajo ha sido reconocido en exposiciones y publicaciones internacionales, como Étapes Graphiques y Latin American Graphic Design de Taschen.
Órganos vitales es una intervención artística donde se exploran instrumentos musicales y objetos cotidianos, como un micrófono, unos audífonos y una laptop. La pieza principal es un sintetizador Roland diseccionado, cuyas partes son preservadas en frascos, recordando los antiguos laboratorios biológicos. La obra rinde tributo al impacto de la música en la vida de las personas, jugando con el concepto de órganos vitales.

5. Laura Rosete
Acción
Laura Rosete es una artista visual que estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, y en la UNAM. Su obra explora la miniatura como escenario, interesándose en contenedores y tinas que evocan vientres maternos. Su enfoque en las formas, texturas y densidades invita a una reflexión profunda sobre las metáforas cristalizadas en sus esculturas. Ha sido becaria del FONCA y ha exhibido en galerías internacionales, como la Especial Art Gallery de Miami y el Vermont Studio Center en Estados Unidos.
Acción es una instalación que utiliza cerámica estucada y objetos como una cacerola, pala, monedas, dados y un taladro. Los elefantes y las herramientas representan la fuerza de trabajo, vinculada a Nacional Monte de Piedad, y cómo el trabajo en equipo resulta en mayores logros.

Para Acción número 2 emplea cerámica estucada, madera y relojes, representando a Nacional Monte de Piedad como un espacio arquitectónico con símbolos de trabajo, sabiduría y solidaridad. Los elefantes simbolizan la perseverancia de la institución, mientras que los relojes y la rueda nos recuerdan la constante renovación y el paso del tiempo.

6. Zoveck Estudio
Armonía
Zoveck Estudio, fundado en 2004 en la Ciudad de México por Sonia Romero y Julio Carrasco, es una destacada firma de diseño gráfico e ilustración. Ambos cuentan con formación académica en Comunicación Gráfica de la UAM y una maestría en Artes Visuales en la UNAM. Su trabajo, influenciado por el surrealismo y la cultura popular, busca reinventar la percepción de objetos cotidianos, dando a su obra una calidad universal y atemporal. Su visión ha trascendido fronteras, posicionándolos como referentes internacionales en diseño gráfico y la ilustración contemporánea.
Armonía es una obra que interviene una guitarra eléctrica y reúne cuatro elementos simbólicos: la mujer, representando la vida y la libertad; el venado, como mensajero espiritual y protector; el reloj, que simboliza el tiempo y la transformación; y los ojos, invitando a la introspección. Esta pieza transmite el equilibrio y la conexión con uno mismo y la naturaleza, creando una composición visualmente bella y profunda.

7. Jorge Cejudo
Lo que no tocamos nos toca. Espacio y memoria
Jorge Cejudo, conocido como El Cejas, nació el 13 de junio de 1969 en la Ciudad de México. Con formación en diseño gráfico en la Universidad Anáhuac y estudios en La Esmeralda, la Academia de San Carlos y Arteum, es un artista multidisciplinario que abarca desde el dibujo y la escultura hasta el arte urbano y digital.
Lo que no tocamos nos toca. Espacio y memoria es una pieza de arcilla y madera intervenida con objetos de empeño: audífonos, relojes, un anillo de compromiso, un collar partido y una cámara de video. La obra reflexiona sobre la huella emocional de los objetos y su permanencia en la memoria, materializando el vacío que dejan y el significado que conservan. Es un homenaje al valor de lo intangible y a la conexión que persiste más allá de lo físico.

8. Betsabeé Romero
Un farero ideal
Desde hace más de 20 años, Betsabeé Romero ha desarrollado un discurso crítico sobre migración, mestizaje y movilidad, reimaginando símbolos de la cultura global como automóviles, tatuajes y señalética urbana. Su obra entrelaza historia y tradiciones mexicanas, tomando inspiración en juegos de pelota, ídolos aztecas y arte prehispánico, fusionados con un lenguaje contemporáneo.
Un farero ideal es una bicicleta y un candelabro intervenidos, donde la artista transforma objetos de empeño—bicicletas, un espejo y candelabros—en un faro sin mar. La pieza encarna la luz del viajero incansable, un símbolo de búsqueda y esperanza que sigue iluminando caminos, sin importar la ausencia de un puerto fijo. Acompañando la obra, un poema de la artista da voz a esta luz errante, un farero que nunca deja de rodar.

9. Débora Delmar
Commitment
Explorando el consumo y sus dinámicas entre producto y consumidor, Débora Delmar trabaja con temas como la moda, el deseo y el neocapitalismo, utilizando el lenguaje de la industria para subvertirlo. Su formación incluye estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, la School of Visual Arts en Nueva York, donde adoptó su alias Débora Delmar Corp., y un Postgrado en la Royal Academy of the Arts en Londres. Divide su trabajo entre la Ciudad de México y Londres, con exhibiciones en Venecia, Zúrich, París, Berlín y Los Ángeles.
Seis cajas fuertes resguardan anillos de compromiso empeñados en el Nacional Monte de Piedad. Cada caja encierra historias y secretos que nunca serán revelados, cuestionando la relación entre valor material y emocional. La obra juega con el misterio de estos objetos que, aunque separados de sus dueños, siguen cargados de significado.

Citizen / Citizen
Dos relojes, unidos en una sola pieza, muestran los horarios de la Ciudad de México y Londres, reflejando la conexión entre las raíces y el recorrido de la artista. La obra encapsula cómo el tiempo y el espacio entrelazan identidades en una narrativa que trasciende fronteras.

10. Marco Rountree
Hombre-águila
Artista autodidacta nacido en la Ciudad de México, Marco Rountree inició su camino en el arte como dibujante y grafitero, desarrollando un enfoque versátil que abarca disciplinas como dibujo, collage, pintura, escultura, instalación, video e intervenciones arquitectónicas. Su trabajo se caracteriza por el interés en el ornamento, la organización espacial y la resignificación de objetos cotidianos, así como la libre experimentación del dibujo sobre cualquier material.
Un maniquí intervenido representa a un hombre-águila en su anhelo de volar. Equipado con una máscara de águila, una tableta con un video y objetos empeñados como una mochila y lentes de sol, la obra simboliza el esfuerzo y sacrificio necesarios para alcanzar los sueños. La dualidad entre aspiración y realidad se materializa en esta pieza, evocando el eterno deseo humano de trascender sus propios límites.

11. Cisco Jiménez
Basamento
Explorando los contrastes de la cultura latinoamericana, Cisco Jiménez fusiona el reciclaje con la geología para generar discursos visuales sobre la identidad y el contexto. Su obra combina materiales reutilizados y elementos pictóricos vibrantes para reinterpretar el pasado y el presente. Ha expuesto en las bienales de Venecia y Montreal, además de formar parte de colecciones como el Museo de Arte Moderno de México y el Museo de Bellas Artes de Houston.
Una cortadora abandonada sirve como punto de partida para esta pieza, donde capas de color y texturas evocan un corte geológico. La obra reflexiona sobre el paso del tiempo y la construcción de la historia, sugiriendo que toda creación depende de la solidez de sus cimientos.

12. Edgar Orlaineta
Mal D’Altitude
Egresado de La Esmeralda y con una maestría en Artes Visuales por el Pratt Institute de Nueva York, Edgar Orlaineta centra su práctica en la escultura híbrida, donde el modernismo, la cultura popular y la historia convergen. Su trabajo dialoga con el diseño y la arquitectura de posguerra, apropiándose de objetos industriales para cuestionar su valor simbólico y económico.
Una bicicleta intervenida es el eje de esta obra, que combina acción, sonido y pintura. Como parte del proceso, una mujer descendió por una ladera en la bicicleta modificada, generando una serie de imágenes de la experiencia. Una de ellas, impresa en formato de carta de póker, se fija al eje lateral y produce un sonido ascendente al girar la rueda.
En la parte posterior, la bicicleta integra un marco expositivo, donde se muestra una pintura en madera que representa una figura bajando la montaña con el sol como testigo. La obra establece un diálogo con piezas icónicas de Marcel Duchamp, como Roue de bicyclette (1913) y Nu descendant un escalier N° 2 (1912), explorando el dinamismo de la máquina, su relación con el cuerpo y su dimensión erótica.

13. Chavis Marmol
Gato empeñando su novena vida
Con estudios en Artes Visuales por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y una maestría en la UNAM, Chavis Mármol ha forjado una carrera que combina técnica, experimentación y crítica social. En más de diez años de trayectoria, su obra ha sido exhibida a nivel nacional e internacional, consolidándose como una de las voces más potentes del arte contemporáneo mexicano.
Partiendo de una sierra caladora de segunda mano, Mármol crea una escultura en la que un gato empeña su última vida, simbolizando a quienes dejan atrás sus herramientas sin saber quién les dará un nuevo propósito. La obra plantea una reflexión sobre la memoria de los objetos, su tránsito entre dueños y la persistencia de su utilidad. A través de esta pieza, Mármol cuestiona el valor de los materiales desechados y la carga simbólica que llevan consigo.

Más que un aniversario, una declaración de futuro
Nacional Monte de Piedad cumple 250 años, y en lugar de solo mirar atrás, abre un nuevo espacio para la creación. Lo empeñado se transforma, lo olvidado encuentra una nueva voz, y lo que parecía un simple intercambio se convierte en un puente entre generaciones. Porque el verdadero valor de un objeto no está en su precio, sino en la historia que cuenta. Y en este aniversario, esa historia se convierte en arte. ¿Qué opinas de esta forma de retratar más de dos siglos de historia?

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