Por más de un siglo, los productos La Moderna han estado presentes en los hogares mexicanos, pero, además, su historia ha sido inspiración y un ejemplo claro de evolución, innovación y adaptabilidad. Y es que a lo largo de todo ese tiempo, pasaron de ser una pequeña fábrica de pastas a convertirse en uno de los principales actores en la industria alimentaria del país que incluso cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Esta es la historia de Grupo La Moderna y cómo ha logrado superar toda clase de desafíos para alcanzar el éxito y seguir vigente a más de 100 años de su fundación. Hoy son todo un referente en el sector de la pasta en México y en otros mercados a los que han logrado expandir sus operaciones.
Los inicios en la historia de La Moderna: un cúmulo de cambios administrativos
Los orígenes de La Moderna se remontan a 1920, cuando Alberto Henkel y los hermanos Vendrell, inmigrantes españoles, unieron sus sueños y conocimientos para crear una fábrica de pastas en la Ciudad de México.
Los iniciadores del negocio tuvieron que cederlo a Rafael Costa y Javier Reverter, su yerno, siendo este último quien estaría a cargo de liderarlo de 1927 a 1955, año en que vendió la fábrica a Esteban Abascal Saldamando. Bajo esta nueva administración, la compañía no solo cambió de locación, sino que se modernizó pues adquirieron tecnología de punta para aquella época.
Para 1959 hay un nuevo cambio de dueños pues la sociedad conformada por Luis Dosal, Carlos Scougall y Eduardo Monroy Cárdenas adquieren la fábrica. No obstante, luego del fallecimiento de Dosal y que Scougall vendiera su parte, Monroy, con solo 33 años, se queda como dueño de la compañía.
La administración que guiaría el cambio y la expansión
Bajo la dirección de Eduardo Monroy, La Moderna expandió su línea de productos, incorporó nuevas tecnologías y amplió su presencia en el mercado. En búsqueda de la excelencia, recurrieron a la asesoraría de expertos como el reconocido especialista en pastas, Luigi Geremia Zanon, quien compartiría mejores prácticas.
Monroy era un hombre de negocios visionario, por lo que en 1970 adquirió su primer molino, el cual se convertiría en su principal proveedor de materia prima. En 1980 fundó “Películas Plásticas”, S.A. de C.V. que proveería de empaques a La Moderna.
La empresa no solo se enfocó en pastas, sino que también diversificó su portafolio con productos como galletas, harinas y salsas, para así mantenerse competitivos en el mercado.
Ingreso a la BMV y expansión global de La Moderna
Todo el trabajo de Monroy se vio reflejado en una empresa tan sólida que pudo comenzar a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores en 1897, pasando así de ser una empresa familiar a un pública. Además, en 1990, con miras en el mercado estadounidense, se creó Interamerican Foods Corporation, una empresa que tendría como objetivo abrirse el paso en aquel territorio, estrategia que cumplió con su misión.
En 1996 la FDA (Food and Drug Administration) reconoció que los productos del Grupo La Moderna cumplían con las normas de calidad y seguridad requeridas, esto les permitió ganar una licitación para convertirse en proveedor de pastas de las instituciones penitenciarias de Texas.
Como parte de su expansión, también adquirieron la marca Tres Estrellas, reconocida por sus productos como harina de trigo o para hot cakes. Esta compra los obligó a instalar un molino de arroz y una planta de mezclas para la producción de los nuevos integrantes de su familia.
La expansión no fue solo hacia el país vecino del norte pues hicieron alianzas en Centroamérica lo que les abrió el camino en países como Guatemala. Actualmente la compañía ha logrado posicionar sus productos también en Sudamérica y El Caribe.
Las claves de éxito en la historia de La Moderna
A pesar de todos los cambios de administración que vivieron en sus primeros años de historia y de todas las transformaciones internas y externas que supone operar por más de un siglo, La Moderna ha logrado no solo mantenerse vigente sino ser uno de los líderes industria alimentaria mexicana. Entre los factores de su indudable éxito se encuentran:
- Excelencia. El compromiso con la calidad y el sabor de sus productos que ha caracterizado a la compañía desde sus orígenes ha sido fundamental para ganarse la confianza de los consumidores.
- Adaptabilidad. El país, la industria y la propia empresa se han transformado radicalmente desde 1920, cuando iniciaron operaciones, hasta el 2025, por lo que la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado fue vital.
- Diversificación. Acciones como el expandir su línea de productos le han permitido a Grupo La Moderna crecer de manera constante.
- Visión de futuro. Desde sus etapas más tempranas, la compañía mostró un enfoque en la innovación, lo que ha contribuido a posicionarse como una empresa líder en la industria alimentaria.
La historia de La Moderna es una fuente de inspiración para otros emprendedores y empresas, demostrando cómo una compañía que sabe evolucionar puede prosperar en un mundo empresarial en constante cambio.
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