Adobe Lightroom es una herramienta esencial y extendida entre fotógrafos y editores gráficos. Pero vive en una encrucijada desde hace un buen tiempo: con la llegada de Lightroom Creative Cloud (CC), su versión Classic se ha visto un poco más obsoleta, sin embargo, esta versión posee una característica que impide que muchos usuarios den el salto a CC.
Si bien CC posee una interfaz más intuitiva y moderna y una mejor sincronización con la nube, Classic tiene una función imprescindible para los profesionales del sector: la herramienta de calibración. Esta implementación permite un control preciso sobre ciertos parámetros de tu imagen, entre ellos el color.
Qué es la herramienta de calibración de Lightroom
Hablamos de una función avanzada que nos permite ajustar los colores en imágenes capturadas en formato RAW. Este formato, más pesado y complejo que otros como JPG, permite un trabajo más personalizado de edición. Esto significa que Lightroom nos da la herramienta para que los colores de nuestra foto en RAW coincidan con la visión del fotógrafo. Una herramienta que puede abarcar conceptos artísticos y personalistas muy amplios.
Dentro de este paquete de opciones, los usuarios pueden modificar colores primarios (rojo, verde, azul) y sus subcolores. De esta manera, podemos lograr mayor precisión en el ajuste de colores sin manipular tonos medios, suaves y sombreados de la fotografía o imagen con que trabajemos. Esto se vuelve especialmente importante cuando los fotógrafos quieren impregnar sus fotografías de un tono o perfil de color particular, dando a sus fotos un estilo único y personalizado.
Sin embargo, Lightroom CC no tiene esta función. Está diseñado para conseguir una mayor accesibilidad y facilidad de uso, y esta filosofía se ha llevado por delante la herramienta de calibración. De forma que solo la encontraremos en su versión Classic.
Puntos fuertes de Lightroom CC
A pesar de esta falla, que puede suponer una falta enorme para muchos profesionales, la versión Creative Cloud de Lightroom también ha traído consigo avances de suma importancia:
- Edición compartida entre dispositivos: a pesar de que Classic solo se encontraba disponible para la versión de escritorio, CC también la encontraremos para iPad, smartphones y tablets de Android. Al guardar los proyectos en la nube, la sincronización entre plataformas es perfecta.
- Mayor facilidad de uso: su interfaz ha mejorado con la llegada de CC. La curva de aprendizaje de este programa es bastante pronunciada, debido a la alta especialización que requiere. Facilitar este aprendizaje es mucho más liviano con un diseño mucho más intuitivo.
- Mejora en la transferencia de archivos: para transferir las imágenes realizadas desde Classic, normalmente había que hacerlo desde discos duros o acudir a nubes para luego descargarlas en otros dispositivos. Pero con CC, puedo mandar la imagen resultante a cualquiera de mis servicios móviles gracias a la aplicación que funciona de manera simultánea en todos los que hemos explicado antes.
Adobe aún no ha anunciado si la tan querida herramienta hará aparición en las futuras actualizaciones de CC. Así que, en definitiva, si has generado un entorno de trabajo óptimo desde Classic y no crees que las funciones que trae consigo CC vayan a mejorar tu entorno, tal vez lo mejor sea quedarte en tu versión clásica.