Detectar patrones bajistas engañosos requiere un análisis inteligente.
Imagínate que estás surfeando una ola gigante. Vas subiendo y subiendo, disfrutando de la emoción. Pero de repente, la ola pierde fuerza y empiezas a bajar. ¿Te caes y te rindes? ¡No! Un buen surfista sabe que las olas tienen sus altibajos y que a veces hay que esperar la siguiente ola para seguir disfrutando.
Lo mismo pasa en los mercados. Una tendencia alcista no es una línea recta hacia arriba. Siempre habrá momentos de calma y correcciones. Una corrección es como un respiro en la subida. Es una oportunidad para que los compradores puedan entrar en el mercado a un precio más bajo.
A veces, lo que parece ser el principio del fin de una fiesta, puede ser solo un pequeño bache en el camino. Esas caídas repentinas pueden ser trampas para osos, diseñadas para asustar a los inversores y hacer que vendan sus activos a precios bajos. Si picamos el anzuelo y vendemos, podríamos perdernos de una buena subida.
