A todo el mundo le gustaría que las viejas fotografías se conservaran para siempre, pero quien haya sufrido un desastre como humedades o, algo peor, una inundación, sabe que no es fácil que el papel sobreviva. Curiosamente, en el NEDCC (Centro de Conservación de Documentos del Noreste, EEUU) explican que suelen recomendar congelar las fotografías o álbumes dañados hasta que un conservador más experto pueda trabajar con ellas para «salvarlas», algo que es posible en el caso de que se trate de materiales sumamente importantes.
Lo normal cuando se te mojan o embarran las fotografías es secarlas al aire lo más rápidamente posible, especialmente si están pegadas unas a otras. Pero si por alguna razón no es posible, la recomendación del NEDCC es guardarlas en bolsas de plástico selladas (y separadas con papel encerado si hay muchas) y congelarlas, o incluso congelar álbumes enteros tras colocar hojas separadoras como buenamente se pueda. Y ya luego los expertos sabrán cómo apañárselas. [Fuente: NEDCC.]