Son varios los tipos de códigos maliciosos que pueden llegar a nuestro equipo y afectar a su funcionamiento de un modo u otro. Entre ellos nos encontramos con los denominados como rootkit de los que hablaremos a continuación.
Quizá muchos de vosotros no sepáis el tipo de malware del que os hablamos ahora. Antes de hablaros de los síntomas por los que vamos a detectar este tipo de malware en concreto, deberíamos conocerlo un poco más en profundidad o al menos saber a lo que nos enfrentamos.
Qué es el código malicioso rootkit
Pues bien, es importante tener en consideración que los llamados rootkits son una serie de programas informáticos maliciosos diseñados para acceder y esconderse en nuestro ordenador. Por regla general se ocultan de los usuarios y los procesos del sistema, mientras que al mismo tiempo conceden a los atacantes acceso, con permisos de administrador, al dispositivo.
Básicamente, podríamos decir que los rootkits son herramientas que proporcionan acceso privilegiado al kernel de un sistema operativo. Una vez que se han incrustado en el software, abren una puerta trasera virtual a los ciberatacantes. Así, estos tendrán la oportunidad de entrar de forma remota en nuestros equipos para llevar a cabo hola múltiples acciones maliciosas. Aquí se incluyen acciones tan peligrosas como el robo de datos personales o la destrucción de archivos del sistema. Además, se encargan instalar otros tipos de malware o reclutar nuestro ordenador para que forme parte de un ejército de botnets.
Los rootkits también pueden permitir ataques de denegación de servicio o DDoS, por los que el equipo se vea inundado de peticiones hasta que no puede llevar a cabo sus funciones normales. Igualmente, algunos atacantes utilizan este malware para piratear la webcam y el micrófono del dispositivo.
Síntomas habituales de infección de este malware
Una vez sabemos a qué nos enfrentamos cuando nos infecta un rootkit, es importante saber cómo detectarlo, algo que no siempre es fácil. Y es que uno de los principales objetivos de este código malicioso es pasar totalmente desapercibido. Pero si andamos atentos podremos detectar algunos de estos síntomas para a continuación intentar deshacernos de este malware cuanto antes.
Como los rootkits están diseñados para permanecer ocultos, detectarlos puede ser complicado. Cuanto más tiempo permanezcan en el PC, mayor será el daño que puedan causar. Algunos son capaces de desactivar el software de seguridad, lo que les proporciona una tapadera adicional para sus acciones. Estos son sus principales síntomas.
Pantallazos azules de la muerte. Estos temidos errores de Windows que aparecen de forma repentina en el sistema, pueden ser una de las causas de los rootkits. Son fallos que bloquean por completo el equipo y que nos obligan a andar reiniciando cada poco tiempo.
Bajada de rendimiento del sistema. En el caso de que detectemos una bajada importante de rendimiento en el sistema operativo, también deberíamos sospechar. A esta mayor lentitud también se le pueden sumar constantes bloqueos y un uso intensivo tanto del procesador como de la RAM.
Cambios en la configuración y los permisos del sistema. También nos podemos encontrar con determinados cambios en la configuración de Windows. Por ejemplo el antivirus se desactiva por sí solo, nos encontramos con fondos de escritorio y salvapantallas diferentes, ocultación de la barra de tareas y más.
Internet funciona lento. De igual modo, podemos estar infectados por un rootkit si vemos que las webs cada vez cargan más lento la navegación por Internet se hace insufrible.