Hace prácticamente diez años que Sebastien Bui y Stefan Lilov se juntaron en Londres con tal de grabar algunos demos, aislados en el cuarto de algún hotel. Sería poco después, ya instalados en Suiza, que avanzarían en sus cavilaciones musicales con la ayuda de Yavor Lilov, Alain Sandri, Quentin Pilet y Elie Ghersinu. Pronto, para 2017, el sexteto debutaría discográficamente bajo el nombre de L´Éclair. Desde entonces, el combo sabría que el suyo sería una viaje de largo recorrido cuyas recompensas en forma de paisajes improbables llegarían a su tiempo, según el mismo Lilov avisa en entrevista, desde el centro de operaciones del grupo, en Ginebra.
“Éste es un sitio multicultural, por algo nos unió a todos los miembros de la banda, porque en realidad ninguno de nosotros es suizo”, explica Stefan, refiriéndose a la ciudad que los hizo concentrarse para amasar eso que algunos llaman “música cósmica instrumental”. “Llegué a Ginebra cuando tenía seis años de edad, y desde ese momento empecé a conocer a gente de todas partes del mundo”, prosigue Lilov. “Convivir con personas de tantos países delineó mi forma de pensar, y con los demás miembros de la banda pasó así también. Por ello estamos abiertos a recibir, a escuchar cualquier tipo de música para procurar entenderla. Y creemos que algo de esto ha de verse reflejado en nuestro sonido propio”.
Polymood, el segundo disco de la banda, abriría nuevos caminos para sus autores, con presentaciones a lo largo de Europa e incluso América. “Obviamente crecimos oyendo bastante rock clásico, como cualquier chico que quiere formar una banda, pero al mismo tiempo en el aire había mucho 50 Cent o Daft Punk, por ejemplo”, comenta Stefan sobre sus primeras influencias, citando “Hey ya!”, de Outkast, como la clase de temas que personalmente aprecia si de hablar del cancionero mainstream se trata considerando su buena manufactura. “Este tema sonaba todo el tiempo en la radio cuando yo tenía como 12 años de edad, la época en la que supe que de verdad quería dedicarme a la música y comencé a escuchar mucha psicodelia, funk y música electrónica. A partir de ahí puse más atención, buscando asimilar los sonidos de todos los continentes. La curiosidad fue importante”.
De la mano de The Mauskovic Dance Band, los de Ginebra arrancarían propiamente tratos con el instrumental propio de la música electrónica gracias a un EP colaborativo titulado Suaropoda (2019). “Siempre nos hallamos buscando nuevas posibilidades. En realidad estamos enamorados de todo aquello que nos haga extraviarnos, perdernos en la música. La psicodelia. La lentitud esotérica, la densidad. Nos gusta abrir puertas, no repetirnos y mostrar a la gente lo mejor de nuestra parte”, avanza el guitarrista. Es el suyo y el de sus compañeros un andar misterioso y peregrino; el mismo artista lo acepta. “Vemos nuestra música como algo en constante proceso de cambio; jamás como algo definido que pueda resultar exitoso a la primera. En realidad estamos estudiando nuestra sonido, constantemente, todo el tiempo. En este camino, nos sorprende que a la gente le guste, francamente”.
“Un buen coctel por la tarde, con algo rico de comer… quizá sería buena idea echarte en un sillón y dejarte ir, con lo que quieras”: ahí la escena en la cual, idealmente, podría escucharse la discografía de L´Éclair, incluido su álbum más reciente, Confusions. Aunque Stefan reconsidera que no todo es hundirse en la introspección con las ideas sonoras que éste y sus camaradas confeccionan; desde el patio de su hogar, vestido como si de un clon del George Harrison de la era All things must pass se tratase, calibra la funcionalidad de la música de fondo, aunque después de cierta hora: “¿sabes?, nuestra música también funciona si quieres trabajar o estudiar, porque al carecer de letra te permite mantenerte enfocado. Algo que sí creo fielmente es que es mejor escuchar nuestros discos después de las 11 de la noche, porque como que a esa hora las cosas se ponen brumosas”.
El tiempo avanza. Stefan debe irse. Quizá para arrancar hongos de la tierra de ese jardín húmedo y poderosamente verde que le cuida la espalda. Aunque antes de coleccionar los manjares de la cena habla de afecto e insatisfacción, dos palabras que juntas le ponen gasolina al motor creativo de L´Éclair, una máquina sónica de orden psicodélico, ultra chill, que, hasta donde se sabe, trae tanque lleno y ni un mapa en la guantera presto para trazar ruta alguna. “Amamos lo que hacemos, juntos. Y a la fecha seguimos sin sentirnos del todo satisfechos con lo que nos pasa. Mientras haya inspiración, mientras exista esa llama dentro de nosotros que nos impulsa a generar nuevas ideas, seguiremos en esto. No queremos caer en fórmulas”.
*L´Éclaire se presenta en el festival Hipnosis este 2 de noviembre, en el Estadio de Beisbol Fray Nano. Adquiere tus boletos dando clic aquí.
*También te puede interesar: Air en el Hipnosis: Un lujo irrepetible
The post L´Éclair: “Nos enamora lo que extravía, la lentitud esotérica, la densidad” appeared first on Revista Marvin.