¡El Príncipe de las Tinieblas lo ha vuelto a hacer! Ozzy Osbourne, la leyenda viviente del rock, ha sido incluido por segunda vez en el prestigioso Rock and Roll Hall of Fame, esta vez por su icónica carrera en solitario.
La ceremonia, celebrada anoche en Cleveland, fue un evento lleno de emociones y sorpresas. Ozzy, conocido por su carisma y su inigualable presencia escénica, se presentó en un trono adornado con alas de murciélago, un guiño a su apodo y estilo único. A pesar de su conocida aversión a los discursos, Osbourne habló desde el corazón, agradeciendo a sus fans por su lealtad inquebrantable y recordando con cariño a su fallecido guitarrista Randy Rhoads, a quien considera fundamental para su éxito.
La noche estuvo llena de actuaciones estelares. Músicos de la talla de Robert Trujillo de Metallica, Chad Smith de Red Hot Chili Peppers, y guitarristas como Zakk Wylde y Steve Stevens, se unieron para rendir homenaje a Ozzy. La sorpresa de la noche fue la interpretación de sus clásicos por otros grandes del rock: Maynard James Keenan de Tool, Jelly Roll y Billy Idol, quienes hicieron vibrar al público con versiones inolvidables de «Crazy Train», «Mama I’m Coming Home» y «No More Tears».
Ozzy Osbourne, quien ya había sido incluido en el Hall of Fame en 2006 como miembro de Black Sabbath, ha demostrado una vez más por qué es una de las figuras más influyentes y queridas del rock. Su legado continúa inspirando a generaciones de músicos y fans alrededor del mundo.
¡Larga vida al Príncipe de las Tinieblas.
