Así es, la legendaria banda de reggae argentino está de celebración y recién paró en México para festejar un aniversario más de la salida de su disco Big yuyo, álbum fundamental para asimilar la esencia y potencia de una banda cuyo guitarrista y cantante, Juanchi Baleirón, encontró espacio en su agenda para charlar con Marvin. Un diálogo emotivo de inicio a fin que dio pauta para hablar de literatura argentina y de un juego de futbol que sostuvieron Los Pericos a las afueras de los estudios Tuff Gong, pertenecientes a la familia Marley.
TXT:: Juan Nicolás Becerra
Celebran la salida de Big yuyo (1992).
Primero habíamos organizado un concierto muy lindo en un teatro, y dijimos, pongamos una temática; y en un momento dijimos, uy, se nos pasó que un disco importante como Big yuyo ha cumplido ya una fecha redonda. Estamos a 32 de su salida, pero no importa, decidimos hacer un año de celebraciones tanto en Argentina como en Chile, Uruguay y ahora en México. Así que contentos. Un disco súper importante, una piedra fundacional de Los Pericos en una época en que la banda se expandió para el resto de Argentina renovando su sonido, refrescándolo, nutriéndolo de otras influencias. Un álbum ecléctico donde convive un reggae cadencioso, melancólico, con rock, pop y dance hall. Un disco bastante amplio en ese sentido.
Es un disco notable para asimilar la esencia de la banda.
Tiene muchas canciones que están siendo parte de la playlist actual de la banda en vivo, aunque no solamente pasa en nuestros conciertos, sino también con la gente, en sus casas. Estamos ante temas que son familiares. Es un disco plagado de hits, muy digerible para cualquiera, no solamente para los fans. Con esta celebración, para nosotros este año ha tenido una actividad muy fuerte; hemos estado de gira por Chile, Costa Rica, Puerto Rico, Perú, España, Uruguay, Argentina. En festivales como Lollapalooza, Cosquín Rock, Rock en Baradero…
Visitan Tijuana en esta gira, ¿qué recuerdan de esta ciudad fronteriza?
Nuestro primer concierto allí fue hace 30 años, en el 94. Habíamos mezclado nuestro disco en Los Ángeles, Pampas reggae. Veníamos de Jamaica y después nos cruzamos a tocar a Tijuana. Me acuerdo que tocamos en un pequeño lugar, muy chiquitito, que era como un centro cultural, y lo había producido un querido amigo periodista que era conocido en Tijuana, que trabajaba para Rolling Stone. Un personaje entrañable, divino. Después empezamos a hacer cosas un poco más grandes, ya con la compañía discográfica apoyando, como San Luis Potosí. Pero el primer concierto fue en Tijuana, así que tenemos un recuerdo hermoso siempre.
Hablando del álbum Viva pericos!, ¿cómo fue revisitar, samplear, meterle dub, sentimiento, roots y tanta elegancia a canciones tradicionales como “Tu cárcel”, “La distancia”, “Tatuajes” o “Trátame suavemente”?
Surgió primero como una inquietud de la compañía disquera, hacer algo diferente en plena pandemia, y nos pareció interesante. Había tiempo suficiente. Nos metimos con Julio Iglesias, Roberto Carlos, Jorge Drexler, Soda Stereo, Los Rodríguez, Calamaro. En un momento pensamos hacer un homenaje a la música regional mexicana, a temas reconocidos, aportar nuestro granito de arena. Fue una sorpresa muy linda. Habíamos consultado con varios amigos, entre ellos Carla Morrison, quien nos tiró un listado de canciones y desde ahí tomamos referencia, fuimos probando la que mejor nos quedaba. Era como probarse ropa, decir, bueno, esto se ve muy lindo, pero me lo pongo y parezco un mamarracho.
Háblanos de las colaboraciones con Rubén Albarrán y La Delio Valdez.
El segundo, un bandón de mucha personalidad y gran empuje. Personas generosas, muy frescas, así, como que tienen un aproach con la música bailable de toda Latinoamérica; obviamente hacen hincapié en la cumbia, son geniales. Con Rubén Albarrán hicimos un temazo hermoso de Los Rodríguez.
¿Nos puedes recordar tu experiencia en Jamaica, en los estudios Tuff Gong?
Fue en el 93. Fuimos a Jamaica por primera vez. Un viaje de revelaciones, de confirmaciones, de ver una realidad muy diferente a la que esperaba. Porque la información que tenía era a cuentagotas, no había Internet. Pensaba que llegar a Jamaica significaría estar en el país de los rastas y no, la juventud estaba con la música urbana, el dancehall y todo lo que tenía que ver con una lírica un poco más cruda, realista, cotidiana, áspera. No hubo tanto amor y paz y fumar porro. Estuvimos ensayando en el estudio de Bob Marley, en contacto con la gente que trabajó con él. Jugamos un partido de fútbol, Jamaica VS Los Pericos. Ganamos cuatro a tres. Después estuvimos en la casa de Marley, con Rita.
Para cerrar, en términos literarios ¿Los Pericos están del lado de Borges o prefieren Cortázar?
Somos más Cortázar definitivamente. De Todos los fuegos, el fuego más que de El Aleph. Y amamos a Julio. A Borges también, cuando patea un tiro libre, entra siempre; aunque no me gustan todos los tiros libres de Jorge. Prefiero las gambetas de Julio.
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