Texto: Staff Heavy Mextal //
El pasado sábado 5 de octubre, el Centro de Convenciones Tlatelolco se convirtió en el epicentro de uno de los festivales más explosivos y auténticos del underground en México: la sexta edición del Off Limits. Un evento que cada año gana más terreno entre los seguidores del punk, hardcore, thrash, grindcore y otros géneros extremos, gracias a su propuesta sin concesiones, enfocada en traer a bandas que encarnan el espíritu rebelde y contestatario que define estas corrientes. Desde su cartel hasta su ejecución, el Off Limits 2024 dejó claro que su misión es amplificar las voces que desde el underground gritan verdades incómodas con riffs afilados y baterías fulminantes.
Desde que se reveló el cartel, la expectación entre los fans era palpable. Pig Destroyer, The Suicide Machines, Infest, 7 Seconds, ACxDC, entre otros, prometían una jornada de pura adrenalina. La inclusión de bandas nacionales como Descomposed Society, Blessed Noise y De Nalgas aseguraba que el talento mexicano no solo sería un complemento, sino una parte vital de la experiencia. Sin embargo, el festival sufrió una baja importante: Dropdead no pudo presentarse. Afortunadamente, ACxDC llenó ese hueco con una actuación brutal que muchos consideraron uno de los puntos más altos del día.
Arrancan las hostilidades
El festival arrancó con la energía indomable de Brigada Esperanza, una banda local de punk que ha sabido ganarse el respeto de la escena mexicana. Formados a principios de la década de 2000, la banda ha mantenido una postura constante de crítica social y resistencia, algo que quedó claro con su actuación cargada de furia y conciencia. Le siguieron Serpyants, quienes con su mezcla de punk y hardcore dejaron claro que la nueva generación de músicos mexicanos está lista para tomar el relevo, pero fue con la llegada de Into Sickness que el verdadero caos empezó a desatarse. Su death/grind implacable sacudió el recinto, aunque en ese momento la audiencia era aún escasa su brutalidad no dejó a nadie indiferente.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la presentación de Blessed Noise, una banda de punk feminista que ofreció su última actuación bajo ese nombre, pues desde ahora pasarán a llamarse Noixxes. Con una actitud feroz y una energía inagotable, dejaron claro que en la escena del punk mexicano, la lucha femenina tiene un espacio bien ganado. Su presentación incluyó a Taty de Bloody Benders. Su actuación fue un recordatorio de que el punk no solo es música, sino también un espacio de lucha por la igualdad.
Una de las características más interesantes de Off Limits es su diversidad sonora. Aunque predominan los géneros más extremos, el festival también dio espacio a sonidos menos convencionales dentro del cartel. Against All Authority, una banda de ska punk formada en 1992 en Florida, aportó su crítica política y un ritmo más bailable, aunque no por ello menos feroz. Fue una agradable sorpresa para muchos que, entre riffs y blasts, pudieron moverse al ritmo de los trombones y la energía contagiosa del ska.
A lo largo del día, los asistentes fueron saltando entre géneros como si se tratara de un caos cuidadosamente orquestado: con bandas como De Nalgas, Agonista, Decomposed Society, Bigspin, Values Here, AAA, No Warning, Sheer Terror, Fugitive, Negative Approach o Suicide Machines.
El thrash/crossover de Fugitive fue una de las sorpresas más gratas. Esta banda texana, que ha venido ganando terreno en la escena internacional, ofreció un set que provocó algunos de los circle pits más memorables del festival. Formada por miembros de Power Trip, a pesar de que llevan poco tiempo en la escena, ya han captado la atención del público metalero con su sonido que mezcla lo mejor del thrash de la vieja escuela con un toque moderno. Para muchos, su presentación fue una bocanada de aire fresco entre tanto hardcore y punk, y sin duda, uno de los grandes aciertos de la organización.
Cuando la noche comenzó a caer, llegó una de las presentaciones más esperadas del día, ACxDC —acrónimo de Antichrist Demoncore— que se adueñó del escenario con su powerviolence implacable. Fundados en 2003 en Los Ángeles, esta banda ha sido uno de los principales exponentes de este subgénero que mezcla el hardcore punk con el grindcore. Aunque fueron una adición de último minuto tras la cancelación de Dropdead, su actuación fue recibida con furia y emoción, creando uno de los mosh pits más intensos del día.
El primer gran salto del día lo dieron Infest, pioneros del hardcore estadunidense. Esta banda, formada en 1986 en Los Ángeles, ha sido clave en la evolución del powerviolence, un subgénero que combina el hardcore punk con el grindcore, entregando canciones cortas, rápidas y llenas de agresión. Para muchos, fue un privilegio poder ver a una banda tan influyente en vivo, especialmente porque su música ha influenciado a incontables bandas dentro y fuera de los Estados Unidos.
El regreso de los gigantes
En un punto alto de la noche llegó el turno de 7 Seconds, quienes desde los años 80 han sido una de las bandas más importantes del hardcore melódico. Fundada en 1980 por Kevin Seconds, esta banda de Nevada ha sido fundamental en el desarrollo del hardcore positivo, promoviendo un mensaje de unidad y resistencia sin caer en la violencia. Su presentación fue uno de los momentos más emotivos de la noche, con una audiencia entregada coreando clásicos como «Young ‘Til I Die» y «Walk Together, Rock Together». Con un recinto prácticamente lleno esta leyenda de la música extrema hizo vibrar a todos con su estilo característico, combinando velocidad y melodía. Aunque no fue el set más explosivo, dejó satisfechos a los fans de la vieja guardia que esperaban con ansias este retorno.
Finalmente, llegó el momento que muchos esperaban. El festival culminó con la devastadora actuación de Pig Destroyer, los grandes esperados de la noche. Fundados en 1997 en Virginia, esta banda de grindcore ha revolucionado el género con álbumes como Prowler in the Yard y Terrifyer. A diferencia de otras bandas del género, Pig Destroyer ha optado por no tener bajista, algo que les ha permitido afinar su sonido en una mezcla de guitarras y percusión absolutamente destructiva.
La actuación de Pig Destroyer fue, sin duda, el clímax del día. Adam Jarvis, su baterista, demostró por qué es considerado uno de los mejores en su género, mientras que la guitarra de Scott Hull resonaba tan precisa como brutal. Canciones como “Loathsome” y “The Diplomat” provocaron un mosh pit furioso, y la intensidad del show dejó a los asistentes con la adrenalina a tope hasta el último acorde.
Off Limits 2024 no fue simplemente un festival; fue una declaración. Un espacio donde bandas y público se unieron en un acto colectivo de resistencia y catarsis. Las bandas vendiendo su propio merchandising, la comida sencilla pero efectiva, y la atmósfera de camaradería crearon una sensación de comunidad difícil de encontrar en otros eventos. A pesar de algunos problemas logísticos, como las largas filas para bebidas y escasez de las mimas, el evento fue un éxito rotundo. La impecable calidad del sonido en la mayor parte del tiempo y en ambos escenarios, así como el acmodo de las bandas y horarios, permitieron que el festival fluyera sin tropiezos mayores.
El underground sigue vivo y Off Limits es uno de sus principales bastiones. Con cada edición, este festival se consolida como uno de los imperdibles del calendario musical mexicano. El próximo año será difícil de superar, pero si algo ha demostrado Off Limits es que siempre encuentra la manera de llevar las cosas un paso más allá.