Texto: Kimberly Pasagali
Sin duda alguna, la primera edición del festival We Missed Ourselves fue un evento que casi todas las generaciones de emos esperábamos. Podíamos ver a los más jóvenes en la barrera desde temprano y los más treintojes echaban el moshpit, pero también aprovechaban para descansar. En un cartel con bandas íconos del movimiento, aunque eso sí, como lo ha sido en muchos eventos recientes en la CDMX, la lluvia trató de hacerle guerra a la producción.
Hoy te contamos cómo se desarrolló esta primera vez que promete, y esperemos que así sea por unas cuantas ediciones más, ser una gran tradición para decirle a tu mamá año con año que nunca había sido una etapa.
Entre eyeliner corrido, llantos, llovizna, dolor de rodilla y mucha, pero mucha emoción, algunos asistentes se formaron desde las 7:00 am para poder vivir y ver de cerquita al buen Ronnie Radke en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México. Obvio, no era el único motivo para estar ahí desde temprano, pero sin duda se veían muchas playeras de Falling In Reverse en la barricada de la sección preferente.
Cómo lo hemos vivido en festivales como dos ediciones del CMBA Punk Rock Fest y viviremos en una semanas con el MxMF Metal Fest, la verdad es que el venue no decepciona y se adapta bastante bien a las necesidades de los asistentes. Eso sí, no estuvo tan chido que la mayoría de bandas tuviera retrasos desde 5 hasta 15 minutos en su set, por un lado se agradece que los sets hayan terminado a tiempo y se respete el tiempo de las siguientes bandas, sin embargo, los cambios de set seguían siendo tardados.
Ah pero eso sí, hubo cierta banda que salió a tocar su primer rola a buena hora pero terminó su set casi 20 minutos antes. Y hubo otra que con todo y los 15 minutos tarde, seguían sonando mal y no cumplieron con el setlist prometido.
Entre moshpits y breakdowns
AXTY y Outline In Color fueron las bandas encargadas de abrir el show, entre excelentes breakdowns y sonidos dramáticos y potentes, despertaron el interés de los que poco a poco venían entrando al festival. Nadie andaba echando el moshpit pero si apoyaban con palmas y headbang a estas dos agrupaciones.
Blessthefall, una de las bandas más esperadas del festival hizo tremendo show, donde el mosh y un épico wall of death, alentado por el vocalista de la banda, Beau Bokan, hicieron reventar al público en todo momento. Y que energía, desde el inicio Beau salió tirando agua y bajaba al público para cantar con ellos. Sonaron rolas como “Wake the Dead”, “Hollow Bodies” y “You Wear a Crown but You’re No King”.
Fit For A King y Hawthorne Heights, bandas de culto para los emos de verdad, tanto así que Escape The Fate y Alesana los veían desde atrás del escenario. Por su parte, Fit for a King se presentó por primera vez en México y derrochó hartos saltos y trucos en el bajo por parte de Ryan “Tuck” O’Leary, quién destacó por su gran habilidad musical y enorme energía, inclusive al final del set aprovechó para ponerse una máscara de luchador y aventarse al público.
Por otra parte, los fanáticos de Hawthorne Heights se fueron complacidos al escuchar en su totalidad el disco The Silence In Black And White, con rolones como “Niki FM” y “Ohio Is For Lovers”. Pero eso sí, por más que las rolas sonaron increíble, el bajón de energía después de Blessthefall y Fit for a King de sintió demasiado, por lo que muchos asistentes ya se veían aburridos con su set.
Escape The Fate y su promesas fallidas
El caso de Escape The Fate fue uno de los sets más polémicos. Para este punto, las tres bandas anteriores habían salido con 5 y 10 minutos de retraso pero esto no representaba problemas para la logística de las demás agrupaciones dado que no terminaron sus setlists para no recorrer los tiempos.
Sin embargo, debido a unos problemas de audio, Escape The Fate inició 15 minutos tarde y esto provocó que el tan prometido y esperado set de su álbum This War Is Ours no fuera tocado completamente. Peor aún, con todo y el retraso, el audio siguió fatal en las primeras canciones, la agrupación se veía totalmente molesta, aunque siempre amables con sus fanáticos.
Con todo y todo, fue un momento esperado por los fans quienes corearon todas las canciones, a pesar que Craig Mabbit tuvo que tomar la decisión de cuales tocar en pleno escenario y se retiraron con una molestia bastante evidente. Aquí la queja principal fue que por errores de comunicación, la banda creyó que no les cortarían el tiempo y se enteraron que si los bajarían a la mitad de su show.
Así que su show se vio limitado a unos 35 minutos aproximadamente, considerando que el disco prometido para este set dura 40 minutos, uno pensaría que se quedaron a una o dos rolas de terminar dicho set, pero no, de once canciones del disco, solo pudimos escuchar cinco y otras tres que fueron “One For The Money”, “Ungrateful” y “Broken Heart”. Tache ahí para Escape The Fate y su pésima resolución ante estas situaciones.
Las mejores presentaciones del festival
Thursday y Killswitch Engage fueron los encargados de quitar ese mal sabor de boca. Thursday fue probablemente uno de los mejores actos del festival, por primera vez en México y se notaban realmente felices de estar ahí, una energía increíble y aunque las rolas no son las más brutales para el mohspit, si faltó un buen stage diving, tanto así que el mismísimo Geoff Rickly, vocalista de la agrupación, prometió regresar a un venue mucho más pequeño, sin barricada para poder tener stage diving y sentir la conexión con los fans.
Este set fue un viaje instantáneo a nuestra adolescencia, la energía se sentía en todo el Velódromo y los fans no paraban de corear los temazos como “Standing In The Edge Of Summer”, “Understanding In A Car Crash” y “War All The Time”.
Killswitch Engage arrastró con ganas a todos los actos anteriores, y no lo decimos en mal plan, pero salieron con una energía que hizo que se formara varias veces el mosh con canciones como “My Curse” o “This Fire”, aunque también hicieron que los asistentes lloraran con “The End of Heartache”. Jesse Leach dejó bien claro porque es una de las mejores voces del género, aparte traían bastante fuego en el stage y eso le daba un toque demasiado extremo, aparte ayudaba con el frío derivado de la ligera lluvia. Si eres fan de CM Punk y fuiste a este festival, definitivamente tuviste doble win al escuchar su tema de entrada en vivo y al enterarte de su victoria en Bad Blood.
Por su parte, el guitarrista de la banda, Adam Dutkiewicz, aprovechaba cada oportunidad que tenía para lucirse. Por ahí se rifó un solo brutal con una mano mientras se fondeaba una chela con la otra ¡Épico! Eso sí, a todos los que no querían hacer moshpit los quemaba y decía que esto era un show de metal, así que no había excusa para no echar desmadre. Y puntos extra de aura por cerrar el show con el tremendo cover a Dio, “Holy Diver”.
Falling In Reverse y su enorme producción de fuego
Con un público calientito y hypeado después del show de Killswitch Engage, todos los asistentes esperábamos ávidos a Falling In Reverse, y Ronnie lo hizo increíble desde su salida al escenario que reventó desde su primera canción “Prequel”, y siguió con temas como “Zombified”, los clásicos “I’m Not a Vampire” y “”The Drug In Me Is You”. Un momento joyita fue con “All My Life”, donde nos hizo la broma de el show había llegado hasta ahí solo para terminar entre gritos “¡Que se encuere, que se encuere!“, a lo cual se negó y nos llamó enfermos por gritar eso.
Ese show no tuvo desperdicio, totalmente divertido, aunque nuevamente se le vio molesto a Ronnie por algunos problemas técnicos. Eso sí, mucho chiste, mucho orgullo de funa, demasiado fuego, pero la energía no llegó a ser tan intensa como con la banda anterior. Y por desgracia, este set terminó casi 20 minutos antes de lo mencionado en el horario.
Por un momento creímos que esto había sido debido a ciertos problemas tecnicos que hubo, como errores en el setlist impreso; error que alguien tuvo que pagar ya que Ronnie olvidó alejarse el micrófono durante los primeros segundos de su regaño a la persona responsable.
Pero no, ya indagando en la duración de su set con otras fechas de la gira, traen un show de una hora con cinco minutos. Considerando el tiempo perdido en regaños, arreglos, bromitas y demás, solo obtuvimos como tal una hora de show cuando los horarios prometían una hora veinte. Otro tache, ahora para Ronnie y compañía. Y como detalle final de Ronaldo Radke, por ahí se mencionó entre varios asistentes el uso de playback en las partes rapeadas.
Alesana: Un ambiente más emo no se podía
Finalmente, Alesana fue lo más emocinante y dramático, aunque parecía que el crew de las luces se fue a dormir temprano ya que Shawn Milke y Dennis Lee se veían como sombras en el escenario, medio raro pero al mismo tiempo parecía ser a propósito ya que le daba una atmósfera especial al show.
Pero claro, esto podría ser un set mucho más dramático muy ad hoc al estilo de la banda y ¡Pum! Que se suelta la lluvia en las últimas canciones. Esto hizo que todo se sintiera mágico, los fans empapados, algunos llorando, otros cantando a todo pulmón, otros retirándose su playera para sentir este frío sabroso de la lluvia y muchos otros echando las patadas karatekas en el moshpit.
Por su parte, Alesana tampoco se espantó con el aguacero y decidieron continuar con el show, su crew se movía rápidamente para mover y proteger el equipo de la lluvia, mientras la banda se entregaba con todo. Pocas veces se siente está pasión por el escenario; inclusive el macho Dennis Lee se notaba sorprendido, escéptico y agradecido de ver a los fans soportar tremenda mojada. Hubo un momento donde se puso firme y nos saludó estilo militar, para finalizar diciendo que éramos unos verdaderos soldados por seguir en el show.
Alesana desde la primera edición del We Missed Ourselves en la CDMX / Foto: Raúl Alexander Muñoz
Comida, bebida e inundaciones
Finalmente, nos gustaría recalcar ligeros detalles que ya hemos vivido en este lugar y una cosa que vimos apenas y nos pareció joya. Los puestos que suelen ponerse han sido los mismos que hemos visto en otros festivales del Velódromo, los jochos, las palomitas, las papitas en vaso en $150, agua en $50, chelas y tragos en $150/160. El problema aquí, es el mismo de ocasiones anteriores, si quieres pagar con tarjeta, tienes que ir a formarte y esperar un ratote.
Pero si decides pagar con efectivo con los vendedores que se pasean por el venue, tienes la probabilidad de que te cobren el producto unos pesos más caro y aparte te digan “No traigo cambio, joven”. Entre tanta frustración y enojo en este aspecto, llega Pastes Kiko a darnos un besito en la frente y ofrecernos dos pastes por $80 pesitos, nambre, ahí si vale la pena echarte la fila con tal de alimentarte chido por una cantidad bastante accesible.
El último punto que nos genera coraje, es que el Velódromo se sigue inundando y esto hace que la salida sea un caos. Mientras los de seguridad te quieren forzar a salirte del venue, tienes que pensar si te quieres empapar casi hasta la rodilla o de plano treparte como chango por los barandales u orillas del venue.
Algo bastante peligroso y frustrante sabiendo que esto se sabe desde eventos anteriores en la Carpa Velódromo como Dillom hace unas semanas. Dejando de lado los detalles negativos ya mencionados, la verdad es que el festival salió muy bien para ser su primera edición, claro, puede mejorar pero eso no significa que esta deba ser su única edición.