La Agencia Espacial Europea (ESA) junto con la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR por sus siglas en alemán) acaban de inaugurar el simulador de la superficie lunar LUNA. Aunque se refieren a ella como una instalación análoga lunar.
Instalada en un edificio propio en las proximidades del Centro Europeo de astronautas de la ESA en Colonia su objetivo es preparar a astronautas, científicos, ingenieros y expertos en misiones para vivir y trabajar en la Luna.
Su recurso principal para eso es una sala de 700 metros cuadrados en la que 900 toneladas de granos y rocas volcánicas derivadas del basalto procesadas para simular el regolito lunar servirán para probar trajes, herramientas, vehículos y procedimientos. En algunos lugares el regolito simulado es tan profundo como para poder alcanzar los tres metros de profundidad a la hora de probar taladros y otras operaciones e instrumentos que vayan a tener lugar bajo la superficie de nuestro satélite.
Imagen simulada del interior de la sala principal de LUNA – ESA/DLR
Servicios de LUNA. Clic para ver en grande – ESA/DLR
La sala está dotada además de un sistema que permite simular la iluminación que proporciona el Sol en distintos momentos del día lunar.
En breve será equipada también con un sistema de suspensión que permitirá que tanto las personas como los vehículos que se entrenen y se prueben en el interior de la sala puedan funcionar, dentro de los límites de estos sistemas, como si estuvieran bajo los efectos de la gravedad lunar, que es un sexto de la de la Tierra. No es una simulación perfecta porque, por ejemplo, alguien que esté dentro de un traje espacial suspendido de este sistema ejerce todo su peso terrestre hacia la parte inferior del traje. Pero menos da una piedra.
Otro equipamiento a instalar en breve es una rampa de inclinación variable para probar la movilidad en pendientes lunares.
Tanto la sala que simula la superficie de la Luna como las salas de control de LUNA están conectadas a las salas de control de agencias espaciales del mundo y en el futuro podrán estar conectadas a la Estación Lunar Gateway desde la que operará el programa Artemisa. Y también podrá conectarse con la superficie de la Luna. Suponiendo que algún día consigamos volver allí.
Lo que más me sorprende es que, con lo dado que es a ello la industria aeroespacial, LUNA no parece tener un acrónimo –o un retrónimo– asociados.
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