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Reviewer
Los cuentos de hadas y las historias populares de los Grimm, Hans Christian Andersen y más se inclinaron en su momento por una moraleja bonita y dibujos animados. Sin embargo, en La Venganza de Cenicienta podemos ver el regreso a las bases de esos relatos diseñados originalmente para espantar a los niños y darles una lección. Afortunadamente, lo hace sin tomarse en serio y crea una comedia de venganza con tintes gore con bajo presupuesto que resulta divertida.
De que se trata La Venganza de Cenicienta
Tomando como base el cuento original, Cenicienta (Lauren Staerck) tiene que enfrentar los malos tratos de su familia política. Pero dándole un giro retorcido, nuestra princesa hará justicia por su propia mano dando rienda suelta a los deseos reprimidos y ocultos de venganza, qu dejará caer sobre sus nefastas hermanastras (Megan Purvis y Beatrice Fetcher) y su madrastra (Stephanie Lodge). Así, con la ayuda de su Hada Madrina (Natasha Henstridge, Especies), cambiará las zapatillas de cristal para saciar su deseo de venganza sangrienta.
Andy Edwards es un viejo conocido del cine de terror serie b. Director, ocasionalmente productor y editor, es un amante de lo que se puede hacer con bajo presupuesto y un relato de terror. Si bien La Venganza de Cenicienta podría tomar los mismos pasos que tuvo Winnie Pooh: Miel y Sangre y su secuela, afortunadamente el oficio del realizador detrás de cintas de culto como Ibiza Undead (2016) o Punch (2023) hace que logre encontrar un balance entre la comedia y la violencia.
Desde el guion, escrito por Tom Joliffe (Amitiville Witches, Reign of Chaos), que tiene una vasta experiencia con títulos de esta índole, el absurdo se siente en todo el relato. Curiosamente, son las partes del cuento tradicional que uno ya conoce las que resultan ser más flojas en este relato, que de hecho tiene momentos mucho más apegados a la brutalidad del cuento original de los Grimm como la mutilación de una extremidad o el trato psicopático de sus hermanastras, aunque después también lo lleva al límite de la estupidez en ellas.
Todo este tono funciona mejor cuando la Venganza de Cenicienta estalla después del baile. Ahí, la cinta fluye de mejor forma a pesar de tener unos problemas narrativos claros, específicamente con el uso de una máscara que supone guardar la identidad de aquel que la use, dotando a la anteriormente adorable princesita de una fuerza mayor y una sed de sangre pocas veces vista en este relato de época. Además, el encanto de Staerck y su sufrimiento inicial hacen que este arco violento por el que pasa se convierta en algo empático para el espectador que apoya incondicionalmente a la muchacha mientras ejecuta a todos a su paso.
Si bien las villanas son de caricatura, Stephanie Lodge ejecuta de buena forma el papel de la ambiciosa y malvada madrastra. Desde ser la mente maestra de un plan maquiavélico que deja huérfana a Cenicienta hasta el desenlace, es la que más sobresale de la parodia hasta creerle su inherente maldad. Algo más que resalta es ver de vuelta a Natasha Henstridge en un papel cinematográfico. Aquí, su Hada Madrina parece ser más bien un ente que es capaz de viajar en el tiempo y sonsacar a sus ‘ahijados’ para tomar las mejores (o peores, según la perspectiva) decisiones en su vida.
Edward también sabe sacarle jugo a su poco presupuesto al armar sets pequeños y filmar los exteriores en Inglaterra, dándole ese toque de época a la narrativa sin lograr a ser brillante. Otro gran detalle de La Venganza de Cenicienta es comenzarlo al más puro estilo del popular cuento satírico por excelencia, Shrek. Sin embargo, Edwards utiliza la canción de Jax, Cinderella Snapped, como una maquiavélica introducción hacia lo que sucederá en este giro poco convencional del relato de princesas tan querido por muchos.
Ni qué decir de las muertes, donde Edwards muestra esa inventiva digna de los filmes serie b al crear unas muertes bastante eficientes y otras que no lo son tanto. Tal vez ese es otro de los pecados de este proyecto, que aunque abraza el absurdo del giro no lo lleva al límite y se guarda ciertas cosas que podrían haber sido todavía más desternillantes o extremas. A pesar de ello, el planteamiento y la creación de esta atmósfera de época barata le funciona de maravilla a las retorcidas intenciones de esta princesa vengadora.
Así, La Venganza de Cenicienta se suma a la recuperación de aquellos viejos relatos, devolviéndoles esta identidad de manera divertida al encontrar ese balance entre la risa y el horror en un filme que no reinventa el género pero que si se posiciona ligeramente encima de otros proyectos similares como el Poohverso que está a nada de seguir creciendo y a las reinterpretaciones de cuentos como The Mean One, ofreciendo al menos una entretenida y alocada venganza al más puro estilo de una princesa medio emancipada.