Análisis sobre el protagonismo del consumo doméstico frente a la debilidad exterior y sus riesgos estructurales.
La economía española ha transitado por un periodo de transformación profunda donde las dinámicas tradicionales de crecimiento parecen haber cedido su lugar a nuevos protagonistas. Durante el transcurso del año, el comportamiento de los hogares ha emergido como el factor determinante para sostener la actividad productiva en un entorno global marcado por la incertidumbre y la debilidad de los mercados exteriores.
Mientras que en épocas anteriores la prosperidad dependía en gran medida de la capacidad de vender bienes y servicios fuera de las fronteras, la realidad actual muestra un giro hacia el interior, donde el gasto doméstico ha tomado las riendas con una fuerza inesperada. Este fenómeno ha permitido que el Producto Interior Bruto mantenga una trayectoria ascendente notable, superando las expectativas iniciales de la mayoría de los organismos internacionales.
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