Euro digital avanza en la UE con pagos offline y énfasis en la privacidad

La Unión Europea avanza en el diseño del euro digital, con foco en pagos offline y privacidad, justamente para ofrecer alternativas y garantías a los usuarios de la región.

***

  • El Consejo de la Unión Europea definió su posición sobre el diseño del euro digital.
  • El proyecto contempla versiones online y offline que se lanzarían de forma simultánea.
  • Expertos advierten límites técnicos para replicar la privacidad del efectivo.

 

El Consejo de la Unión Europea publicó un documento en el que detalla su postura sobre el diseño del euro digital, alineándose en términos generales con el enfoque propuesto por el Banco Central Europeo (BCE). El texto, publicado la semana pasada, confirma que la iniciativa sigue avanzando dentro del marco institucional del bloque y que aún quedan decisiones legislativas clave por delante antes de su implementación definitiva.

El documento del Consejo respalda la idea de que el euro digital cuente tanto con una versión online como con una versión offline, y que ambas se introduzcan de manera simultánea. Esta postura coincide con el planteamiento del Banco Central Europeo, que considera que la coexistencia de ambos formatos es esencial para ampliar la aceptación y utilidad de la moneda digital entre los ciudadanos europeos.

La discusión ocurre en un contexto en el que la Unión Europea busca mantener su soberanía monetaria frente al avance de los pagos digitales privados y de las criptomonedas. El euro digital es presentado como una extensión del efectivo, pero adaptada a la economía digital, con garantías institucionales y respaldo del banco central.

El rol de las instituciones europeas

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, señaló que el futuro del euro digital no depende únicamente del BCE. En declaraciones recogidas en el documento, afirmó que la decisión final recae en los órganos legislativos de la Unión Europea, subrayando la importancia del proceso político en esta etapa del proyecto.

Lagarde explicó que corresponde al Consejo Europeo y posteriormente al Parlamento Europeo evaluar si la propuesta de la Comisión Europea resulta satisfactoria. También indicó que estos organismos deberán decidir si el texto puede transformarse en legislación tal como está o si requiere enmiendas antes de su aprobación formal.

Este enfoque refuerza la idea de que el euro digital no es solo un proyecto tecnológico, sino también una iniciativa regulatoria y política. Su adopción implicaría cambios significativos en la infraestructura de pagos y en la relación de los ciudadanos con el dinero emitido por el banco central.

El diseño del euro digital offline

Uno de los aspectos más sensibles del documento es el análisis del euro digital en su modalidad offline. Según los textos revisados, esta variante busca emular algunas de las características del efectivo, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los usuarios durante las transacciones presenciales.

El diseño propuesto contempla que los datos de las transacciones offline nunca salgan de los dispositivos que participan directamente en el pago. Esto significa que, a diferencia de los pagos electrónicos tradicionales, no habría intermediarios que registren o procesen la información de cada operación realizada en este modo.

La arquitectura del sistema permitiría que dispositivos autorizados transfieran tokens de euro digital firmados por el banco central durante transacciones cara a cara. Estos tokens estarían validados criptográficamente y podrían intercambiarse sin necesidad de una conexión permanente a internet.

Privacidad y límites técnicos

A pesar de este enfoque orientado a la privacidad, los propios documentos reconocen limitaciones importantes. Uno de los riesgos identificados es el llamado ataque de retransmisión, en el que un atacante podría usar dispositivos intermediarios para extender una señal de comunicación de corto alcance, como NFC, a través de internet.

Este tipo de ataque dificultaría garantizar que las transacciones offline ocurran únicamente en condiciones de proximidad física real. Según el análisis, evitar completamente estos escenarios sería complejo, lo que abre la puerta a usos no previstos por parte de usuarios técnicamente avanzados.

Una opinión experta del Comité Europeo de Protección de Datos, citada en el contexto del proyecto, reconoce estas dificultades. El organismo señala que las contramedidas disponibles son muy limitadas y concluye que la proximidad física no puede considerarse una propiedad del efectivo que pueda imponerse de forma fiable en una moneda digital.

Privado, pero no como el efectivo

El documento deja claro que, aunque el euro digital offline busca altos niveles de privacidad, no replicará completamente el anonimato del efectivo. Las claves privadas utilizadas para gestionar el euro digital offline se almacenarían en los elementos seguros de dispositivos certificados, como teléfonos móviles y tarjetas inteligentes.

Este enfoque pretende equilibrar privacidad, seguridad y cumplimiento normativo. Al utilizar hardware certificado, las autoridades buscan reducir riesgos de fraude y falsificación, aunque ello implique aceptar que el nivel de anonimato no sea idéntico al del dinero en efectivo.

El debate sobre el euro digital continúa mientras las instituciones europeas analizan cómo integrar esta nueva forma de dinero en el sistema financiero existente. El resultado final dependerá tanto de decisiones técnicas como políticas, en un equilibrio delicado entre innovación, privacidad y control institucional.


Artículo escrito con ayuda de un redactor de contenido de IA, editado por Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

Imagen original de DiarioBitcoin, creada con inteligencia artificial, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público