A la hora de hacernos con una tablet, hay dos opciones principales. Por un lado, podemos irnos a por un modelo de Android, con mucha más variedad, y, sobre todo, precio. Sin embargo, también tenemos a Apple, con sus iPad, una opción ideal si ya tienes algo de la marca.
En el día de hoy, vamos a ver por qué un iPad, pese a tener varios años, podría ser una mejor opción que un Android de igual o mejor gama, e incluso más reciente. Puede que no aplique a todas las personas ni casos, pero la verdad es que es una realidad que hay que conocer.
iPad o Android: ¿qué tablet elegir?
Muchos piensan que las tablets más nuevas siempre son mejores, pero la verdad es que un iPad, incluso si tiene unos años, sigue dando guerra y, en muchos casos, supera a tablets recién salidas al mercado.
Primero, el sistema operativo. iPadOS recibe actualizaciones durante años, lo que significa que tu iPad viejo sigue teniendo nuevas funciones y seguridad al día. Muchas tablets “nuevas” con Android o Windows no duran ni la mitad en actualizaciones, así que al final terminas con algo rápido, pero que pronto se queda obsoleto, sobre todo si dependen de parches de la marca, ya que posiblemente una Xiaomi o Samsung, te ofrezca un tiempo, pero otras chinas, y muy baratas, puede que ni siquiera se actualicen más.
Después está el rendimiento. Los iPad viejos están diseñados para durar. Sí, los nuevos son más potentes, pero la diferencia no siempre se nota en tareas del día a día: navegar, ver series, tomar notas o jugar juegos ligeros funciona igual de bien. Y si le das un poco de cuidado, la batería sigue aguantando bastante tiempo, por lo que tendríamos algo económico, y que serviría para la mayoría de nosotros.

La construcción también cuenta. Los iPad no son tablets frágiles que se doblan o se rompen con cualquier golpe. Muchos modelos de hace cinco o seis años todavía se ven y se sienten premium, mientras que algunas tablets nuevas baratas parecen hechas para durar solo unos meses. Que se te caiga y se te rompa la pantalla puede ser clave para acabar pagando más por una tablet barata, que por un iPad que resistiese ese golpe, pese a ser más caro, al final no tendrás que cambiársela ni comprar otra.
Por último, el ecosistema. Si ya tienes otros productos de Apple, un iPad viejo se integra perfectamente con ellos: compartes archivos, notas, fotos… y todo funciona sin líos. Eso es algo que muchas tablets nuevas no pueden igualar, por muy potentes que sean, ya que la comodidad del ecosistema de la manzana, es inigualable, y nos obliga a tener todo de la marca si queremos esto.
Además, si queremos venderlo algún día, su valor económico se mantiene en el tiempo mucho más que una tablet Android, por lo que, si no nos convence, o queremos renovarla, nos saldrá mucho mejor de precio, ya que tenemos algo que no se devalúa tan fácilmente.
