Noche de folk metal con CELTIBEERIAN y STIGIA en Sevilla

El sábado 29 de noviembre la banda de Ciudad Real CELTIBEERIAN convocaba en Sevilla a sus seguidores, que respondieron a su llamada acudiendo al lugar indicado, una pequeña sala situada en el corazón del barrio de la Macarena. La apertura de puertas estaba prevista para las ocho de la tarde, pero los que llegaron con suficiente antelación tuvieron la oportunidad de coincidir con los componentes de CELTIBEERIAN, quienes salieron a saludar, firmar autógrafos y a hacerse fotos con todo el que quiso. Durante la espera algunos comentaban que no pensaban venir y, sin embargo, allí estaban. Convencidos por diversos motivos y circunstancias se habían visto atraídos de forma improvisada hacia este evento, mezclándose indistintamente con aquellos que habían tenido claro desde el principio que no querían perderse lo que iba a suceder allí.

Las frescas temperaturas de la tarde-noche que envolvieron a los aficionados al folk metal reunidos a las puertas de la sala X se olvidaron tan pronto como el público traspasó las puertas. Y es que quien asiste a este lugar no debe dejarse engañar por su reducido aforo, ya que justamente en eso reside su encanto. La cercanía entre músicos y fans calienta las almas de quienes tienen la suerte de pasar unas horas allí disfrutando de la música y de los reencuentros. La velada abría con la banda local STIGIA, que tenía la responsabilidad de encender el ambiente y la oportunidad de convencer al público de su tierra, y todo ello en menos de una hora de actuación. La banda sevillana, cuya andadura comenzó en 2021, aún se encuentra buscando un lugar en el panorama musical, huyendo de fórmulas de éxito facilonas y tratando de encontrar su propia identidad.

La niebla blanca inundaba la sala al tiempo que comenzaba a sonar una intro que nos daba la bienvenida. Y es que el álbum debut de STIGIA, publicado en 2024, tiene por título “Sean Bienvenidos”. Siete músicos maquillados de forma peculiar abarrotaban el estrecho escenario, pero eso no impedía que Flavio, su frontman, ejecutara sin parar sus característicos movimientos al son de sus canciones. No tardó en contagiar al público y la sala se llenó de saltos y vueltas, bailes improvisados y caras sonrientes. Los temas recorrieron su todavía corta historia, e incluyeron desde un tema inédito que funcionó en directo muy bien, la pegadiza “Espíritu Animal” y por supuesto su último single, “Metanoia”.

Quedando solo un tema para acabar, Flavio presentó a los miembros actuales de la banda, que ha sufrido cambios recientes. Comenzó presentando a José Alberto a la guitarra como creador del grupo, quien recibió sus merecidos aplausos. Seguidamente puso el foco sobre Nacho, quien se estrenaba en su primera vez con STIGIA precisamente en esta ocasión. El público quiso ser partícipe de un momento tan especial con unos aplausos aún más sonados. Los siguientes en acaparar la atención del público fueron la violinista Leticia y el bajista Borja. La presentación de Curro nos dejó con ganas de saber cuántos instrumentos de viento sabe tocar, pues Flavio mencionó flauta, melódica y saxofón pero no dio la impresión de ser una lista cerrada. Por último Chiara a la batería se lleva sus propios aplausos y Flavio se presenta a sí mismo. En seguida sonó “Fiesta“, para dejar los ánimos altos, como es obligación de cualquier banda invitada. Es inevitable notar las influencias de SAUROM en este broche final, y no solo en la música, sino también en el manejo del público por parte de Flavio, que pidió crear un círculo para bailar y que no necesitó más detalles para que todos supiéramos inmediatamente cómo proceder para bailar y empujar ordenadamente.

Tras la foto de rigor con el público, STIGIA emplazó a la siguiente cita, que será al próximo 31 de enero en la sala Orpheus de Mairena del Aljarafe, bajándose a continuación del escenario para dar paso al montaje de la actuación de CELTIBEERIAN. Por el momento esta es la única fecha confirmada de STIGIA, pero tenemos la esperanza puesta en que haya muchas más en un futuro para que estos chicos tengan más oportunidades de seguir creciendo y mejorando.

Durante la frenética actividad que sucede con el cambio de banda y mientras la gente aprovechaba para ir a la barra, la música del intermedio incluyó el tema “No seré yo” de SAUROM, que fue coreado de principio a fin por buena parte de los asistentes, creando un nuevo momento de comunión y buen rollo y amenizando una espera que no se hizo larga. Casi sin darnos cuenta ya era el turno de CELTIBEERIAN. La actuación comienzó con el estallido de “Spread the Fire”, levantando al público y encendiendo la sala. Ya no estábamos en un concierto sino en un ritual colectivo. Los marcados ritmos de uno de sus himnos más reconocibles ya consiguen el objetivo de mover todos los brazos y piernas de la sala a un solo compás. Aún más contundente, “Beerdrinkers on Duty” invitó a todos a disfrutar con una cerveza en la mano. Su melodía taladró los cerebros de los presentes, mientras la sonrisa de Clara iluminaba el escenario.

Habíamos comenzado bien, con dos temas extraídos de “Nertos“, su último disco hasta la fecha. A continuación nos llevaron algo más atrás en el tiempo con “The Harvest Song“, dedicada a la vendimia. Con este tema la banda muestra la esencia del folk metal bien hecho, las guitarras eléctricas dan una base perfecta alternando el protagonismo con la flauta. Las odas al vino continuaron con “Praise To The Vineyards”, extraída de su trabajo de 2011, con Gus esforzándose al máximo en un tema que no solo bebe de folk y metal, también trae influencias de otros géneros. Las notas de la gaita de Dagda fueron coreadas por todo el público repetidamente, desatando la euforia hasta el final de la canción.

Los ritmos bailables se alternaban con bromas entre los miembros de la banda. Pero CELTIBEERIAN no solo habían venido a traer fiesta, vinieron a traer perlas de conocimiento entretejidas dentro del disfraz de oda a las bebidas alcohólicas. Los platos de la batería de Rubén cobraban protagonismo mientras sonaba “Kladimoi”, evocando luchas con falcatas, las espadas originarias de la Iberia que se enfrentó a la invasión del imperio romano. Y allí estábamos nosotros, cual aldea metalera, resistiendo a la invasión de otros géneros que podrán ganarnos en número pero no en entusiasmo. Los aullidos del público presagiaban que venía “The Wolf I Am“. Los papeles se intercambiaban de manera constante esta noche, en esta ocasión durante unos minutos le tocó a Clara llevar la voz cantante. Y no solo eso, tuvimos la suerte de disfrutar con más presencia femenina en el escenario gracias a Vicky, que unió su voz y su mano a las de Clara. Aquí pudimos disfrutar de un tema de ritmos cambiantes, con dos preciosas voces de mujer que encontraron su contrapunto en los guturales de Gus.

El setlist nos lleva al otro extremo con un tema muy masculino, “Fear My Beard”, musicalmente difícil de clasificar, punk rock con toques de folk. La banda aquí se permitió una pequeña broma en la que cantaron un momento en español algún verso reconocible de Bob Esponja y algunas palabras malsonantes en español. Quizás trataban de distraernos del hecho de que CELTIBEERIAN, tras su apariencia de banda bebedora de cerveza, también bebe de culturas antiguas y su música es más seria de lo que una primera impresión podría dejar en un oyente poco atento. El multiinstrumentista Dagda recordó que era la primera vez que CELTIBEERIAN tocaba en Sevilla con su último disco, “Nertos”, y Clara apostilló que ese título significa Fuerza. Tras este descanso volvimos a disfrutar de las voces femeninas de Clara y Vicky al son de “The End of the Sun”.

Clara aprovechó un momento entre canción y canción para llamar la atención sobre su instrumento, la zanfona, de origen medieval, que no cabe duda de que aporta un enorme toque de distinción a la banda, justo antes de que volvieran a intercambiarse papeles y Dagda recogiera el bajo para subir la graduación alcoholica con “Good Old Nº7“. Siguiendo con las odas al alcohol los esqueletos de los presentes se agitaron al ritmo de “Where The Beer Is”. Se acercaba el fin de fiesta y las guitarras de Sergio contribuían aún más si cabe a incrementar la energía de los congregados. El colofón vino con el himno de taberna “The Booze Song”, cuya pegadizas melodías levantaron aún más el espíritu de los presentes, que saltaron, batieron palmas al unísono y corearon las últimas notas, para acabar agitando camisetas con los últimos compases de “Looking for Beer“.

Las dos bandas coincidieron en atender a los fans que quisieron acercarse a ellos además de agradecer la labor del técnico, cuyo imprescindible trabajo en la sombra saca lo mejor de los músicos. Esta crónica termina agradeciendo la oportunidad brindada por la promotora Oliskull de realizarla y mirando hacia las futuras ocasiones que se presentarán para volver a disfrutar de la música que nos une.

Texto y fotos: Estrella UM

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