4 apps de Google que jamás debieron haber existido (y la historia tras sus fracasos)

Google suele ser sinónimo de excelencia, éxito y masividad. Y es por ello que prácticamente cualquier servicio que adquiere o crea la «Gran G» suele tener un éxito rotundo. Pero no todo lo que Google lanza llega a ser un éxito… la historia de la tecnología también está repleta de apps que la compañía impulsó con grandes campañas de marketing, y que, sin embargo, fueron fracasos estrepitosos.

Si Google es famoso por cerrar servicios cuando menos lo esperan sus usuarios, también lo es por haber presentado productos que, vistos en retrospectiva, seguramente se arrepintieron de lanzar. Algunos fueron experimentos arriesgados, y otros lujos innecesarios que proporcionaban soluciones a problemas irreales.

Y como resultado, llegaron los sonados fracasos y las polémicas más innecesarias por parte de expertos y fans. Así que vamos a repasar 4 apps o dispositivos de Google que pasaron directamente de la innovación al más puro olvido. Si te gustan las anécdotas curiosas y un repaso por la tecnología… aquí tienes los mejores ejemplos.

Google Buzz

Buzz fue un órdago por parte de Google para entrar en las redes sociales en el año 2010. Una a la que se entraba directamente desde Gmail. La idea original prometía: agrupar mensajes, enlaces, fotos y conversaciones dentro del correo. Pero hubo un problema que hizo que esta app tuviera los días contados desde el inicio. Se lanzó de manera tan precipitada que expuso públicamente listas de contactos, mensajes privados y detalles de miles de usuarios sin un solo consentimiento.

Como puedes imaginar, las redes fueron contundentes y hubo una demanda multimillonaria por poner en peligro la información de miles de usuarios. Tras un año y 8 meses de vida sin éxito, Google terminó cerrando el servicio para siempre. Pero Buzz no es recordado como el mayor fiasco en cuanto a redes sociales de Google, sino por el fallo de privacidad de inmensas dimensiones que supuso.

Nexus Q

Nexus Q tenía todo lo que debía tener un centro multimedia de un hogar: un reproductor inteligente, con diseño futurista y fabricación en EE. UU. Pero su precio, tres veces superior a la competencia de por entonces, y la falta de compatibilidad con apps como YouTube o Spotify hicieron provocaron que la prensa americana lo calificada como un «gadget decorativo».

Al no aportar nada útil ni encajar en las necesidades del público, Google lo anunció e 27 de junio de 2012, y antes de su salida oficial el 25 de julio, decidió cancelar el lanzamiento antes incluso de su llegada a las tiendas y devolvió el dinero a los compradores que la habían reservado. Por lo que Nexus Q supone un claro ejemplo de por qué una buena idea necesita una funcionalidad real para llegar a triunfar.

Google Spaces

Lanzada en 2016, Spaces tenía la intención de unir chats temáticos y los recursos web en un solo lugar. Es decir, pretendía ser un cruce entre WhatsApp, Slack y foros especializados. Pero la realidad es que nunca logró integrarse con éxito con Google Drive, Docs o Gmail. Además, su uso era confuso y casi nadie entendió el valor real frente a las apps que ya do minaban el mercado.

9 meses después de su lanzamiento, Google anunció el cierre por falta de relevancia. Por lo que Spaces es el ejemplo perfecto de un «experimento» que secundaba a otros y no resolvía ningún problema real. Un ejemplo perfecto más de que Google no es solo una historia de éxitos

Google Glass

Uno de los productos más controvertidos de todo Google que cruzó la delgada línea entre la innovación y la polémica. Unas gafas que nos permitían grabar vídeos, recibir notificaciones o consultar información mediante nuestra propia voz.

Pero llegó con un precio prohibitivo y no resultaron ser las más cómodas de llevar. Si a ello le unimos las dudas por privacidad que suponía no saber si nos estaban grabando con ellas, se generó un rechazo social o incluso político. Tanto que incluso llegaron a prohibirse en algunos bares y cines en distintas partes del mundo debido al riesgo de espionaje. Google retiró el producto y lo reconvirtió en una herramienta industrial de nicho.