Gayosso cumple 150 años: la funeraria mexicana que convirtió la despedida en un acto de dignidad

Gayosso cumple 150 años: la funeraria mexicana que convirtió la despedida en un acto de dignidad

Hace 150 años, cuando la Ciudad de México apenas comenzaba a transformarse en una urbe moderna, Eusebio Gayosso abrió las puertas de una pequeña funeraria con una idea revolucionaria para su época: darle dignidad al último adiós.

En aquel entonces, las familias mexicanas acostumbraban velar a sus difuntos en casa, en espacios improvisados y sin condiciones sanitarias adecuadas. No obstante, Gayosso cambió esa historia.

Fundó un lugar donde la muerte pudiera ser acompañada con respeto, orden y compasión. Ese gesto, que podría parecer simple, transformó para siempre la manera en que los mexicanos despedimos a nuestros seres queridos.

Un siglo y medio después, la empresa que lleva su apellido, además de ser la funeraria más grande y reconocida de México, se ha convertido en una organización pionera en la adopción de tecnología, certificaciones internacionales y programas de acompañamiento emocional.

Somos personas que cuidamos de personas. La tecnología, la infraestructura o la innovación son importantes, pero el respeto es nuestra verdadera esencia”, afirma Juan Rodríguez, CEO de Grupo Gayosso, en entrevista para Alto Nivel.

Grupo Gayosso Juan Rodríguez, CEO de Grupo Gayosso.

Del siglo XIX al siglo XXI: la evolución de una tradición mexicana

Pocas compañías en México pueden presumir de haber sobrevivido 150 años en un país que ha cambiado radicalmente. En ese recorrido, Gayosso ha acompañado todas las transformaciones sociales, desde las guerras y epidemias del siglo XX, hasta la era digital.

Rodríguez recuerda que, en su tiempo, el fundador fue un auténtico visionario: “El primer número telefónico de México fue el de Gayosso. Si se marcaba el 1, contestaba la funeraria; si se marcaba el 2, respondía Porfirio Díaz”.

Eusebio Gayosso no solo organizaba funerales: patentó una carta de condolencias y estableció un protocolo para que las familias fueran atendidas con tacto y empatía, algo inédito para la época.

Era un hombre adelantado a su tiempo. Si viviera hoy, sería un emprendedor de Silicon Valley”, dice el CEO de la compañía.

Esa combinación de tradición e innovación se ha convertido en el sello distintivo de Gayosso. Actualmente, la empresa brinda más de 100,000 servicios funerarios al año —también para mascotas—, cuenta con presencia en 13 entidades del país, un equipo de más de 3,000 colaboradores directos y procesos certificados bajo las normas ISO y UNE, siendo la única compañía en Latinoamérica que posee esta última certificación.

Cortesía Grupo Gayosso

La dignidad como principio operativo

Pocas veces se habla del trabajo detrás de una funeraria. En Gayosso, la palabra clave es “dignidad”. No se trata solo de trasladar o preparar un cuerpo; se trata de cuidar lo que para alguien representa lo más valioso del mundo: un ser amado.

Nosotros manejamos lo más valioso y sensible que existe: una madre para un hijo, un hijo para una madre. Si alguien va a tocar a mi mamá, necesito saber que lo hará con el máximo respeto. Esa es la base de nuestra cultura”, explica Juan.

Por eso, la empresa no terceriza ningún proceso, desde el embalsamado hasta la cremación. Todo se realiza en instalaciones propias, bajo protocolos médicos y éticos certificados.

No podemos delegar el cuidado de un ser querido. No hay margen de error cuando se trata del dolor de una familia”, añade.

Cada colaborador pasa por una formación integral que combina capacitación técnica con talleres de sensibilidad humana y manejo del duelo. Para la selección de su personal, las denominadas ‘soft skills’ valen más que cualquier otra habilidad.

No contratamos por experiencia, sino por valores. A la gente se le puede enseñar una técnica, pero no se le puede enseñar empatía. Eso se trae de casa”, asegura el directivo.

Liderazgo compartido

Cuando se le pregunta a Juan Rodríguez por su liderazgo, él niega que exista una figura única. “Yo no lidero Gayosso. Lo lideramos todos. Cada área de la empresa —desde ventas hasta mantenimiento o tanatología—, es parte del mismo propósito: cuidar”.

Esa filosofía colaborativa ha permitido que la empresa mantenga una operación impecable. “No podemos permitirnos fallar. Para nosotros puede ser un día más, pero para una familia es el día más triste de su vida. No hay margen de error”, explica.

Gayosso cuenta con protocolos de respuesta inmediata ante emergencias como sismos o desastres naturales, asegurando la continuidad de sus servicios en todo momento.

Somos como pilotos de avión: no podemos orillarnos. Tenemos que aterrizar bien, siempre”, resume.

Tecnología en los servicios funerarios

En sus 150 años, la empresa ha desarrollado plataformas que permiten contratar servicios en línea, gestionar planes de previsión y mantener comunicación directa con asesores. Además, ha invertido en infraestructura y trazabilidad digital para ofrecer transparencia total en cada proceso.

No obstante, como recalca Rodríguez, la tecnología es un medio, no un fin.

Queremos que las familias se sientan acompañadas, no solo atendidas. La innovación tiene que servir para aliviar, no para sustituir la presencia humana”.

Sostenibilidad, formación y futuro

Gayosso destinará más de mil millones de pesos en los próximos años para mejorar sus instalaciones, fortalecer su red de cementerios y, sobre todo, invertir en formación emocional para su personal.

Uno de los programas más destacados es “Cuidados al Cuidado”, que ofrece acompañamiento tanatológico a familias desde la fase previa al fallecimiento hasta el proceso de duelo.

No queremos que el dolor se convierta en depresión. Nuestro papel es acompañar sin invadir, estar presentes cuando el silencio pesa”, explica el CEO de Gayosso.

La compañía también impulsa programas de bienestar laboral, igualdad de oportunidades y formación continua. Con miras hacia el futuro, proyecta ampliar su red a más de 100 unidades de atención para 2030.

Grupo Gayosso

Una mirada mexicana hacia la eternidad

Gayosso también ha entendido que en México, la muerte no es un final. La muerte es un vínculo cultural. “El Día de Muertos es un ejemplo único en el mundo. No hay país que celebre la vida desde la ausencia como lo hacemos nosotros”, dice el ejecutivo.

Cada noviembre, miles de familias acuden a los panteones de la empresa para colocar flores de cempasúchil, velas y fotografías. En este sentido, para el directivo, ser funerario en México es una responsabilidad sagrada.

Aquí la familia es lo más importante. No se trata solo de ofrecer un servicio, sino de honrar una historia de amor. Si lo haces bien, transformas el dolor en gratitud.”

A 150 años de su fundación, Gayosso sigue demostrando que la innovación no está separada con la sensibilidad. En cada sala, en cada capilla y en cada detalle, permanece la misma convicción con la que su fundador abrió la primera funeraria de la capital: que toda despedida puede ser un acto de amor, respeto y humanidad.

Y en un país que celebra la vida incluso frente a la muerte, esa filosofía no solo se honra: se agradece.

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