
Jared Isaacman en su comparecencia ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado el pasado mes de abril durante el proceso para ser confirmado como director de la NASA – NASA/Bill Ingalls
Es sabido que el presidente Trump actúa a menudo de forma impulsiva. Así que de la misma forma que a finales de mayo retiró la candidatura de Jared Isaacman a director de la NASA cuando estaba a punto de ser aprobada ahora hace un par de días que ha vuelto a nominarlo.
Con el gobierno de los Estados Unidos cerrado a falta de presupuestos no está nada claro cuándo podrá ponerse de nuevo en marcha el proceso, aunque en principio los pasos ya dados en su anterior nominación deberían seguir siendo válidos, con lo que podría ser cuestión de semanas. Pero sólo hasta fin de año. Si no es nombrado antes de que termine diciembre sí que habría que empezar de cero ya que tendría que actualizar sus declaraciones acerca de conflictos de intereses y similares y entonces el proceso podría extenderse hasta la primavera.
Todo esto viene de que Isaacman es en realidad un candidato promovido por Elon Musk. Y a Trump le parecía estupendo hasta que se mosqueó con Musk. Que es cuando retiró la candidatura y puso como director interino de la NASA a Sean Duffy, el Secretario de transportes.
Duffy tenía el encargo de, además de gestionar la agencia, buscar a alguien para ocupar el puesto de forma definitiva. Pero todo indica que le gustaba demasiado el puesto, llegando incluso a hacer unas declaraciones en las que criticaba de forma más o menos velada los planes de la NASA de volver a la Luna utilizando el aterrizador lunar de SpaceX. Y que no se aplicó demasiado en eso de buscar a quien cubriera el puesto de forma permanente.
Lo que pasa es que para entonces Trump y Musk se habían vuelto a hacer amigos, así que los apoyos de Isaacman, que nunca habían desaparecido del todo, cobraron de nuevo fuerza de modo que el presidente decidió nominarlo de nuevo. También ayuda que Isaacman se tomó con mucha deportividad la retirada de su candidatura.
Estoy increíblemente agradecido al Presidente Trump, el Senado y a todos los que me han apoyado a lo largo de este viaje. Los últimos seis meses han sido esclarecedores y, sinceramente, un tanto excitantes. He adquirido una apreciación mucho más profunda de las complejidades del gobierno y del peso que soportan nuestros líderes políticos.
Puede que no siempre sea obvio a través del ruido y la turbulencia, pero hay muchas personas competentes y dedicadas que aman a este país y se preocupan profundamente por la misión. Esto quedó patente durante mi audiencia, en la que los líderes de ambos bandos dejaron claro que están dispuestos a luchar por la agencia espacial con más logros del mundo.
El Presidente, la NASA y el pueblo estadounidense se merecen lo mejor: un Administrador dispuesto a reorganizar, reconstruir y movilizar a los mejores y más brillantes cerebros para conseguir los avances revolucionarios que cambiarán el mundo y para cuya creación se creó la NASA.
No he volado mi última misión, sea cual sea la forma que adopte en última instancia, pero sigo siendo increíblemente optimista y creo que la humanidad tiene por delante sus mejores días en el espacio. Siempre estaré agradecido por esta oportunidad y animaré a nuestro Presidente y a la NASA mientras nos guían en la mayor aventura de la historia de la humanidad.
Siempre he dicho que aunque no dudo en absoluto de la pasión de Isaacman por la aeronáutica y el espacio, a dónde ha ido dos veces en misiones pagadas de su propio bolsillo, Inspiration4 y Polaris Dawn, no tengo nada claro que vaya a ser capaz de navegar todo el politiqueo que hay relacionado con gestionar la NASA. Pero visto lo visto con Duffy, bienvenido sea si por fin consigue el puesto.
