El metal no vive solo de los nombres que llenan carteles de festivales o saturan las playlists de las plataformas digitales. Hay un universo paralelo, un terreno áspero y sin señalizar, donde bandas de todos los rincones del planeta forjan sonidos que no necesitan reflectores para brillar. Este artículo no va de promesas vacías ni de inflar egos; se trata de desenterrar siete proyectos que, sin ser un secreto a voces, probablemente no han cruzado tu radar. No son perfectas por decreto, sino porque cada una clava algo propio, algo que resuena si te tomas el tiempo de escuchar. Aquí no hay relleno: solo metal en estado puro, desde cloacas balcánicas hasta bosques mexicanos.
1. Huszar (Argentina)
En las tierras del cono sur, donde el black metal no siempre encuentra eco, Huszar teje una red de texturas que no se conforma con gritar a la luna. Este trío de Buenos Aires mezcla pasajes progresivos con un aire post-rock que corta como navaja oxidada. Su disco homónimo, lanzado en 2019, es un viaje de 50 minutos que no te suelta, con riffs que serpentean entre la furia y la calma. Según datos de su página en Bandcamp, la banda se formó en 2016 y ha mantenido un perfil bajo, pero su trabajo habla por sí solo.
2. Sulphuric Night (Bosnia)
Si el black metal crudo tuviera un olor, este sería azufre quemado y tierra húmeda. Desde Sarajevo, Sulphuric Night escupe un sonido que no pide permiso ni se disculpa. Su álbum Forever Cursed (2020) es un bloque de granito: 40 minutos de blast beats y voces que parecen salir de una cueva olvidada. La escena bosnia no suele aparecer en los mapas del metal, pero esta banda, activa desde 2015 según Encyclopaedia Metallum, demuestra que la guerra dejó más que cicatrices: dejó rabia canalizada en acordes.
3. Lluvia (México)
México tiene una tradición de metal extremo que no siempre cruza fronteras, y Lluvia es una prueba viva de eso. Este proyecto en solitario, liderado por un músico conocido como Lord Vast, pinta paisajes sonoros con black metal atmosférico. Su disco Enigma (2018) no es solo un muro de sonido; es un lienzo de melodías que evocan selvas y ruinas prehispánicas. La página oficial de Bandcamp del proyecto lo describe como un homenaje a la naturaleza, y cada nota lo confirma.
4. Ancient Flame (Origen desconocido)
Aquí hay un misterio que no necesita resolverse. Ancient Flame no deja muchas pistas sobre quiénes son o de dónde vienen, pero su EP Tyrant Blood (2022) golpea como un martillo envuelto en terciopelo. Su black metal melódico tiene ecos de los primeros Immortal, pero con un giro que no imita ni recicla. Disponible en plataformas como Bandcamp, este trabajo de cuatro temas es un anzuelo para quienes buscan algo directo y con personalidad.
5. Marrasmieli (Finlandia)
Finlandia no se cansa de parir bandas que saben cómo sonar frías y vivas al mismo tiempo. Marrasmieli, formada en 2017, toma el black metal melódico y lo cruza con un folk que no cae en clichés de taberna. Su álbum Between Land and Sky (2020), editado por Naturmacht Productions, te lleva por senderos helados con riffs que cortan y teclados que flotan como niebla. Es el tipo de música que podrías escuchar mientras caminas solo por un bosque en invierno.
6. OAK (Portugal)
Con raíces en la escena portuguesa y miembros ligados a Gaerea, OAK no se anda con rodeos. Su post-black metal es un puñetazo introspectivo, cargado de capas que se despliegan como un cielo gris abriéndose. Lone (2021) es su carta de presentación, un disco que mezcla densidad con momentos de respiro, perfecto para quienes quieren algo que no solo truene, sino que también piense. Su Bandcamp lo cataloga como un proyecto paralelo, pero no tiene nada de secundario.
7. Délétère (Canadá)
Quebec tiene una vena de black metal que late fuerte, y Délétère es uno de sus latidos más oscuros. Desde 2009, esta banda ha estado construyendo un sonido que mezcla lo crudo con lo teatral, como si un coro de monjes renegados se hubiera perdido en el bosque. Per Aspera Ad Pestem (2017), lanzado por Sepulchral Productions, es un disco que no te da tregua, pero te mantiene enganchado con su atmósfera densa. Es metal para escuchar con las luces apagadas.
Estas siete bandas no están esperando tu aprobación ni un puesto en el panteón del metal. Existen, crean y siguen adelante, cada una con un enfoque que las hace distintas. Si te pica la curiosidad, dale play a sus discos; no hace falta más para entender por qué están aquí. El metal no se trata solo de lo que ya conoces, sino de lo que estás dispuesto a buscar.