5 músicos de black metal que quemaron iglesias en los 90

Vikernes

El black metal noruego de principios de los años noventa estuvo marcado por una serie de actos que lo llevaron más allá de la música. Lo que comenzó como un movimiento underground centrado en la estética y el sonido terminó involucrado en crímenes que captaron la atención de los medios internacionales. Entre estos, la quema de iglesias se convirtió en uno de los elementos más representativos, no solo por el daño material, sino por el mensaje que transmitía dentro de un país con profundas raíces cristianas.

Para algunos, estas acciones fueron una manifestación de rechazo hacia la religión y su influencia en la sociedad noruega. Para otros, fueron simples actos de vandalismo justificados por una ideología radical. Sin importar la interpretación, lo cierto es que varios músicos de la escena participaron en incendios provocados, algunos incluso cumpliendo condenas en prisión. Este artículo reúne a cinco figuras que estuvieron directamente involucradas en estos hechos, basándose en registros judiciales y testimonios de la época.

  1. Varg Vikernes (Burzum)

Uno de los nombres más mencionados cuando se habla de la quema de iglesias en Noruega es el de Varg Vikernes. Además de ser el creador de Burzum, tuvo una participación activa en los eventos que rodearon al inner circle, grupo informal de músicos y seguidores del black metal que compartían ideas extremas sobre religión y cultura. Vikernes fue arrestado en 1993 y condenado tanto por el asesinato de Øystein «Euronymous» Aarseth como por la quema de varias iglesias, entre ellas la emblemática iglesia de madera de Fantoft en 1992, cuya destrucción se convirtió en símbolo de la radicalización dentro del movimiento.

  1. Bård «Faust» Eithun (Emperor)

Baterista de Emperor, Bård Eithun no solo estuvo involucrado en incendios de iglesias, sino que también fue condenado por el asesinato de un hombre en Lillehammer en 1992. Según sus propias declaraciones, participó en actos de vandalismo y destrucción contra templos cristianos en los mismos años en que el black metal noruego se encontraba en su momento más conflictivo. Su condena en 1994 incluyó tanto el homicidio como su participación en estos incendios, aunque con el tiempo ha hablado abiertamente sobre su pasado en entrevistas.

  1. Samoth (Emperor, Zyklon)

Tomas Haugen, conocido como Samoth, también formó parte del inner circle y estuvo involucrado en la quema de iglesias junto a otros músicos de la escena. Fue arrestado y sentenciado en 1994 por estos crímenes, cumpliendo una pena de 16 meses de prisión. A diferencia de algunos de sus contemporáneos, su actividad delictiva no incluyó otros delitos graves, pero su participación en los incendios lo convirtió en una de las figuras clave dentro del periodo más caótico del black metal noruego.

  1. Jørn Inge Tunsberg (Hades Almighty, ex-Old Funeral)

La iglesia de Åsane, incendiada en 1992, fue otro de los templos destruidos en este periodo. Jørn Inge Tunsberg fue uno de los responsables de este acto, junto con Varg «Grim» Kvestad. Aunque su participación en el movimiento black metal no tuvo la misma notoriedad que la de otros miembros del inner circle, el hecho de haber sido condenado por la quema de una iglesia lo colocó dentro de la lista de músicos relacionados con estos crímenes.

  1. Arne Babb (ex-Dead to This World)

Menos conocido que otros nombres de la lista, Arne Babb estuvo involucrado en incendios de iglesias en Noruega durante los años noventa y cumplió prisión por ello. Aunque los detalles sobre su participación específica en cada incendio son menos documentados, su vinculación con el movimiento black metal y su participación en estos actos lo convirtieron en parte de este episodio en la historia del género.

Más allá del fuego

Las quemas de iglesias en Noruega durante los años noventa no fueron eventos aislados ni simples actos de rebeldía. Representaron un punto de inflexión en la historia del black metal y generaron un impacto mediático que trascendió fronteras. Para algunos de los involucrados, estos incendios fueron una forma de manifestar su desprecio por la religión y el cristianismo en Noruega. Para otros, fueron parte de un juego peligroso que terminó con consecuencias reales, incluyendo encarcelamientos y la muerte de algunos de sus protagonistas.

A más de treinta años de estos hechos, el black metal ha evolucionado y se ha diversificado, dejando atrás la violencia como un elemento central de su identidad. Sin embargo, los incendios de iglesias siguen siendo un recordatorio de la época en que la música y la ideología se fusionaron en una de las historias más oscuras del metal extremo.

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