Rata Blanca no necesita presentación para quienes han pisado el terreno del metal en español. Desde finales de los 80, esta banda argentina ha sabido mezclar el filo del heavy metal con un toque neoclásico que los distingue en un género saturado de gritos y distorsión. Pero mientras temas como «Mujer Amante» o «La Leyenda del Hada y el Mago» resuenan en cada rincón donde se habla de rock duro, hay piezas menos exploradas que merecen salir del fondo del cajón. No se trata de éxitos radiales ni de himnos para estadios; son tracks que viven en los márgenes de su discografía, esperando que alguien les dé play con la misma curiosidad que un arqueólogo destapando una reliquia. Aquí van cinco canciones de Rata Blanca que probablemente no tienes en tu radar, pero que podrían cambiar la forma en que escuchas a esta banda.
1. «Sombra Inerte del Amor»
Arrancamos con un corte de Entre el Cielo y el Infierno (1994), un disco que marcó la transición de la banda tras la salida de Hugo Bistolfi y la llegada de Mario Ian en la voz. Este tema abre con un riff que parece tallado en granito, lento y pesado, antes de que Adrián Barilari (quien regresaría años después) deje caer una interpretación cargada de melancolía. La letra juega con el acrónimo «SIDA» sin mencionarlo directamente, un detalle que se siente como un guiño oscuro a la época. La guitarra de Walter Giardino no busca alardear aquí; más bien, teje una red que sostiene el peso emocional del track. Disponible en la edición original del álbum, según el registro de Discogs [Discogs: Rata Blanca – Entre el Cielo y el Infierno].
2. «Solo en la Ciudad»
Saltamos a Tormenta Eléctrica (2015), un trabajo que llegó cuando muchos ya daban por cerrada la etapa dorada de la banda. Este tema es un respiro entre la furia de otros cortes del disco: un medio tiempo con un coro que se pega sin esfuerzo y un solo de guitarra que no necesita apurar el paso para brillar. La voz de Barilari pinta una escena de aislamiento urbano, mientras el bajo de Guillermo Sánchez (quien falleció en 2017) aporta una base sólida como cemento fresco. Es el tipo de canción que suena mejor a medianoche, con las luces de la calle colándose por la ventana. Está en el tracklist oficial del álbum, confirmado por la página de la banda en plataformas como Spotify.
3. «Talismán»
De La Llave de la Puerta Secreta (2005), este track llega en un momento en que Rata Blanca experimentaba con texturas más densas tras el regreso de Barilari. Aquí no hay prisas ni exhibicionismo: la canción se mueve como un ritual, con teclados que dibujan un fondo casi gótico y una guitarra que corta el aire en el momento justo. La letra habla de búsqueda y misterio, un terreno que la banda sabe trabajar sin caer en lo obvio. Giardino mete un solo que suena como si estuviera dialogando consigo mismo, y el resultado es un tema que pide más de una escucha para sacarle el jugo. Lo encuentras en la edición original del disco, lanzado por Tocka Discos.
4. «Viejo Amigo»
Volvemos a Tormenta Eléctrica (2015) con esta pieza que huele a nostalgia desde el primer acorde. No es un golpe al mentón como otros temas de la banda; aquí el ritmo baja las revoluciones y deja que la melodía haga el trabajo. Barilari canta como si estuviera hojeando un álbum de fotos viejo, y el solo de Giardino llega con la precisión de un relojero. Es un track que no busca impresionar, sino quedarse contigo, como una conversación tranquila con alguien que no ves hace años. Está en el mismo disco que «Solo en la Ciudad», y su existencia está respaldada por el archivo oficial de la banda.
5. «Sinfonía Fantástica»
Cerramos con un instrumental de El Camino del Fuego (2002), un álbum que llegó tras la reunión de la formación clásica con Barilari. Este track es un guiño a la obra de Héctor Berlioz, pero pasada por el filtro del metal neoclásico que Giardino maneja como nadie. Sin voces que guíen el camino, la guitarra toma el mando y te lleva por un viaje que va de lo sutil a lo explosivo en menos de cinco minutos. Es un escaparate del virtuosismo de la banda, pero sin perder el norte: cada nota tiene un propósito. Lo tienes en la edición original del disco, distribuida por BMG Argentina.
Estas cinco canciones no van a sonar en una radio FM ni a llenar un setlist de estadio, pero ahí está su encanto. Son pedazos de Rata Blanca que viven fuera del foco, esperando que los descubras con unos buenos auriculares o un equipo decente. Si te animas a darles una chance, no te sorprendas si terminan colándose entre tus favoritas. La discografía de la banda está llena de estos rincones poco transitados; solo hace falta un poco de curiosidad para encontrarlos.