5 canciones de metal de España que te acelerarán el corazón

El metal en España lleva décadas golpeando con fuerza, un puño de acero que no pide permiso para resonar en garitos oscuros, festivales al rojo vivo y auriculares de quienes buscan algo más que ruido. No es solo una escena; es un latido colectivo que se niega a quedarse quieto, un pulso que mezcla raíces locales con la rabia universal del género. Desde los años ochenta, cuando el heavy clásico empezó a rugir en ciudades como Madrid y Barcelona, hasta la explosión de subgéneros más crudos o experimentales en las últimas décadas, el metal español ha sabido mantenerse vivo y afilado. Este artículo no va de nostalgias ni de rankings vacíos: aquí van cinco canciones que, por su energía pura y su capacidad para hacerte sentir el corazón en la garganta, merecen que les des una escucha sin prejuicios.

1. Mägo de Oz – «Fiesta Pagana»

Si el folk metal tiene un himno en España, este es el que suena cuando el reloj marca la hora de perder el control. Mägo de Oz lanzó esta bomba en 1998 como parte de La leyenda de la Mancha, y desde entonces no ha dejado de ser un disparo directo al sistema nervioso. El violín y la flauta se enzarzan con riffs que no dan respiro, mientras la letra te arrastra a un jaleo pagano que huele a cerveza derramada y noches sin fin. No es solo su velocidad; es cómo te empuja a moverte, como si el suelo temblara bajo tus pies. Según datos de la propia banda en entrevistas archivadas en su web oficial (magodeoz.com), el tema nació de una mezcla de improvisación y ganas de romper moldes en una escena entonces dominada por sonidos más ortodoxos.

2. WarCry – «Huelo el Miedo»

Asturias no solo exporta sidra: también saca metal que te sacude como un vendaval. WarCry, liderados por Víctor García, soltó este cañonazo en 2005 con ¿Dónde está la luz?. Aquí el power metal se pone serio, con un arranque de batería que parece galopar y una guitarra que corta como navaja. La voz de García no se anda con rodeos, clavando cada nota con una precisión que te hace apretar los puños. Es un tema que no te deja indiferente; te mete en una pelea imaginaria donde solo importa el próximo acorde. La banda lo ha tocado en directo hasta la saciedad, y el público sigue rugiendo cada vez, según registros de setlists en plataformas como setlist.fm.

3. Angelus Apatrida – «You Are Next»

El thrash no pide perdón, y Angelus Apatrida lo sabe bien. Desde Albacete, este cuarteto lleva años dándole al género un sabor español sin caer en clichés. «You Are Next», de su disco The Call (2012), es un derechazo al mentón: riffs que corren a cien por hora, una batería que machaca sin pausa y un grito que te pone los pelos de punta. No hay florituras ni adornos; es metal crudo, hecho para sudar y saltar hasta que algo se rompa. El álbum llegó a colarse en las listas de ventas españolas (datos de Promusicae, 2012), un logro raro para un estilo que suele vivir en los márgenes.

4. Saratoga – «Maldito Corazón»

El heavy metal clásico tiene en Saratoga una bandera que no se arruga. Este tema, sacado de Agotarás (2002), arranca con un bajo que retumba como un motor y se lanza a un galope de guitarras que no afloja. Jero Ramiro y Niko del Hierro construyen un muro sónico que te empuja hacia adelante, mientras la voz de Leo Jiménez —en su etapa con la banda— corta el aire como un alarido limpio. Es una canción que te agarra del pecho y no te suelta, perfecta para esos días en que necesitas soltar presión. Los conciertos de esa época, documentados en foros de fans y reseñas de la época, confirman que era un fijo en vivo por una razón: funciona.

5. Sôber – «Diez Años»

El metal alternativo también tiene su sitio en esta lista, y Sôber lo reclama con autoridad. «Diez Años», de Paradÿsso (2002), empieza tranquilo, casi engañándote, antes de estallar en un torbellino de distorsión y batería que te revuelve las tripas. Carlos Escobedo canta como si estuviera desenterrando algo personal, y la banda lo respalda con un sonido denso que pega duro sin perder el norte melódico. Vendieron más de 50.000 copias de ese disco, según datos de su sello de entonces (Universal Music Spain), y el tema sigue siendo un pilar en sus shows. Es metal con cabeza, pero igual te acelera el pulso.

Estas cinco canciones no son un resumen ni un top definitivo; son un puñado de chispas que demuestran cómo el metal español sabe apretar el acelerador. Si no las conoces, dale al play. Si ya las tienes gastadas, vuelve a ellas. El corazón no miente cuando empieza a latir más rápido.