El metal en España lleva décadas resonando en sótanos, garajes y escenarios masivos, tejiendo una historia que no siempre recibe el reflector internacional que merece. No es un secreto que el género llegó a la península en un contexto de transición política y cultural, allá por los 80, cuando las guitarras empezaron a rugir en un idioma que hasta entonces había estado más ligado al flamenco o la copla. Pero lo que comenzó como un eco de influencias británicas y estadounidenses pronto encontró su propia voz, una que hoy mezcla tradición, experimentación y un carácter que se siente tan local como universal. Para quien quiera explorar este terreno, hay nombres que no solo abren la puerta, sino que directamente te empujan dentro de la sala.
Elegir dónde empezar no es tarea menor, porque el metal español no se queda en una sola esquina del espectro sonoro. Hay bandas que cargan con el peso de los primeros días, otras que han sabido retorcer las reglas y algunas que hoy mantienen el fuego encendido con propuestas que miran al futuro. Por eso, este artículo pone sobre la mesa cinco nombres que sirven como brújula para navegar el metal hecho en España. No son un ranking, sino una selección pensada para cubrir distintos ángulos: desde los cimientos del heavy hasta el thrash que corta como navaja. Aquí va el recorrido.
Barón Rojo
Arrancar con Barón Rojo es como sentarse a estudiar la raíz del asunto. Formados en 1980 en Madrid, estos tipos tomaron el heavy metal que llegaba de fuera y lo moldearon con letras en castellano que hablaban de rockeros, resistencia y algún que otro demonio. Canciones como «Los rockeros van al infierno» o «Resistiré» no solo funcionan como carta de presentación, sino que te meten de lleno en una época donde el género empezaba a encontrar su sitio en España. Son un punto de partida lógico porque su sonido, directo y sin rodeos, conecta fácil con quien apenas empieza a explorar y quiere entender de dónde viene todo.
Mägo de Oz
Si lo tuyo es que la música te cuente algo más allá de riffs y gritos, Mägo de Oz entra en escena con una propuesta que no se parece a nada típico. Desde finales de los 90, esta banda madrileña ha mezclado heavy metal con violines, flautas y un aire folk que recuerda a las tabernas celtas. Temas como «Fiesta pagana» o «Molinos de viento» son ganchos perfectos para quien busca melodías que se queden en la cabeza y letras que pinten imágenes. Los elijo porque abren una ventana a cómo el metal español puede salirse del molde y jugar con ideas que no encontrarás en otros países.
Obús
Para los que prefieren el metal como una patada en la puerta, Obús es la respuesta. Nacidos en 1981, también en Madrid, estos veteranos llegaron con un estilo crudo que no se anda con sutilezas. «Va a estallar el Obús» o «Pesadilla nuclear» son ejemplos de cómo el grupo canalizó la energía de los 80 en canciones que todavía suenan a puro nervio. Están en esta lista porque representan esa faceta del heavy español que no necesita adornos: es directo, ruidoso y te da un vistazo a cómo el género se vivió en los barrios y los bares de la época.
Saratoga
Avanzando en el tiempo, Saratoga trae un enfoque más pulido, con un pie en los 90 y otro en el siglo XXI. Su etapa con Leo Jiménez al frente, especialmente en discos como Vientos de guerra (2002), ofrece temas como «Maldito corazón» que combinan fuerza con melodía sin perder el filo del heavy metal. Los incluyo porque son un puente entre las primeras olas del género y lo que vino después, mostrando cómo el metal español supo adaptarse y refinar su sonido sin traicionar sus raíces. Es una parada obligatoria para entender esa evolución.
Angelus Apatrida
Y si el presente te llama más que el pasado, Angelus Apatrida es el nombre a seguir. Desde Albacete, esta banda lleva desde principios de los 2000 dándole al thrash metal con una intensidad que no pide permiso. Canciones como «You Are Next» o «Sharpen the Guillotine» son un puñetazo de velocidad y precisión, influenciadas por gigantes como Slayer, pero con un sello propio. Los pongo aquí porque demuestran que el metal español no se quedó anclado en los 80: sigue vivo, agresivo y mirando al mundo, perfecto para quien quiere sentir el pulso actual del género.
Estas cinco bandas no son solo un comienzo, sino una radiografía de cómo el metal ha crecido y mutado en España. Barón Rojo y Obús te anclan en los orígenes; Mägo de Oz y Saratoga te llevan por caminos menos transitados; Angelus Apatrida te trae al hoy. Cada una tiene algo que ofrecer, y juntas arman un mapa sonoro que vale la pena explorar con los oídos bien abiertos.