El metal español no es un invitado tardío a la mesa del género; es un participante que llega con su propia receta, forjada en décadas de experimentación y resistencia. Desde los barrios de Madrid hasta los rincones industriales del País Vasco, las bandas de este país han sabido tomar las herramientas del metal —riffs que cortan como alambre, baterías que golpean como martillos— y darles un giro que refleja su entorno. No se conforman con seguir patrones extranjeros; construyen algo que suena a ellos y, al hacerlo, se plantan frente a los grandes sin pedir disculpas.
Elegir solo cinco nombres no es tarea sencilla, pero esta lista se basa en trayectorias que han cruzado fronteras, discos que han resistido el paso del tiempo y actuaciones que han dejado a públicos internacionales con la mandíbula en el suelo. Son bandas que han girado con leyendas, firmado con sellos de peso o llevado su música a festivales donde el metal no admite impostores. Aquí van cinco que demuestran que España tiene algo serio que decir en el panorama global.
1. Barón Rojo
Madrid, 1980: Barón Rojo arrancó con la idea de que el heavy metal podía hablar en español y sonar tan crudo como cualquier banda anglosajona. «Los rockeros van al infierno» y «Hijos de Caín» son más que canciones; son declaraciones de principios que han viajado desde España hasta América Latina y Europa. Han tocado junto a Iron Maiden y girado por medio mundo, mostrando que su fórmula no pierde fuerza con los kilómetros.
2. Angelus Apatrida
El thrash metal cobra vida en Albacete con Angelus Apatrida, una máquina que no da tregua. Discos como «Cabaret de la Guillotine» y temas como «Sharpen the Guillotine» los han puesto en el radar de los puristas del género. Han compartido carretera con Slayer y Anthrax, y su presencia en festivales europeos no es un favor: es un reconocimiento a su capacidad para destrozar escenarios con precisión quirúrgica.
3. Mägo de Oz
Mägo de Oz no se limita a tocar metal; lo mezcla con folk y lo lanza al mundo como si fuera una caravana gitana con amplificadores. «Finisterra» y «Fiesta pagana» los convirtieron en un fenómeno que llena plazas en España y cruza el Atlántico sin esfuerzo. Su enfoque, que junta violines con distorsión, los alinea con bandas europeas que han sabido romper moldes sin perder el norte.
4. Crisix
Cataluña tiene en Crisix una carta joven pero letal en el thrash. «The Menace» y «Ultra Thrash» son combustible para un directo que no deja a nadie sentado. Ganaron el Wacken Metal Battle en 2009, y desde entonces han pisado escenarios fuera de España con la misma furia que los llevó a esa victoria. Son prueba de que el relevo generacional en el metal español viene con los dientes afilados.
5. Soziedad Alkoholika
Desde Vitoria, Soziedad Alkoholika mezcla thrash, hardcore y punk en una licuadora que no hace prisioneros. «Sistema antisocial» y «Piedra contra tijera» reflejan una banda que no solo toca, sino que grita verdades incómodas. Han girado por Europa y América Latina, llevando su sonido a sitios donde el metal se vive como una forma de resistencia, no como un pasatiempo.
Estas cinco bandas no son solo nombres en una lista; son proyectos que han sabido salir del garaje y plantarse en el mundo. Barón Rojo por su papel fundacional, Angelus Apatrida y Crisix por su dominio del thrash, Mägo de Oz por su reinvención del género y Soziedad Alkoholika por su crudeza sin filtros. Cada una, a su manera, ha demostrado que el metal español no es un eco, sino una voz que retumba con autoridad.