5 bandas de folk metal español que no conoces pero deberías

En una esquina del bar, entre el murmullo de conversaciones y el tintineo de jarras, alguien menciona el folk metal español. La mente salta rápido a Mägo de Oz, con su violín saltarín y esas letras que resuenan como himnos en cualquier festival. O tal vez a Saurom, con su teatralidad y su manera de tejer historias que parecen sacadas de un juglar medieval. Pero el folk metal en España no empieza ni termina ahí. Hay un rincón menos transitado, un sendero donde las bandas no llenan estadios ni encabezan carteles, pero sí construyen mundos sonoros que merecen ser explorados por cualquiera que lleve el metal en las venas.

Esto no es un ranking ni una lista para inflar egos. Es un mapa hacia cinco propuestas que, por distintas razones, no han cruzado del todo las fronteras del underground o del circuito local. No están aquí por casualidad: cada una aporta algo que no se repite, ya sea por cómo enraízan las tradiciones de su tierra en el metal o por la manera en que retuercen el género sin perder su esencia. Todas tienen discos que puedes rastrear, canciones que puedes escuchar hoy mismo, y una identidad que las hace distintas en un país donde el folk metal sigue buscando su lugar más allá de los nombres obvios.

1. Cuélebre (Madrid)

Madrid no suena a gaitas ni a bosques antiguos a primera vista, pero Cuélebre transforma esa percepción. Su música es un viaje a través de la mitología ibérica, con instrumentos como el rabel o la flauta que dialogan con guitarras densas y un aire casi ceremonial. Escuchar Anamanrach (2018) es como abrir un libro polvoriento de leyendas olvidadas, donde cada nota parece invocar algo más grande que el ruido urbano. Están en esta lista porque logran que el folk metal trascienda lo festivo y se vuelva un espejo de lo ancestral, algo que no abunda en un género a veces atrapado en la taberna.

2. Mileth (Vigo, Galicia)

Galicia tiene una conexión natural con el folk, y Mileth la lleva al metal sin forzarla. Aquí las gaitas no son un adorno: son el alma de un sonido que respira niebla, mar y piedra. Su disco Catro pregarias no albor da noite (2019) te mete en un paisaje donde las melodías tradicionales se cruzan con riffs que pesan como rocas. No están más arriba en el radar porque su apuesta es local, casi íntima, y no buscan la épica grandilocuente que vende discos. Si te importa cómo una región puede hablar a través del metal, Mileth es un punto de partida ineludible.

3. Incursed (Bilbao, País Vasco)

Incursed toma el folk metal y lo empuja hacia el terreno vikingo, pero sin perder el norte de su origen. Desde Bilbao, construyen canciones que podrían sonar en un fiordo, pero tienen un toque propio, con teclados que dibujan horizontes y voces que alternan entre lo melódico y lo gutural. Fimbulwinter (2012) es una carta de presentación que muestra su capacidad para mezclar ideas sin que nada se sienta fuera de lugar. Los incluyo porque demuestran que el folk metal español puede mirar más allá de sus fronteras sin copiar a nadie, algo que merece más atención de la que recibe.

4. Northland (Barcelona)

En Barcelona, Northland mezcla el folk con un death metal melódico que no se anda con rodeos. Los violines y teclados traen la parte épica, pero las guitarras y la batería te recuerdan que esto sigue siendo metal en su núcleo. Downfall and Rebirth (2015) es un disco que balancea esos dos mundos, creando algo que podría sonar en un bosque o en un mosh pit. Están aquí porque su enfoque agresivo refresca el folk metal, alejándose del cliché de la fiesta medieval y ofreciendo una alternativa que no siempre llega a los oídos masivos.

5. CrystalMoors (Cantabria)

CrystalMoors viene de Cantabria, y su música lleva el peso de esa tierra: historias de montes, mitos y una conexión con lo primitivo. Su folk metal se tiñe de black metal, con flautas que cortan el aire y riffs que suenan como un eco entre peñascos. The Mountain (2011) captura esa mezcla de manera cruda y directa. Los traigo a esta lista porque representan una veta del folk metal español que no busca ser amable ni accesible, sino que cava hondo en su propia identidad, algo que los fans del género más oscuro sabrán valorar.

Estas cinco bandas no van a sonar en la radio ni a llenar titulares mañana. Pero existen, graban, tocan y mantienen vivo un estilo que en España todavía tiene mucho por decir. Si te mueves por el metal buscando algo que no te hayan contado mil veces, aquí hay cinco nombres para empezar a desenterrar. Sus discos están al alcance, sus canciones esperan. La próxima vez que alguien hable de folk metal español, ya tendrás algo más que añadir a la conversación.