5 bandas clave en la historia del heavy metal en España

El heavy metal en España no surgió de la nada. A diferencia de lo que ocurrió en Reino Unido o Estados Unidos, donde el género tuvo un desarrollo más orgánico desde los años 70, la escena española tuvo que abrirse camino en un contexto adverso. La dictadura franquista dejó una industria musical limitada y una censura que complicó la llegada de sonidos extremos. Sin embargo, cuando el metal irrumpió, lo hizo con una fuerza innegable, desarrollando una identidad propia y construyendo una escena que, aunque tardó en consolidarse, hoy es parte fundamental del mapa global del género.

Seleccionar cinco bandas clave en esta historia implica dejar fuera nombres igualmente esenciales, pero aquí están algunas que no solo marcaron el desarrollo del heavy metal en España, sino que también influyeron en generaciones posteriores.

1. Barón Rojo: cuando el heavy español habló en voz alta

A principios de los 80, España no tenía una banda que pudiera competir con los gigantes del heavy metal internacional. Barón Rojo llegó para cambiar eso. Formados en 1980 por los hermanos Armando y Carlos de Castro, con José Luis Campuzano “Sherpa” y Hermes Calabria completando la formación clásica, el grupo se convirtió en la primera gran exportación del metal español.

Su álbum Volumen Brutal (1982) fue grabado en los estudios Kingsway de Londres, con la colaboración de Ian Gillan (Deep Purple). Este disco no solo demostró que una banda española podía sonar con la misma contundencia que las británicas, sino que también les abrió las puertas para tocar en el festival de Reading junto a Iron Maiden y Twisted Sister. Temas como “Los rockeros van al infierno” y “Resistiré” se convirtieron en himnos de una generación que, hasta entonces, no tenía referentes nacionales en el género.

2. Obús: la actitud por encima de la técnica

Si Barón Rojo representaba el lado más técnico y ambicioso del heavy metal, Obús fue su contrapartida más directa y callejera. Desde su debut con Prepárate (1981), el grupo liderado por Fortu Sánchez y Paco Laguna apostó por un sonido crudo, enérgico y sin concesiones, con letras que conectaban con la realidad de los barrios obreros de la época.

Obús entendió que el heavy metal era más que música: era una actitud. Sus conciertos eran una fiesta de pura adrenalina, con Fortu lanzando cañonazos pirotécnicos y arengando al público como un predicador del exceso. Canciones como “Va a estallar el obús” o “Vamos muy bien” encapsularon el espíritu de una escena que estaba empezando a tomar forma.

3. Ángeles del Infierno: exportando el metal español

En los 80, pocas bandas españolas lograron trascender las fronteras. Ángeles del Infierno fue una de las excepciones. Formados en 1978 en el País Vasco, su propuesta mezclaba el heavy metal con una estética más cercana al hard rock, algo que los hizo accesibles a un público más amplio sin perder contundencia.

Su debut Pacto con el diablo (1984) y su continuación Diabolicca (1985) se convirtieron en referentes del género, con un sonido más cercano a Accept o Scorpions que a la NWOBHM. Pero su verdadero impacto llegó en América Latina, donde lograron una base de seguidores tan sólida que muchas bandas españolas posteriores encontraron en ellos una vía de entrada a ese mercado.

4. Muro: cuando la velocidad lo cambió todo

A mediados de los 80, mientras el heavy metal dominaba la escena española, algunos músicos comenzaron a buscar un sonido más agresivo. De esa necesidad nació Muro, una de las primeras bandas de speed metal en España y un referente para el desarrollo del thrash en el país.

Su álbum Acero y sangre (1986) fue un golpe directo a la escena, con una velocidad y agresividad que hasta ese momento no se había escuchado en una banda española. Con Silver al frente, Muro demostró que en España también se podía hacer metal extremo sin concesiones.

5. Saratoga: el renacer del heavy en los 90

Si los 80 fueron la época dorada del heavy metal español, los 90 representaron un periodo de crisis. La llegada del grunge y el auge de otros estilos dejaron al género en segundo plano, y muchas bandas de la vieja escuela desaparecieron o entraron en decadencia. En ese contexto, Saratoga emergió como una banda capaz de revitalizar la escena.

Formados en 1992 por Niko del Hierro, Saratoga supo adaptarse a los tiempos sin perder la esencia del heavy clásico. Su evolución musical los llevó de un sonido más tradicional a una propuesta más técnica y agresiva, especialmente con la llegada de Jero Ramiro, Leo Jiménez y Dani Pérez en los 2000. Discos como Vientos de guerra (1999) y Agotarás (2002) consolidaron a la banda como uno de los referentes del metal español en el siglo XXI.

Conclusión

El heavy metal en España ha pasado por diferentes etapas, desde su tímido inicio en los 70 hasta su consolidación en los 80 y su renovación en los 90 y 2000. Estas cinco bandas son solo una parte de la historia, pero representan momentos clave en la evolución del género. Sin ellas, la escena no habría tenido el mismo desarrollo ni la misma proyección. Hoy, el metal español sigue vivo, con nuevas generaciones tomando el relevo, pero siempre con la sombra de estos gigantes sobre sus hombros.