Si estás sumergido en el mundo del metal y aún no has explorado el lado más brutal del thrash metal, entonces es momento de conocer a Slayer, una de las bandas más influyentes y agresivas del género. Formada en 1981 en Huntington Park, California, por los guitarristas Jeff Hanneman y Kerry King, junto con el bajista/vocalista Tom Araya y el baterista Dave Lombardo, Slayer se ha convertido en un pilar fundamental del «Big 4» del thrash metal, junto a Metallica, Megadeth y Anthrax. A continuación, exploraremos tres de sus discos fundamentales para iniciarse en su sonido visceral y agresivo.
Reign in Blood (1986)
Considerado por muchos críticos y fans como uno de los álbumes más importantes en la historia del metal, «Reign in Blood» es el tercer álbum de estudio de Slayer. Lanzado en 1986, este disco es una demostración contundente de la capacidad de la banda para crear un sonido que combina la velocidad con una intensidad sin precedentes. Con una duración de apenas 29 minutos, cada canción es una explosión de energía que no da respiro.
La pista inicial, «Angel of Death», escrita por Jeff Hanneman, es una mirada a las atrocidades cometidas por Josef Mengele durante el Holocausto. Su letra provocativa y el riff de guitarra incesante marcan el tono para lo que será un álbum de principio a fin. «Raining Blood» cierra el disco con una imagen apocalíptica, convirtiéndose en uno de los himnos más reconocidos del thrash metal.
«Reign in Blood» no solo definió el thrash metal, sino que también estableció a Slayer como una banda sin compromisos, dispuesta a explorar temas oscuros y tabúes. Si buscas entender la esencia de Slayer, este álbum es el punto de partida.
South of Heaven (1988)
Después de la velocidad de vértigo de «Reign in Blood», «South of Heaven» se presenta como un cambio de ritmo. No obstante, este álbum no es menos impactante. Lanzado en 1988, muestra una faceta más melódica y estructurada de Slayer, aunque sin perder su brutalidad característica.
La canción homónima «South of Heaven» introduce riffs más lentos y oscuros, permitiendo que el oyente se sumerja en la atmósfera de la banda. Esta composición, junto con «Mandatory Suicide» y «Behind the Crooked Cross», refleja una madurez en la escritura de letras y en la producción, donde cada instrumento tiene su espacio.
Este disco es ideal para aquellos que ya han probado el sabor del thrash metal y buscan profundizar en las variaciones que Slayer puede ofrecer, manteniendo su agresividad pero explorando diferentes tempos y estructuras musicales.
Seasons in the Abyss (1990)
«Seasons in the Abyss» representa un punto culminante en la carrera de Slayer durante los años 80. Este álbum, lanzado en 1990, sintetiza la brutalidad de «Reign in Blood» con la accesibilidad de «South of Heaven», creando un balance perfecto entre velocidad y composición.
Canciones como «War Ensemble» y «Seasons in the Abyss» son ejemplos de cómo Slayer puede ser tanto técnico como incisivo. La producción de este disco es notable, permitiendo a cada miembro de la banda brillar, desde el doble bombo de Dave Lombardo hasta la precisión en las guitarras de Hanneman y King.
Este álbum no solo es una invitación para explorar más del thrash metal sino también una obra maestra que muestra la evolución de Slayer. Es un testimonio de cómo la banda podía mantener su sonido distintivo mientras exploraba nuevas dimensiones musicales.
Conclusión
Introducirse en el mundo de Slayer puede ser una experiencia intensa para cualquier fan del metal. Comenzar con estos tres discos ofrece una visión completa de su carrera: desde la pura agresión de «Reign in Blood», pasando por la madurez y oscuridad de «South of Heaven», hasta la perfección técnica y compositiva de «Seasons in the Abyss». Si estás listo para enfrentarte a uno de los sonidos más extremos del metal, Slayer te espera con su legado imparable.