Los 90 no fueron solo una década de camisetas anchas, cortes de cabello cuestionables y la explosión del internet primitivo. En el terreno del metal, algo hervía bajo la superficie: una generación de bandas arrancó los cimientos del género tradicional y los mezcló con rap, electrónica y una dosis cruda de frustración juvenil. El nu metal nació en ese caldo de cultivo, y entre sus exponentes emergieron canciones que no solo llenaron arenas y reventaron parlantes, sino que redefinieron cómo el mundo entendía la música pesada. Este no es un recuento nostálgico ni una exaltación vacía; es un vistazo a 15 tracks que, por su alcance, su contexto y su capacidad de conectar, se convirtieron en pilares de una escena que marcó a millones.
Piensa en el panorama de entonces: el grunge agonizaba, el metal clásico se tambaleaba y las emisoras buscaban algo fresco para alimentar a una audiencia hambrienta de ruido nuevo. Ahí entraron estas composiciones, algunas torpes en su ejecución, otras brillantes en su desorden, pero todas con un hilo común: hablaban el idioma de quienes sentían que el mundo les debía algo. No se trata de elegirlas por capricho; cada una refleja un momento, un giro en la evolución del género o una chispa que encendió lo que vino después. Desde los gritos primales de Korn hasta los experimentos de System of a Down, esta lista traza el mapa de una revolución sonora que, te guste o no, cambió el juego.
Korn – «Blind» (1994)
Todo empezó con ese «¿Estás listo?» que Jonathan Davis soltó como si abriera una compuerta. El riff inicial, cortesía de Munky y Head, era un gancho directo al pecho. Salió cuando el metal aún peleaba por su identidad post-thrash, y le dio al nu metal su acta de nacimiento.
Korn – «Freak on a Leash» (1998)
Aquí Korn ya no solo gritaba; jugaba con texturas. El bajo de Fieldy marcaba el pulso como un martillo, y el video, con animación y balas surcando el aire, lo llevó a rotaciones eternas en MTV. Era raro, era incómodo, era perfecto.
Limp Bizkit – «Nookie» (1999)
Fred Durst no inventó el rap metal, pero lo llevó a las masas con este tema. La letra, un lamento disfrazado de bravata, resonó con adolescentes que veían en él un reflejo de sus propios enojos. Wes Borland aportó el color con su guitarra.
Limp Bizkit – «Break Stuff» (1999)
Si «Nookie» era la queja, esta era el puñetazo. Simple, directa, con un coro que invitaba a destrozar lo que fuera. Su presentación en Woodstock ’99, con el caos que desató, le dio un lugar en la historia.
Deftones – «My Own Summer (Shove It)» (1997)
Chino Moreno flotaba entre susurros y alaridos mientras Stephen Carpenter construía muros de sonido. No encajaba del todo en el molde nu metal, pero su mezcla de calma y tormenta lo hizo esencial.
Rage Against the Machine – «Killing in the Name» (1992)
Sí, son precursores más que miembros del club, pero sin este track, el nu metal no tendría su ADN. Tom Morello rascaba la guitarra como si fuera un tornamesa, y Zack de la Rocha escupía verdades que todavía queman.
Slipknot – «Wait and Bleed» (1999)
Nueve tipos enmascarados irrumpieron con esto, un corte que balanceaba melodía y salvajismo. Corey Taylor mostró que podía cantar y desgarrarse la garganta en la misma toma.
System of a Down – «Sugar» (1998)
Serj Tankian y compañía llegaron con algo que no se parecía a nada: un riff circular, letras que saltaban de lo absurdo a lo político, y un cierre que te dejaba rascándote la cabeza. Era nu metal, pero con licencia para desquiciar.
Papa Roach – «Last Resort» (1999)
Jacoby Shaddix puso en tres minutos el grito de auxilio de una generación. El riff era básico, el coro un gancho imposible de esquivar. Todavía hoy suena en cualquier bar con una rocola decente.
Linkin Park – «One Step Closer» (1999)
Cerró la década y abrió la puerta a los 2000. Chester Bennington y Mike Shinoda encontraron el punto medio entre confesión y agresión, con un «shut up» que se volvió mantra.
Coal Chamber – «Loco» (1997)
Dez Fafara canalizó un vibe oscuro, casi teatral, con un groove que te obligaba a mover la cabeza. Era el nu metal coqueteando con lo gótico, y funcionó.
Static-X – «Push It» (1999)
Wayne Static trajo un toque industrial, con efectos que zumbaban como maquinaria rota. Era un tema para saltar en el pit, sin complicaciones ni rodeos.
Mudvayne – «Dig» (1999)
El bajo de Ryan Martinie retumbaba como un motor fuera de control, y Chad Gray ladraba sobre maquillaje y actitud. Llegaron tarde a la fiesta de los 90, pero dejaron la mesa servida para el nuevo siglo.
Rage Against the Machine – «Bulls on Parade» (1996)
Otra de RATM, porque su sombra era inescapable. Morello hacía sonar su guitarra como una sirena de guerra, y el mensaje pegaba donde dolía. El nu metal tomó notas.
Korn – «Got the Life» (1998)
Menos visceral que sus primeros trabajos, pero con un ritmo que te hacía mover los pies. Era Korn probando que podían escribir algo casi bailable sin venderse.
¿Por qué estas y no otras? No es solo por las ventas o los minutos en radio. Cada una capturó una faceta del nu metal: la rabia pura de Slipknot, la rareza de System, el descaro de Limp Bizkit, la introspección de Deftones. Bandas como Sevendust o Incubus pudieron colarse, pero estas 15 tienen un peso histórico que trasciende gustos. Fueron el sonido de una década que se negaba a callarse, y sus ecos todavía resuenan en playlists y festivales. Si tienes un favorito que no está, la conversación está abierta.